En defensa de la Flor de Venezuela

Hay que empezar diciendo que es menester entender que el crédito es un recurso natural no renovable, es decir la credibilidad. Particular importancia y cultivo del crédito deben tener los comunicadores sociales, si son éticos en su desempeño; en su defecto se transgrede una línea sin retorno, en donde la credibilidad se autodestruye. Dicho en criollo, quien miente pierde seriedad y no merece atención.

Recientemente han salido algunas desinformaciones acerca de la Flor de Venezuela que nos obliga al colectivo de trabajadores y trabajadoras a dar una firme y contundente respuesta, mencionando logros que a continuación se señalarán.

Recapitulemos. La Flor de Venezuela, ícono turístico y cultural urbano, fue recuperada por la Revolución el año pasado en el marco del Gobierno de calle, por lineamientos del Presidente Nicolás Maduro a través del Ministerio de Turismo, en vista del deterioro físico en el que se encontraba la instalación. Desde entonces se emprende un inmenso esfuerzo de recuperación física, pero también moral de dicho ícono urbano. Empezando por reconocer la envergadura y trascendencia de este patrimonio histórico al decretar el monumento nacional; a partir de allí La Flor de Venezuela no ha parado de cosechar éxitos y constituirse en un verdadero ágora, hogar del Poder Popular y sitio de encuentro de las familias larenses y sinónimo de cultura en nuestro estado.

La recuperación física es evidente e indiscutible y hoy los larenses y toda Venezuela disfruta de una Flor que, ahora sí, abre sus pétalos a diario para mostrar en sus tres niveles, con visitas guiadas, la hermosura de un sistema piscícola único en Venezuela, con cientos de hermosas especies que deleita a niños y adultos, atractivo que junto al jardín helicoidal, la sala orígenes y en general el sistema que muestra y representa nuestra rica cultura y biodiversidad, hacen que propios y visitantes queden absortos y vivan una verdadera experiencia memorable al pasar por La Flor.

Desde su reinauguración La Flor cuenta con una afluencia de visitantes que no baja, en promedio, de diez mil personas mensualmente y se han realizado actividades de gran impacto, como la serenata a la Divina Pastora en la que se contó con agrupaciones como el “Carota, ñema y tajá”, cantautores como José Alejandro Delgado y el genio musical de Gustavo Dudamel. Esa sola actividad reunió a más de 15 mil personas.

Sin duda una gestión cultural liberadora que expone los íconos propios de nuestro país y región; aquí tienen presencia permanente las agrupaciones de cultores más variada en género y genio creativo que pueda disfrutar espacio alguno en nuestra ciudad; una verdadera recuperación considerando que antiguamente la Flor, en manos de Henri Falcón, se caracterizaba por espectáculos carentes de contenido edificante y por el contrario era una verdadera plataforma de los antivalores, desde donde se cosificaba a la mujer y se pervertían a nuestros niños, niñas y adolescentes con el contenido pseudo cultural, sazonado con el infaltable festival de alcohol, dignos de la más ramplona política adeca.

La orientación cultural de la Flor enaltece los valores revolucionarios, y entre sus principales exponentes está la canción necesaria, Alí Primera, Víctor Jara y muchos otros merecen ser emulados y sobre todo homenajeados por medio de la actitud revolucionaria y contestataria que libere de los demonios del sistema capitalista, entre los que se encuentran los Amos en los que se constituyen los vicios, alcohol y drogas.

Sobre el párrafo anterior me detengo para hacer una franca reflexión: Recordemos que las drogas han sido una plataforma formidable para la penetración y destrucción de losmovimientos revolucionarios latinoamericanos, por medio de las agencias de inteligencia imperiales, entiéndase Departamento de Estado a través de la CIA, no camaradas, no es paranoia, testimonio de esto es como lograron penetrar y destruir el movimiento Hippie, o más recientemente y más cercano, el fenómeno narco paraco en nuestro país. Sobre este particular, nuestra posición es ética, seria y clara. La Flor de Venezuela es un Patrimonio y Monumento Nacional, caracterizada por lo ya mencionado y para mantenerla como está, se cumplen una serie de normas necesarias para garantizar la convivencia y el disfrute de todas y todos, en especial de las familias,las cuales en estos espacios no serán expuestas a situaciones y/o espectáculos que degraden la Moral Socialista que estamos construyendo.

Finalmente, el colectivo de trabajadores y trabajadoras que mantiene y atiende el monumento ha dejado y deja la piel en el campo de batalla para construir revolución, y sienten el ataque de la política Betancourista cuando algunos ¿camaradas? “disparan primero y averiguan después”. La Flor de Venezuela está de pétalos y puertas abiertas a la crítica seria, al debate y a la construcción colectiva de planteamientos para el uso de sus espacios.



* Militante encargado del Monumento Nacional Flor de Venezuela


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