Cabeceras de playa de la OTAN y servicios especiales de EEUU en Colombia

Colombia quería cooperar con la OTAN en Afganistán. Estaba en los planes. En el año 2009 el gobierno colombiano solicitó participar en la Fuerza de Asistencia de Seguridad Internacional en Afganistán y trabajar con el contingente español en operaciones de detección de minas, pero esto no se llevó a cabo debido al conflicto interno de Colombia. En el mes de marzo del 2011 Colombia votó a favor de la Resolución 1972 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, oficializando así su apoyo a la intervención militar de la OTAN en la guerra civil de Libia. En el mes de abril del 2012 Colombia fue incluida en el Documento ATP-56(B) de la OTAN otorgándole status de "asociado" para participar en operaciones de reabastecimiento en vuelo de combustible. Sin duda alguna que la gran experiencia alcanzada durante operaciones contra el narcotráfico y contra la guerrilla por parte de las fuerzas armadas colombianas, sería una contribución bienvenida. Las fuerzas armadas de este país han demostrado que son capaces de encabezar un ataque contra cualquier enemigo.

El entonces presidente, Álvaro Uribe, consideró el hecho que su país haya sido invitado a participar en la lucha contra el Talibán como una sustanciación para reclamar status de socio latinoamericano privilegiado de Estados Unidos. Juan Manuel Santos, era el Ministro del Interior en su gabinete. Washington apreciaba altamente su contribución al registro bélico de Colombia contra las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo, FARC-EP. Estados Unidos apoyó su campaña presidencial. Resulta evidente que el ex presidente Uribe y la clase gobernante del país desean una relación especial con la Alianza del Atlántico Norte.

En el mes de agosto recién pasado, el Congreso de Colombia aprobó una alianza comunicacional con la OTAN. Santos, el presidente de Colombia, planteó la iniciativa de establecer lazos más estrechos con la Alianza alrededor del año 2013. Santos coordinó su propuesta con el Pentágono y la OTAN. El día 25 de junio del 2013 el Sub Secretario General de la OTAN y embajador Alexander Vershbow y Juan Carlos Pinzón Bueno, Ministro de la Defensa de Colombia, firmaron un acuerdo que le permitirá a la OTAN y a Colombia explorar futuras formas de cooperación y consultas en áreas de interés común. El Acuerdo de Seguridad Informativa no reconoce formalmente a Colombia como socio de la OTAN, pero constituye un primer paso para futuras colaboraciones en la esfera de la seguridad. Esto facilitará la participación de Colombia en una serie de actividades de la OTAN. Los planes concretos serán coordinados en condiciones de máximo secreto.

El gobierno colombiano se ha acarreado un rechazo considerable de parte de países latinoamericanos. Muchos de ellos han expresado una actitud negativa hacia las declaraciones contradictorias hechas por el presidente Santos y por el ministro de la defensa Pinzón, respecto de la política del país hacia la OTAN. Varios estados han expresado su preocupación en torno a la posibilidad que Colombia se convierta en miembro de la OTAN y de paso, en una amenaza para la región.

El líder nicaragüense, Daniel Ortega expresó que el plan de Bogotá "es una puñalada al corazón de los pueblos de América Latina ya que la OTAN es conocida por sus bombardeos, masacres y destrucción." El Presidente Nicolás Maduro de Venezuela señaló que el acercamiento de Colombia con la OTAN es una política mal concebida.

Según el Presidente Maduro, "el mundo no tiene ningún respeto por los tontos que se arrastran ante un imperio." (La frase golpearía al clavo justo en la cabeza si se empleara para describir a Poroshenko, el actual gobernante de Ucrania).

El Presidente boliviano, Evo Morales, cree que la política colombiana constituye una agresión, una provocación y una conspiración contra los gobiernos anti imperialistas.

Brasil no dio crédito a las explicaciones de Bogotá respecto a sus estrechos vínculos con la OTAN. En años recientes, Estados Unidos ha utilizado a Colombia para subvertir la integración regional, para luchar contra los regímenes "populistas" de Venezuela, Ecuador y Nicaragua y para contrarrestar la creciente influencia de Brasil. A consecuencia de implementar los planes "Colombia" y "Patriota", Estados Unidos ha destinado miles de millones de dólares, el potencial militar de Colombia se está acercando al de Brasil. Sin duda alguna que Colombia aprovechará sus relaciones con la OTAN para ganar superioridad en este campo.

Bogotá no puede ignorar las reacciones negativas de América Latina mientras Estados Unidos intensifica sus actividades encubiertas que apuntan a convertir a Colombia en una cabeza de playa de la OTAN. Esto obligó al Ministro de la Defensa Pinzón a redactor notas explicativas. Según él, no hay planes para establecer una membresía formal, pero el país si que dará los pasos necesarios para convertirse en un socio de la OTAN.

El gobierno colombiano pareciera estar detrás de algún tipo de esquema de seguridad. Esta sería la primera vez que la OTAN firma un acuerdo orientado hacia la seguridad con un país latinoamericano. La historia del continente conoce pocos casos de interacciones con la Alianza del Atlántico Norte.

Con anterioridad a este acuerdo, solo dos países latinoamericanos se han formalmente asociado con la OTAN. Tanto Argentina como Chile participaron en la Fuerza de Estabilización de Bosnia-Herzegovina y Argentina también participó en la Misión de la Fuerza de Pacificación de Kosovo. En teoría existen también diferentes tipos de arreglos de asociación no vinculante los cuales presuponen pocos compromisos concretos y que podrían por tanto ser considerados como "honorarios", "simbólicos" o "virtuales."

El ministro Pinzón trató de aplacar a los vecinos. Excluyó la presencia militar de la OTAN en territorio colombiano. El Departamento de Defensa norteamericano y la OTAN dijeron lo mismo. Pero a ellos no se les cree. Si Estados Unidos necesitara sortear la Carta Constitutiva de la OTAN, lo haría sin vacilaciones. La importancia geográfica, la tradición de cooperación política y militar de la elite del país con el imperio, la rica experiencia de lucha contra el narcotráfico y las guerrillas, todo en su conjunto, hace de Colombia un factor lo suficientemente importante como para hacer que los elementos pro OTAN dominen las altas esferas del poder.

Resulta fácil seguir su lógica: dinámicos cambios globales están en marcha y resulta difícil predecir el desarrollo de los eventos en un mundo multipolar. En el pasado, Colombia siempre confió en Estados Unidos. Esta política cumple con sus expectativas. Necesita de Estados Unidos para garantizar que sus magnates continúen estando en el poder. Bogotá cree que sus estrechos lazos con Estados Unidos la ayudarán a competir con Brasil (miembro del grupo BRICS) que se ubica a la cabeza en el proceso de integración de América Latina. Incluso los estados miembros del ALBA (Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestramérica) proclives a seguir un patrón socialista, toman en cuenta la posición de Brasil en la transformación política, económica y social de América Latina y de los Estados de la Cuenca del Caribe.

El Departamento de Estado norteamericano, el Pentágono y la CIA insisten en avanzar sus intereses al tiempo que América Latina intenta superar sus candentes problemas.

Con este propósito, ellos necesitan a Colombia. El país ha aumentado su potencial para influir en algunas cosas y está dispuesto a ser un aliado a nivel global. Bogotá ha aumentado su influencia en muchas organizaciones internacionales cosa que la convierte en un aliado valioso para la OTAN. La Alianza del Atlántico Norte tiende a asumir una "responsabilidad global." En el año 2006 el investigador y docente principal, Ivo Daalder, embajador de Estados Unidos ante la OTAN desde mayo del 2009 hasta julio del 2013, junto con el entonces profesor de ciencias políticas y relaciones internacionales, James Goldgeier, actualmente decano de la Escuela de Servicio Internacional en la American University de Washington, DC concibieron la expresión "la OTAN global." Posteriormente se agitó la idea de la membresía para varios estados, tales como Brasil, Sudáfrica, Singapur, la India, Israel y con mucha frecuencia, Australia, Japón, Corea del Sur, Nueva Zelandia y Colombia. La idea es transformar la institución de la Guerra Fría en una "alianza global de democracias." Según el presidente Santos, él mismo ex ministro de la defensa, anunció a comienzos del verano que "la OTAN va a firmar un acuerdo con el gobierno colombiano y el Ministerio de la Defensa, para iniciar un proceso completo para alcanzar la cooperación, también con vistas a ingresar a esa organización." Posteriormente, el Ministro de la Defensa, Juan Carlos Pinzón Bueno, declaró a W. Radio que el país solamente planea firmar un acuerdo con la OTAN para la cooperación en derechos humanos, justicia militar y formación de tropas. "Colombia no puede ser miembro y tampoco desea ser miembro de la OTAN" señaló. El ministro posteriormente reforzó esa declaración en un despacho de prensa. Pero las palabras que se escaparon de la boca del presidente fueron en realidad dedicadas a la oportunidad para que la OTAN expandiera su área de responsabilidad con la ayuda de Colombia. Lo que él señaló en cuanto a no tener la intención de convertirse en miembro de la OTAN no es otra cosa que un intento por encubrir sus verdaderas intenciones. Lo hizo con el propósito que los latinoamericanos se acostumbren a lo que es inevitable.

Más temprano que tarde, Colombia se convertirá en miembro hecho y derecho de la Alianza.

¿Y qué pasa con el Consejo Sudamericano de Defensa, el cual incluye a 12 estados, incluso a Colombia? ¿Cuáles son las misiones prioritarias para el país? El Consejo se plantea la misión de convertir América Latina en una región de paz, estabilidad democrática y desarrollo general de los pueblos. El Consejo se esfuerza por formular una política común de seguridad. Los presupuestos militares, la adquisición de armamentos y la administración de las crisis están entre los problemas en la agenda del Consejo Sudamericano de Defensa. Hasta hace poco, los miembros del Consejo se mantuvieron lejos de la influencia de la OTAN al tiempo que elaboran una doctrina común de defensa. ¿Podría Colombia conseguir combinar su lealtad con la causa sudamericana con la política que apunta hacia el acercamiento con la OTAN?

Existen otros problemas. Estados Unidos mantiene una fuerte presencia militar en Colombia bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico y las formaciones guerrilleras.

En realidad, los soldados norteamericanos estacionados en Colombia tienen por tarea la neutralización de Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Cuba, estados con gobiernos hostiles a Estados Unidos. Según algunos expertos, Venezuela es el blanco principal. Estados Unidos lleva a cabo intensas actividades subversivas para socavar al gobierno venezolano. La guerra económica y comercial está bajo la guía dada por operativos norteamericanos con base en Colombia.

Las instituciones de la seguridad venezolana luchan contra los contrabandistas que tratan de extraer del país enormes cantidades de combustibles y lubricantes, suministros médicos, alimentos y otros, difíciles de encontrar. El impacto económico alcanza varios miles de millones de dólares.

Los esfuerzos anti contrabando provocan escaramuzas entre los militares venezolanos y paramilitares colombianos, los cuales controlan que el negocio sea expedito y que en algunas ocasiones actúan bajo la protección de la policía y los militares colombianos. Los servicios especiales venezolanos han descubierto agentes infiltrados en las filas de las instituciones de seguridad del país trabajando para los paramilitares colombianos. Choques esporádicos ocurren a lo largo de los 2850 kilómetros de frontera entre los dos países. Se abre fuego con un creciente número de víctimas y los paramilitares, los narcotraficantes y funcionarios corruptos sufren múltiples bajas. Todo esto hace que la situación sea extremadamente explosiva.

Como cumpliendo una orden, la oposición radical en Venezuela inició actividades que apuntan a que la gente salga a la calle acompañada de "cacerolazos" (forma popular de protesta en Venezuela que consiste en golpear utensilios de cocina y otros para llamar la atención) como lo hicieron en los momentos más difíciles del gobierno de Hugo Chávez. En Colombia, las voces que se alzan en protesta contra las medidas del gobierno venezolano contra el contrabando, incluso el cierre de la frontera durante la noche, se están haciendo cada vez más estridentes.

Existen evidencias que indican que agentes de la inteligencia de la defensa norteamericana y de la CIA están más activos en las áreas de conflicto. Según algunos expertos, los norteamericanos aplican acciones conjuntas para provocar choques armados a lo largo de la frontera. La meta final de estas operaciones (¡y ha habido tantas en el pasado reciente!) es el derrocamiento del Presidente Maduro y el restablecimiento de la "democracia tradicional" junto con restringir la presencia de Rusia y China en el país.

Nota.- Sus comentarios y opiniones acerca de este artículo serán bienvenidos en

Por  Traducción desde el inglés por

Strategic Culture Foundation Sergio R. Anacona

editorial@strategic-culture.org



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Nil Nikandrov

Periodista y analista político escribiendo frecuentemente en la revista rusa internet Strategic Culture Foundation.

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