Los ataques contra Venezuela, coordinados directamente desde Washington

Lilian Tintori, la esposa del opositor venezolano Leopoldo López, comenzó en Washington una gira en busca de apoyo internacional para lograr la liberación de su cónyuge, preso desde el 18 de febrero bajo la acusación de instigar las protestas y la desestabilización en Venezuela. Junto a ella apareció su nuevo guía, el abogado estadounidense Jared Genser, íntimamente vinculado a los organismos de Seguridad Nacional de EEUU.

La matriz que se quiere imponer desde EEUU es que el venezolano es un Estado delincuente, vinculado a lo peor del narcotráfico y del “terrorismo” mundial, donde existe una dictadura que no permite la administración de justicia. Y en las últimas semanas al intento de detener –o secuestrar- al ex jefe de inteligencia venezolano, se sumó una campaña internacional, digitada por Washington, para presionar internacionalmente la liberación de López, quien en realidad fue abandonado principalmente por la dirigencia de la oposición venezolana.

Genser se desempeña ahora como asesor internacional de Leopoldo López, por sobre José Antonio Maese, quien fue abogado de la familia de López a nivel nacional. Juntos, en el inicio de la “campaña”, el 27 de julio último presentaron un escrito sobre “El Caso de Leopoldo López Mendoza”.

"El proceso judicial es por completo una broma. No creemos que vaya a tener una audiencia justa (…) "Así que nos vamos a asegurar de que a cada país que el presidente Maduro viaje, tenga que escuchar sobre Leopoldo López", añadió, al dejar en claro que no cree en argumentos legales sino en operativos políticos. No se refirió siquiera al hecho de que López está acusado de ser autor intelectual de incendio intencionado, instigación pública, daños y asociación para delinquir.

En rueda de prensa se hizo preguntar sobre las posibles sanciones que está considerando el Congreso estadounidense contra algunos de los funcionarios del gobierno venezolano, para que él respondiera que no forma parte de su propósito decirles a los países cómo tienen que reaccionar políticamente a lo que ocurre en Venezuela.

Tintori viajó junto con los padres de su marido y parte de su equipo de abogados a Boston y Florida dentro de su gira estadounidense, después de recalar en Colombia y hacer escala en Madrid, París y Roma, ciudad esta última donde fue recibida por el papa Francisco. “Creemos en los valores de la política exterior, sabemos que es muy importante lo que otros países digan”, repite en cada escala.

Fundador de la ONG anticubana Freedom Now, Genser, de 42 años, tuvo como clientes de su firma al expresidente checo Vaclav Havel, y premios Nobel de la paz, Aung San Suu Kyi, Liu Xiaobo y Elie Wiessel. Es miembro asociado nada menos que de la National Endowment for Democracy (NED), que financia la desestabilización en varias democracias latinoamericanas y en 2012 fue encomendado para movilizar equipos de abogados, activistas, estudiantes y ONGs para apoyar la disidencia en países como Birmania y Corea del Norte.

Es director de la firma internacional de abogados DLA Piper LLP, donde se ha destacado en sembrar los programas de sanciones de EEUU en el sistema financiero internacional, contra decisiones soberanas de países emergentes contra los intereses de las trasnacionales que ampara –como lo hace con los fondos buitre- el establishment estadounidense.

Este activista vinculado a los organismos de Seguridad Nacional de EEUU, asumió en 2012 el caso del espía estadounidense Alan Gross, detenido en Cuba y presentó una moción a favor de su cliente ante el grupo de detenciones arbitrarias del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en Ginebra, que provocó un pronunciamiento internacional contra Cuba por la detención.

Su campaña como abogado la refuerza con artículos de opinión sobre temas de derechos humanos y por la liberación de Gross, en publicaciones como The Washington Post, International Herald Tribune, Wall Street Journal, La Nación, The Star (Johannesburgo) y The Independent (Gran Bretaña), que se prestan (alquilan o venden) para sus campañas de creación de imaginarios colectivos que faciliten las campañas de los organismos de seguridad para quienes trabaja.


El síndrome Carvajal

Pero hete aquí que la realidad muchas veces suele dar cachetazos. La liberación de Hugo Carvajal, militar, exjefe de inteligencia y ahora diplomático detenido en Aruba (territorio semicolonial holandés frente a Venezuela) por pedido de autoridades estadounidenses, terminó como tenía que terminar, con su liberación. Y, entonces, la derecha vernácula se la tomó con Holanda.

Diego Arria, dirigente ultraconservador, señaló que “Si los Estados Unidos no protestan ante el Reino holandés por esta salida "neo-diplomática" que evita la extradición de un personaje tan peligroso con un record abominable, significa que lo mueve la misma preocupación de Holanda”. La prensa comercial venezolana intenta abonar a la matriz imperial que apunta a preparar el escenario para la intervención en Venezuela en cualquier modalidad: “EEUU insistirá en llevar a Carvajal ante la justicia”, dice El Nacional.

Pero la noticia está completamente ausente de las primeras páginas de otros medios de la derecha hispanoamericana, que no quieren apuntarse en la farsa, como Folha de Sao Paulo, La Nación y El Clarín de Buenos Aires, El País y El Mundo de España, entre otros. Han tratado de forjar declaraciones oficiales de EEUU, pero éstas hicieron mutis por el foro.

Las agencias de noticias que adelantaban un escándalo mayúsculo apenas pudieron forjar un rumor: “EEUU expresó el lunes su malestar ante lo que calificó como ‘reportes verosímiles’ de que el gobierno venezolano amenazó a Aruba, Holanda y otros gobiernos para obtener la liberación de Hugo Carvajal Barrios”. La declaración es atribuida a “una portavoz del Departamento de Estado quien solicitó el anonimato”.

En cuanto a la subsecretaria de Estados Unidos para América Latina, Roberta Jacobson, no emitió ninguna declaración oficial, sino que se pronunció a través de su cuenta personal de twitter, escribiendo que “La liberación del ex director de inteligencia venezolano es una burla”. No es ninguna declaración oficial del Departamento de Estado -que podría haber generado una pequeña tormenta diplomática con Holanda-, sino apenas un giño para sus fieles seguidores en esta guerra de cuarta generación contra la Revolución Bolivariana.

Y, para colmo de males, en Caracas y con Nicolás Maduro como anfitrión, se realizó la cumbre del Mercosur, donde nadie se acordó de López…salvo el sorprendente canciller chileno.

El autor es: Sociólogo venezolano. Investigador del Observatorio en Comunicación y Democracia

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