En respuesta a un funcionario norteamericano

Hace algunos días, observaba con asombro las declaraciones de un funcionario de alto nivel perteneciente al régimen  que actualmente gobierna Estados Unidos. No sé si por ignorancia o por malicia éste funcionario hacía referencia a las dictaduras suramericanas de décadas anteriores y comparaba el actual gobierno de Venezuela con los dictadores de aquellos años.

Es lamentable que un funcionario del servicio exterior estadounidense, en pleno Siglo XXI, se atreva a hacer referencia a los gobiernos verdaderamente totalitarios que hubo en nuestra América para explicar la situación política venezolana. Es deplorable que a estas alturas desde el norte del continente se piense que nuestros pueblos son ignorantes de su historia.

En las siguientes líneas me tomaré la libertad de refrescarle un poco la memoria a éste indigno funcionario del gobierno de los Estados Unidos.

Bien, comencemos por citar textualmente las palabras del funcionario en cuestión: “La crisis en Venezuela me recuerda a épocas pasadas, cuando hombres fuertes gobernaban usando la violencia y la opresión”. Al parecer él solo recuerda ese pedazo de la historia, pero ha obviado en sus declaraciones lo más importante: todos los dictadores suramericanos que gobernaron utilizando “la violencia y la opresión” lo hicieron bajo el auspicio y la protección de los gobiernos de Estados Unidos que, en pro de defender sus intereses, se aliaron con la derecha suramericana para promover gobiernos dictatoriales y, en contra de la voluntad de los pueblos, masacraron y torturaron a quienes disintieron de las políticas impuestas para complacer los delirios de poder de la élite Estadounidense. Básicamente, ha obviado la historia de la Guerra Fría, donde, en un intento audaz por consolidar su dominio en el hemisferio, EEUU utilizó al socialismo centralista de Stalin como chivo expiatorio para justificar su inmoral actuación en nuestra región.

Con el ascenso al poder en 1953 del presidente D. Eisenhower, la política exterior estadounidense para la América Latina se tornó abiertamente pro-dictatorial, “pro-capitalista” y altamente intervencionista (imperialista), aunque esto no significa que en años anteriores no lo fuera. Para alcanzar sus objetivos, Estados Unidos se valía principalmente de la OEA y del TIAR, no por casualidad la OEA fue bautizada de forma burlona como “Ministerio de las Colonias” y cualquier intento de hacer cambios en pro del bienestar de los pueblos era tildado de <<comunista>>. 

Para comprender mejor el accionar de Estados Unidos en nuestro continente durante el siglo XX es necesario destacar varios casos:

Guatemala: Tras las elecciones en el año 1950,  un militar y político guatemalteco llega al poder, su nombre es Jacobo Árbenz Guzmán. Aunque no es comunista y, a diferencia de su antecesor quien además era del mismo partido, es más abierto a la participación en el gobierno de factores de tendencia socialista, pues no cierra las puertas a aquellos sujetos que considera competentes para solucionar los problemas que enfrenta Guatemala en aquel momento, siendo uno de los más graves la tenencia de tierras: al campesino se le dificultaba convertirse en dueño de su propia parcela (eran tratados como esclavos por las compañías transnacionales que usufructuaban la riqueza  agraria del país, como era el caso de las empresas bananeras como la  United Fruit Company).

 Árbenz intentó, en su momento, impulsar reformas que beneficiaran a los campesinos para sacarlos de la situación de miseria y esclavitud feudal en la que se encontraban mediante decretos que establecían que las tierras no cultivadas de las empresas bananeras pasarían a manos de los campesinos y procedió a tomar otras medidas de carácter nacionalista. Evidentemente esto le ocasionó problemas porque cuando asumió el poder casi todo el hemisferio occidental se encontraba alineado conforme a los intereses de Estados Unidos y en contra de la “amenaza comunista”. Así pues, las amenazas no tardaron en llegar desde Washington. Su gobierno fue acusado de comunista y se empezó a trazar un plan para derrocarlo. Casualmente, para ese entonces el jefe de la CIA era Allen Dulles, quien, si no me equivoco, tenía intereses en la United Fruit (era miembro de la firma de abogados de la compañía) y era hermano menor de John Foster Dulles Secretario de Estado (canciller) de Estados Unidos.

Carlos Castillo Armas, militar guatemalteco de extrema derecha  fue el responsable de dirigir el golpe de estado que financiaron la CIA y el Pentágono para derrocar al presidente el 17 de Junio de 1954. Los contrarrevolucionarios encabezados por Armas fueron transportados hasta las fronteras guatemaltecas  a bordo de un avión perteneciente a una filial de la compañía Pan American Airways y la ciudad de Guatemala fue bombardeada por aviones DC-3 con pilotos estadounidenses abordo. Pese a esto, no lograron remover al presidente Árbenz de su cargo. Por lo que el Embajador de Estados Unidos en Guatemala, John Peurifoy, se encargó personalmente de asestarle el “golpe de gracia” comandado por los generales Carlos Enrique Díaz y Elfego Hernan Monzón Aguirre, este ultimo de extrema derecha al igual que Armas, que finalmente derrocó al presidente. El general Díaz asumió el poder, pero él mismo Embajador Peurifoy se encargó de arrestarlo y le entregó el mando a Monzón, quien inmediatamente procedió a entregárselo a Armas.  Luego de esto, Armas restituyó a la United Fruit Company todos los privilegios que tenía antes de las reformas del presidente Árbenz.

Por si fuera poco, Estados Unidos intento utilizar la X Conferencia Interamericana realizada en Caracas, capital de mi país a principios de 1954, como escudo para justificar sus acciones en Guatemala al impulsar una resolución en contra del comunismo que no dejó lugar a dudas de la posición del hemisferio con respecto a los comunistas. Parte de la resolución exponía que “La dominación o el control de las instituciones políticas de cualquier Estado americano por el movimiento comunista internacional (…) constituiría una amenaza contra la soberanía e independencia política de los Estados americanos, pondría en peligro la paz de América, y exigiría la acción apropiada de conformidad con los tratados existentes”. Guatemala fue la única que votó en contra de esta resolución por motivos obvios.

Por cierto, Venezuela por aquel tiempo estaba bajo la Dictadura del Gral. Marcos Pérez Jiménez, y esto causó cierta molestia entre algunos de los países invitados que consideraban inaceptable que Caracas fuese la sede de la conferencia. Pero el Gral. Pérez Jiménez fue condecorado por Estados Unidos con la “Legion of Merit”, el reconocimiento más importante que entrega el gobierno estadounidense a extranjeros.

Nicaragua: A principios del Siglo XX y desde la segunda mitad del siglo XIX, Nicaragua se encontraba supeditada a los designios de Estados Unidos, sobre todo desde el punto de vista de las relaciones económicas, en este país donde también la United Fruit Company poseía grandes beneficios, diferentes administraciones estadunidenses hicieron de las suyas. Los marines de Estados Unidos se encontraban en territorio Nicaragüense desde 1912 para proteger los intereses de la élite económica norteña en ese país, el rechazo popular a la ocupación militar era notorio pero aun así la ocupación se mantuvo hasta 1925.

En 1925 se realizan unas elecciones y dada una coalición entre conservadores y liberales auspiciada por Estados Unidos, llega al poder Carlos Solórzano del partido conservador, (recordemos que Estados Unidos apoyaba el ala conservadora en Nicaragua para aquel entonces). Pese a esto, un militar y político conservador de nombre Emiliano Chamorro da un golpe de Estado en 1926 y llega al poder, sin embargo poco tiempo después el poder pasaría a manos de Adolfo Díaz, también conservador. Todo esto iba a ocasionar una molestia extrema en las filas liberales que, encabezadas por el Gral. José María Moncada Tapia, iban a rebelarse contra el gobierno de Díaz y exigirían el poder para Juan Bautista Sacasa.

Debido a esto el gobierno de Estados Unidos decidió enviar nuevamente a los marines a ocupar Nicaragua. Es preciso recordar también que los liberales tenían el apoyo del presidente de México, Plutarco Elías Calles, y este era del Partido Nacional Revolucionario Mexicano de cierta tendencia izquierdista, nos serian entonces raras las declaraciones de Adolfo Díaz quien en misiva enviada al New York Times afirmaba:

“Para mí, como para Estados Unidos, la cuestión de constitucionalidad ha sido satisfactoriamente arreglada, de acuerdo con los tratados centroamericanos de Paz y Amistad de 1923. Pero no puedo responder de lo que suceda, ni de las consecuencias que tengamos que lamentar, en lo que a vidas e intereses extranjeros se refiere, si al gobierno de México se le permite suministrar dinero, armas y hombres a una pequeña minoría que se levanta contra mi administración. Nicaragua es un país débil y pobre que no puede resistir a los invasores y agentes del bolcheviquismo mexicano. Así lo hice saber a varios diplomáticos, quienes después de oírme se penetraron muy bien de la lógica de la situación. Entonces los representantes de Italia y de la Gran Bretaña fueron a visitar al ministro de Estados Unidos, con objeto de pedir protección para sus amenazados connacionales, a quienes yo no puedo dar las garantías que necesitan”

Esta es una de las razones más evidentes de la afirmación que el autor de este artículo comparte, y es que la guerra fría no comenzó en 1946, sino que comenzó desde el momento en el cual la Revolución Rusa de 1917 triunfa. Desde entonces cualquier intento de los pueblos del mundo por alcanzar su libertad seria tildado de “comunista” o “bolchevique”, pero continuemos con las acciones de Estados Unidos.

El gobierno estadunidense apoyaba al presidente Adolfo Díaz en el poder y, junto a la Guardia Nacional, perseguían a los liberales. Augusto Nicolás Sandino conforma un ejército para hacer frente a las tropas estadounidenses y a la Guardia Nacional, es perseguido intensamente por las tropas estadounidenses que se ven derrotadas en varias oportunidades, frustrados  por aquellas derrotas los estadounidenses recurren al uso cada vez más cruel de la aviación, bombardean aldeas enteras, y arrasan con cualquier poblado del que se sospeche pueda prestar ayuda a las fuerzas sandinistas.

En 1933 las tropas  estadunidenses abandonan Nicaragua, frustradas y sin haber alcanzado sus objetivos, para entonces el presidente era el Liberal Sacasa y Sandino intenta crear las condiciones para la paz ya que las tropas estadunidenses habían abandonado el país. A pesar de esto la Guardia Nacional, comandada por Anastasio Somoza, continuaría persiguiendo a los sandinistas, (recordemos que la Guardia Nacional había sido creada por iniciativa estadunidense y que Anastasio Somoza era un fiel sirviente de los designios de la administración norteña).

El 21 de febrero de 1934, luego de una cena en la casa presidencial con Sacasa, Sandino fue capturado junto a su padre y otros colaboradores por la Guardia Nacional siguiendo órdenes de Washington. Esa misma noche fue asesinado.

El comandante de la Guardia Nacional, Anastasio Somoza García apoyado siempre por Estados Unidos, posteriormente llegaría al poder como el primero de una dinastía dictatorial de las más sangrientas de la historia de la América Latina. Estados Unidos Mantendría su apoyo a las acciones del somocismo durante más de cuatro décadas.

En fin, la lista es larga y se podrían escribir unos cuantos tomos sobre las acciones aberrantes del gobierno estadunidense en nuestra América, podríamos mencionar a Chile por ejemplo, cuyo parecido con la situación actual de Venezuela es increíble, o a Panamá, donde el ejército de Estados Unidos masacro a miles de personas inocentes solo para asegurar sus intereses, o la hermana Colombia, donde sectores de derecha colombianos conjuntamente con la CIA planificaron y ejecutaron el asesinato de Gaitán y a raíz de eso han provocado una situación lamentable que ha durado más de cuatro décadas.

Lo anterior sin mencionar los pesares que han traído a la humanidad, ya que estas acciones se han repetido una y otra vez alrededor del mundo.

Y, hablando de apoyo a regímenes totalitarios, ¿la administración estadunidense no es la misma que hoy apoya a regímenes como el de  Riad encabezado por Abdalá bin Abdelaziz?, ¿porqué usted no ha hecho ninguna declaración con respecto a la amenaza de Erdogan de censurar Facebook, Youtube y otras redes sociales? ¿Será porque el régimen de Ankara es miembro de la OTAN? ¿Por qué no se condena abierta y contundentemente a Netanyahu por sus acciones criminales contra el Estado Palestino?. Volvemos al debate ¿se puede hablar de una moral en las Relaciones Internacionales?

Por esto le vuelvo a repetir, usted es un indigno funcionario de la administración del Estado que otrora fuese fundado en las más sublimes bases de la libertad, el respeto y la autodeterminación. Pero además, lamento decirle señor Joe, es usted un ignorante. 

caballerolauren@gmail.com



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