¡Avanzar sobre Venezuela! ¡Adelante!

Con este grito de guerra, que seguro hace eco en las paredes del Departamento de Defensa (¿defensa?) de los Estados Unidos, el imperialismo moviliza armas y mentiras para poner directamente sus manos sucias y sangrientas sobre la Venezuela bolivariana. Directamente, porque a nadie subsisten dudas de que hombres como Capriles y Leopoldo López son de verdad agentes infiltrados del imperialismo.

Cuando hablamos de la inminencia de una agresión imperialista a Venezuela no lo hacemos como una referencia a la agudización de la luchas de clases en el país – lo que de todo modo sería pertinente. Lo de que hablamos es de una amenaza material, concreta, de una invasión de tropas imperialistas para reinstalar en Venezuela la extrema derecha en el poder. Es en este contexto de materialidad que tenemos que discutir el origen real de las manifestaciones callejeras y los asesinatos perpetrados por los fascistas. Es indiscutiblemente obvio que las fuerzas internas de la derecha no tienen condiciones político-militares de poner abajo el gobierno Maduro. Desde el punto de vista estrictamente político, se encuentran cerrados, por efecto de la concientización del proletariado obtenida en eses 14 años, los caminos electorales. Militarmente, no serían locos hasta el punto de confrontarse con las FANB, la Guardia Nacional Bolivariana, las milicias bolivarianas, las milicias de barrios y con el propio proletariado, que, cuando llamado, pronto se hará presente con toda su fuerza revolucionaria. En eso, no se equivocará la derecha.

En este cuadro coyuntural, y agotadas las posibilidades institucionales-electorales a la burguesía – como comprobaran las últimas elecciones, no solamente la última, del 8D –, a la derecha solamente le queda el camino militar. No teniendo condiciones de emprender un confronto armado, los fascistas que viven en Venezuela no tienen otro camino sino que recorrer a fuerzas militares imperialistas, externas. Que se repita: las luchas de clase se alzaran a un nivel de agudización en el que volver es imposible.

La realidad es que el capitalismo, ya en su fase imperialista, vive hoy la profundización de la crisis sistémica que emergió en el 2008. Desde entonces, todo el sistema ha perpetrado intervenciones militares, directa o indirectamente, abiertas o disfrazadas, en busca de compensaciones a las gigantescas pérdidas que viene sufriendo. Así se explica la llamada ‘Primavera Árabe’ a la que una parte más ingenua de la izquierda insiste en denominar ‘revoluciones en el mundo árabe’, cuando lo que ocurrió fue el desarrollo y concretización de toda una estrategia imperialista de imponer gobiernos que mejor garantizasen un nuevo ciclo de expropiación de los recursos – petróleo principalmente – de aquellos países.

Bueno, lo que pasa es que el imperialismo perdió la guerra en Egipto y prácticamente igual ya perdió en Siria. La derrota impuesta por Putin al imperialismo occidental en Crimea cierra las puertas a la pretensión imperialista – viene de ahí el golpe de estado en contra de Yanukovich – a la ocupación económico-política de todo es Cáucaso.

Es este el cuadro general en el que puede ser mejor comprendida la situación y perspectivas de las luchas actuales de clases en Venezuela. Y la conclusión es que el imperialismo tiene que volver – como está volviendo – ojos y manos para Latinoamérica y específicamente para… Venezuela, adonde se encuentran, como se sabe, las más grandes reservas de petróleo del mundo. No es por mero acaso que las actuales acciones criminales de la burguesía comenzaran exactamente a los primeros señales de la derrota imperialista en Siria.

Desde nuestro punto de vista solamente una profundización cualitativa de revolución bolivariana podrá contener una agresión militar imperialista. Fundamentalmente, eso significa la instalación inmediata de un programa urgente de estatización del grande capital y, igual decisivo, la modificación de las estructuras gubernamentales con la incorporación directa de las organizaciones obreras y comunales al sistema del poder efectivo. Volver hoy a cualquier hipótesis de diálogo con la derecha es muerte. Las páginas de la Historia que enseñan esta lección guardan, hasta hoy, las marcas de la sangre del proletariado.

*Militante del Movimento Marxista 5 de Maio-MM5/Brasil


leoleal46@uol.com.br


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