Estimados camaradas, como aporte del Movimiento 13 de Abril del Estado Falcón al debate tan necesario y demorado relacionado a la valoración de los conceptos de Revolución y Socialismo en al marco de la nueva fase post elecciones presidenciales y de gobernadores 2012, y nuestro ingreso al MERCOSUR, necesitamos someter a una evaluación real, temas medulares que definen la dirección política que se da regionalmente y cuyos resultados en forma de factura se manifestaron electoralmente.

Sabemos, que estos aportes aluden a dirigentes o mejor dicho, seudodirigentes, que se sienten agraviados por levantar el tema según ellos en los momentos electorales próximos, o de gobernadores. Bueno, este siempre ha sido su excusa, mientras la desmoralización se ha comido el espíritu verdaderamente revolucionario de los colectivos.

Primero debemos circunscribirnos a la Península de Paraguaná, donde, desde nuestra óptica la revolución o acción revolucionaria desde que  el PROCESO gano las elecciones en el año 98 hasta hoy 07 de diciembre del 2012, se percibe solo como la satisfacción de algunas reivindicaciones sociales.

La Península de Paraguaná se organiza político-administrativamente a partir de tres municipios: Carirubana, Falcón y Los Taques; las respectivas capitales son Punto Fijo, Pueblo Nuevo y Santa Cruz de los Taques. La superficie total aproximada del territorio es de 2415.56 Km2, es decir, 241.556 Hectáreas y su población según censo 2010 es de aproximadamente 320 habitantes.

Si  desglosamos la Revolución desde sus diferentes planos; Económico, Cultural, Religioso, Político, Social, Militar, tendríamos lo siguiente;

En el plano económico, tendríamos que revisar el tema de la producción, una población de 320.000 habitantes dependiente económicamente casi en su totalidad de las actividades del Centro Refinador Paraguaná y empresas subsidiarias de PDVSA, que albergan un total aproximado de 10000 trabajadores entre directos y contratados, la Zona Libre de Inversión Turística, entes gubernamentales, y el resto de las actividades económicas marginales, como la pesca artesanal, y las actividades agrícolas, todas con ingresos o indicadores econométricos desconocidos para los ciudadanos, y donde no existe ni se plantea la tan necesaria contraloría social.

El aporte de la península estimado en términos de PIB es de aproximadamente 17900 millones de Bolívares, de los cuales el Centro Refinador Paraguaná representa el 96,78 %, dejando el restante 3,3 % a las actividades económicas de pesca, agricultura, industria etc.

Este  Complejo Refinador Paraguaná, “ La mayor refinería del mundo”, con ingresos superiores a 10 veces el presupuesto del estado, totalmente de espaldas al entorno social, y arropando como queriendo esconder un cordón de miseria, en los barrios aledaños, Las Piedras, Punta Cardón, Carirubana, Amuaysito, modela permanentemente la identidad regional “PETROLERA” corporativa, añorando su retorno al burgués modelo meritocrático, alimenta financieramente las catedrales del capitalismos, representada por la proliferación de centros comerciales que como Las Virtudes, Paraguaná Mall, y SAMBIL, donde solamente sus consumos eléctricos representan el consumo de la mitad de la población de la península.

No obstante, estos ingresos no quedan en la península, y su aporte en forma de Responsabilidad Social es incipiente y desconocido. Adicionalmente, para completar el panorama, los proyectos de inversión en la explotación de gas costa afuera mediante la modalidad de empresas mixtas, reproduce la sumisión en las comunidades al aplicar las dadivas como responsabilidad social que las trasnacionales entregan a estas.

Una Zona libre de inversión turística, que se erige como una caja negra para el  lavado de dólares, y el fortalecimiento de los esquemas explotadores de unos 5000 trabajadores directos, que sistemáticamente reproducen la precariedad mediante esquemas laborales que inducen la esclavitud por consenso, en el cual, son los dueños de los centros comerciales, o el aparato comercial quienes son vistos como los creadores de empleo y generadores de bienestar.

Las importaciones a valor CIF de la Zona Libre, drena divisas al país por el orden de unos 1500 millones de dólares al año que enriquece a una elite oligarca, y sin ninguna  inversión  social significativa, creando un espejismo encubierto de bienestar bajo la modalidad fraudulenta de Plan Turístico con el eslogan “ Paraguaná Capital Comercial del Caribe”

 

Un sector agrícola castrado artificialmente por partida doble, una por el mantenimiento en vigencia de un certificado de tipo ambiental, que acredita a la península como área libre de mosca blanca, disque para proteger la producción del melón, acuerdo firmado años antes de la llegada del presidente  Chávez, con la promesa fraudulenta incumplida de la exportación de una gran cantidad de toneladas  de melón al año del cual nunca se llegó ni al 1 %. No obstante, y debido a esta autoimpuesta sanción económica,  no se permite la siembra de productos que antes eran autóctonos, y actualmente desaparecidos por ser el melón uno de las frutas que más drena el contenido de nitrógeno del suelo.

La participación de la producción del melón en el PIB de Paraguaná es irrisoria, unos 4 millones de bolívares al año, actividad realizada por un número muy pequeño de terratenientes, algunos representantes  del legislativo regional del proceso revolucionario.

 Por otro lado, el tema de la tenencia de la tierra, situación está que niega las posibilidades a sus legítimos pisatarios ancestrales de cimentar sus propiedades y darles uso apropiadamente. Las particiones efectuadas sin un plan de desarrollo real, crea una gran inestabilidad cultural, mientras proyectos leoninos de tipo Turístico esperan pacientemente que los pisatarios renuncien a sus derechos y vendan sus propiedades, tal es el caso de grandes extensiones de terrenos administradas por las alcaldías de forma clientelar.

Son estas tierras en su totalidad la base fundamental de la riqueza patrimonial de la comunidad, es sobre esta riqueza que se plagia un gran fraude contra el pueblo cuando se vende la panacea del desarrollo turístico

El sector pesquero, se puede catalogar como actividad de supervivencia, afectado por falta de estudios de investigación seria, que pueda devolver la biomasa marina a su entorno, perdida esta ultima por la indiscriminada depredación ocasionada por la pesca de arrastre, hoy inexistente. Este sector pesquero, alberga unos 1500 trabajadores directos en toda la península, con una contribución al PIB de unos 6 millones de Bs.F al año, la falta total de infraestructura y lonjas pesqueras necesarias para almacenamiento y comercialización del producto castra las posibilidades de los pescadores de superar su precaria subsistencia. No habiéndose previsto un plan supletorio de acción, la promulgación de la ley de pesca  ha  transformado la destartalada flota arrastrera en apéndice del contrabando de combustible.  

En síntesis;

Las riquezas de la península están definidas por sus tierras, sus playas, su ubicación geográfica estratégica,   un potencial agrícola dormido, y una gran comunidad luchadora etc, esta sin embargo siendo sustituido por un proyecto a todas luces burgués y materialista como lo es convertir la península en un paraíso fiscal, esquema este fracasado ya en el estado Nueva Esparta.

La falta de gobernanza, aunado al clientelismos político implantado por los dirigentes del parido PSUV, junto a la asociación cortesana de estos últimos con los dueños del capital financiero especulador, mercantilista y entreguista, que libremente se mueve en estas tierras, hacen casi imposible el desarrollo de la revolución a menos que se desmonten todos estos elementos.

La desarticulación de  las expresiones del poder popular trazadas a medias en las comunas o concejos comunales solo dan la apariencia de poder popular, mientras dejan su instrumentación en manos de una burocracia institucional que asfixia la construcción social de la nueva hegemonía del pueblo.

Como resultado del nombramiento de candidatos a las Gobernaciones de fracasados representantes cuyas gestión solo se sostienen en la popularidad de nuestro presidente Chávez y no en la evaluación real de su gestión regional, con parámetros y premisas socialistas o revolucionarias, se ha generado una actitud pasiva de resignación de los sectores o dirigentes luchadores que no comparten con el ejecutivo regional su política, y ponen en peligro de perder las elecciones regionales para el próximo mes de diciembre.

El voto castigo en Falcón supero con creses la media nacional, mas de 60000 votos inundaron tarjetas de un polo patriótico sin dolientes, sin ninguna identificación con la realidad local, pero al mismo tiempo abultando tarjetas cuya apetencia electoral no representa el sentir de los colectivos que aplicaron este voto castigo.

Los proyectos de infraestructura ejecutados, solo satisfacen las apetencias del sector comercial y mercantilista, que ve fortalecido su hegemonía económica y financiera.

Los servicios menguados como la falta de electricidad y de agua, encarecen y reducen las economía familiares, allanando el camino para la sustitución de propiedades de la tierra por cansancio, mientras paradójicamente se vende la península como la panaceas, el dorado o la meca del turismo nacional, turismo este, inexistente en términos efectivos del aporte al PIB nacional, por la inexistencia de infraestructura hotelera acorde con el poder adquisitivo  del visitante promedio, mientras entretelones, y paulatinamente, una gran fuga de divisas por el orden de los 1500 millones de dólares anuales engordan de manera grotesca una elite extranjera y nuevos ricos vinculados a la seudodirigencia política regional.

Esta nueva coyuntura nos obliga a diseñar una propuesta de desarrollo regional hasta ahora inexistente, que será presentada en la próxima presentación.

*Ing. Gonzalo Tovar

Movimiento 13 de Abril PNA