La profundidad de la ignorancia

Cuando se dice que la educación es desarrollo es cierto, sin embargo, todo depende de cómo se concibe el desarrollo porque para el pueblo la vida es desarrollo, desarrollarse es crecer en la vida, un proceso educativo no reconoce un fin superior a si mismo ya que este significa reorganización, reconstrucción, redirigiendo el proceso revolucionario para que las actividades de la juventud determinen el futuro.

El aumento de la drogadicción producto del narcotráfico, los embarazos no deseados, los suicidios de niños y jóvenes, la corrupción en todos los niveles, la violencia, hay fascinación por la violencia mediática más gráfica, mas sexual y más sádica denotan una patología especial que se complica con las secuelas de la crisis económica, de los cambios climáticos, de la demagogia política, de las guerras impulsadas por EEUU y por la falsa moral de la Iglesia católica y de otras religiones.

¿Por qué las guerras y otras formas de violencia son una constante a lo largo de la historia? ¿Por qué el capitalismo y la iglesia del Vaticano insisten en sostener la pobreza y la desigualdad? ¿Por qué algunos países son más violentos que otros? El sistema capitalista y la Iglesia vaticana  han deteriorado la moral que aqueja a todo el mundo producto de un sistema económico-político decadente como decadente son los principios religiosos.

Preguntas y respuestas como estas abundan, pero, no hay muchas respuestas convincentes para el aumento en el consumo del alcohol, drogas, pornografía infantil o por el incremento de armas en la población, sin embargo, la inseguridad tiene raíces más complejas como la desesperación por encontrarse marginados social y económicamente, es uno de los mayores problemas del capitalismo exportado globalmente. La gente sabe que no tiene control sobre su vida.

El nuevo gobierno francés ataca de raíz este problema restableciendo la moral laica en las escuelas y colegios. El ministro francés de educación dijo "ha llegado la hora de retomar la moral laica en las escuelas".

El estado laico no debe propiciar religión alguna. "La moral laica significa comprender lo que es justo, distinguir el bien del mal, tener consciencia de los derechos humanos sobre todo de los deberes y la libertad, respeto a la no discriminación y conocer el humanismo" concluye el ministro francés de educación.

Por acá, el problema es ¿Cómo enseñar estos valores? ¿Cómo pedirles a los curas del pueblo y a los intelectuales si aún existen lo mismo que a la gente consciente que apoya la revolución que pensemos a profundidad que una revolución cultural sostiene y empuja la transición al socialismo?

A muy pocas personas les interesa debatir esto porque la cultura carece de espectacularidad, son temas que no dan votos y que implica poner limón y sal en la herida, mientras vivimos bañados de hipocresía y miramos la historia como pasatiempo y a los héroes como bueno, ellos nos liberaron y gracias, qué más da.

Mientras los valores, principios, ética, humanismo, socialismo, que deben representar unidad en estos lugares revolucionarios, debemos preguntarnos ¿estamos construyendo una nueva intelectualidad con esta masa que apoya al proceso, todavía desorganizada, interesada, caótica, con unos funcionarios prepotentes en instituciones públicas organizadas por pautas tan antiguas como las creencias?

Con nuestros escritos, libros, opiniones, conversatorios, debates, ¿estamos fomentando la ética revolucionaria o solo pretendemos atrapar valores? Y, así nos queremos quedar porque muchos aseguran que nuestros problemas pertenecen a la intimidad del proceso, no están de acuerdo en ventilarlos públicamente, "olvidando" que este es un proceso de cambio y revolucionario. No podemos seguir sobreviviendo con ilusiones cuando la mediocridad nos agobia.

Apostamos a lo pequeño, queremos alargar infinitamente la hora de la transición, odiamos lo rápido y eficaz porque nos gusta la eficiencia y la velocidad que nos ofrece el burocratismo, nos cae mal hablar de radicalidad, para muchos es un pecado revolucionario, es mejor así como estamos tirándonos dardos envenenados unos a otros para algunos cretinos eso es revolución.

Para esta gente, la hipocresía es un estilo del socialismo del siglo XXI, un modo de ser porque ¿Para qué ser honesto, directo y franco? Es mejor mirar a otro lado haciéndonos los pendejos.


rcpuma061@yahoo.com



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Raúl Crespo


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