¿Quiénes asesinaron al embajador en Libia?

Estados Unidos ha jurado "hacer pagar" a los responsables por el
asesinato de su Embajador en Libia.
Pero la realidad es que los responsables de la muerte de Christopher
Stevens habían sido armados, financiados, entrenados y dirigidos por
las fuerzas especiales de la OTAN. Y Estados Unidos es el líder de la
OTAN.

En marzo de 2011, antes de ser nombrado Embajador, Stevens había sido
designado representante especial ante el denominado "Consejo Nacional
de Transición" (NTC) constituido en Benghazi para coordinar el apoyo
financiero, militar y diplomático de EEUU a la lucha por deponer al
gobierno legítimo de Libia. Allí jugó un papel destacado en la
coordinación de la subversión violenta apoyándose en organizaciones
terroristas locales ya que Benghazi, situada a más 400 millas al oeste
de Trípoli, la capital, se considera el epicentro de 30 años de
extremismo terrorista y asiento  de la organización Al Qaeda en Libia.
Aunque la sede de la Embajada estadounidense, como las de todos los
países acreditados en Libia, es Trípoli, el Embajador Stevens perdió
la vida cuando se hallaba precisamente en el Consulado de Estados
Unidos en Benghazi.

Según manifiesta el periodista Tony Cartalucci en un trabajo que
publica la revista digital Activist Post, tras las protestas ante las
representaciones diplomáticas estadounidenses está el propósito de
rescatar el crédito “en la calle” de las organizaciones sectarias
extremistas tales como Al Qaeda que son cada vez más vistos
internacionalmente como mercenarios al servicio de la política
saudita-estadounidense-israelí.

 De ahí que la violencia sea siempre de limitado alcance – solo para
restar legitimidad a las acusaciones de connivencia con Estados
Unidos, algo que desacredita a estas organizaciones.
El Embajador Stevens aparentemente fue capturado por el humo cuando
trataba de escapar del Consulado de EE.UU. en Benghazi y murió
asfixiado, víctima de circunstancias imprevistas, no de un asesinato
selectivo. Sin embargo, la muerte de un diplomático de alto rango de EE.UU. en
Libia, en Benghazi, la guarida de Al Qaeda, deja a Estados Unidos y su
política exterior, especialmente en lo que respecta a Siria, en
ruinas.

La concentración del terrorismo internacional, que actualmente tiene
poderosos aliados en la superpotencia y sus aliados europeos tiene una
historia larga en el territorio de Libia.
El Grupo de Lucha por una Libia Islámica (GLLI), junto con sus
filiales y predecesores, fueron armados, entrenados, sus líderes
mimados y apoyados por Occidente durante más de 30 años. Uno de estos
predecesores, el Frente Nacional para la Salvación de Libia (NFSL),
creado por la CIA estadounidense, hizo varios intentos para asesinar a
Gadafi e iniciar una rebelión armada en Libia durante la década de
1980.

Muchos de estos combatientes se unieron a Al Qaeda, creado por Estados
Unidos y Arabia Saudita en las montañas de Afganistán en la década de
1980. La mayoría de ellos continuó viviendo y operando desde la región
Cirenaica oriental, de Libia y, en particular, en las ciudades de
Benghazi y Darnah. En 2001, fueron a combatir en Afganistán frente a las tropas
estadounidenses y a comienzos de 2003 pasaron a Irak contra el mismo
adversario.

Comoquiera que el gran número de reclutas de Libia Islámica que fue a
Irak mantuvo una estrecha colaboración con Al Qaeda, junto a cuyas
fuerzas combatía, se  consolidaron los nexos entre ambos y, luego de
la excarcelación de los prisioneros de guerra, se produjo la fusión
entre ambas organizaciones en 2007.

Parecería inconcebible que Estados Unidos escogería como aliado para
sus guerras en Libia y el Medio Oriente a quienes fueron epicentro del
terrorismo en Libia durante tres décadas e incluso habían luchado
directamente contra las tropas estadounidenses en varios teatros de
guerra - especialmente después de que se anunciara oficialmente su
fusión con Al Qaeda, organización a la que Washington atribuye la
monstruosa acción terrorista de 11 de septiembre de 2001contra las
Torres Gemelas de Nueva York.

Pero eso es exactamente lo que hizo Estados Unidos.
Cartalucci se pregunta ¿A quien exactamente Estados Unidos hará
"pagar" por la muerte del Embajador Stevens? ¿Retirará los fondos y
las armas que está utilizando actualmente para aterrorizar al pueblo
de Siria? ¿Liquidará las organizaciones terroristas y bases de
reclutamiento en Libia de mercenarios con que Estados Unidos libra su
guerra contra Siria?
“Improbable”, se responde.

manuelyepe@gmail.com


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Manuel E. Yepe

Abogado, economista y politólogo. Profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana, Cuba.

 manuelyepe@gmail.com

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