Descubrir no es suficiente...hay que derrotar la estrategia del imperio

Está en marcha una conspiración contra la Revolución Bolivariana. Derrotarla es vital.

EE.UU., es el imperio de los libretos. No improvisan, no imaginan, no crean, siguen al pie de la letra lo establecido en los manuales diseñados para cada ocasión. Esto convierte el detección de sus estrategias en algo pueril y hasta aburrido, de no ser por el dolor y sangre que sus libretos generan. Cuando deciden tomar los recursos de un país y, por alguna circunstancia, en ese país ciertos líderes o su pueblo se resiste al saqueo, empiezan una guerra propagandística en el ámbito internacional con el objetivo de crear una imagen de la víctima que le justifique cualquier acción sobre este.

La receta no cambia en lo más mínimo. Una combinación de agencias de información, medios de comunicación globalizados y sus rebotadores nacionales, declaradores de oficio en el alto gobierno estadounidense y sus espejos entre los políticos del cipayaje vernáculo hacen el trabajo.

Quebrar la soberanía petrolera en la república bolivariana de Venezuela es, hoy por hoy, un claro plan en marcha. Para lograrlo siguen minuciosamente los pasos del fatal y conocido libreto.

1º) Hacer que la imagen de Hugo Chávez y la revolución bolivariana sea percibida por el mundo entero como un adversario todo poderoso, peligroso y letal para la paz de la región.
2º) Destruir la imagen de la industria petrolera. Proyectar a PDVSA en el foro mundial como una empresa no confiable, una empresa que no garantiza el flujo de crudo a los mercados internacionales y, destruir la fe del pueblo venezolano en la nueva PDVSA. Salpicar de escándalos en cadena la administración de la industria hasta destruir su credibilidad en el corazón del pueblo, especialmente entre sus propios trabajadores. Se trata de destruir su autoestima de modo qué, los mismos hombres y mujeres que salvaron la industria cuando el brutal golpe petrolero, hoy se perciban a sí mismos, incapaces e inexpertos.

En la primera estrategia, aquella que busca presentar a Hugo Chávez poco menos qué como un engendro del diablo, una versión corregida y mejorada de Sadam Hussein con Terminator, no han podido ser más burdos. Véase la secuencia de estos últimos días y aparecerá con claridad meridiana el libreto.

a) Roger Noriega y el propio Rumsfeld aflojan un caramelo para bobos. Un señuelo que engañe al desapercibido ciudadano consumidor de titulares. EE.UU., levantan el pie del acelerador. EE.UU., dejará tranquilo a Chávez, poco más o menos eso fue en esencia lo declarado por estos dos voceros. No pasaría mucho tiempo, -así son de arrogantes- sin mostrar las verdaderas intenciones.
b) Con sincronía grosera y burda, salta a la cadena de medios globales la declaración ofrecida por el propio George Bush, señalando qué “los fusiles AK que está adquiriendo Venezuela de Rusia podrían terminar en manos de la guerrilla terrorista en Colombia”. Ahí mismo, como por encanto, los medios colombianos, con amplia repercusión entre sus pares venezolanos, sueltan la perla de “Uniformes del ejército venezolano capturados en Colombia”, por cierto con destino al ELN. Es de imaginar que tendrían debidamente colocadas las etiquetas de destinatario y remitente como Dios manda, para no dejar nada al boleo. No para allí, ¡de ningún modo!, otra noticia de “buenas fuentes” informa sobre la incautación de armas y municiones con igual remitente y similar destinatario. En el congreso colombiano, para que al guiso no le falte nada, se denuncia, de aún más “confiables” fuentes, que Venezuela estaría adquiriendo, no 100 mil fusiles sino 300 mil.

Más claro…el agua clara. Primero el “comentario” sale de los EE.UU., ahora “insospechable” de malas intenciones, y de inmediato surge la “preocupación” y las “pruebas” de entre los propios vecinos. No faltarán en los próximos días más hallazgos y pruebas del suministro de armas de Venezuela a la guerrilla “terrorista” en Colombia. Ya veremos como de entre nuestros acuciosos “periodistas de investigación” saltarán esas pruebas en la forma de videos, documentos, fotografías y demás menudencias. Nada nuevo, ¿acaso no recuerdan los múltiples videos de Patricia Poleo, Venevisión o Globovisión?.

En el segundo frente de ataque la acción está siendo demoledora. Va para dos semanas en las cuales, la cadena de titulares y su complemento en los medios televisivos y radiales, no se mueven de un solo objetivo: PDVSA es un nido de corrupción; PDVSA es un desastre operativo; PDVSA se encuentra poco menos que a punto de cesar en sus operaciones. Expertos petroleros, economistas, gente de la antigua PDVSA y políticos, se pasean todo el día religiosamente por estudios de televisión y periódicos entrelazando machaconamente la misma matriz de opinión. La acción logra su objetivo, al menos en sectores que habían lentamente recuperado su capacidad de pensar, sobran quienes al mencionar PDVSA, en estos días, la asocian automáticamente a corrupción.

Es verdad que al lanzamiento del imperio y sus lacayos nacionales se les ve las costuras, pero… eso no es suficiente. Tanto el Ministerio de Información y Comunicación, como PDVSA y todos los factores que defendemos este proceso hemos de empeñarnos en una acción inteligente y eficaz que revierta estos efectos. El ataque no sólo debemos detectarlo, eso es relativamente fácil, hay que derrotarlo.


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Martín Guédez


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