CELAC: logros y retos en el territorio de la esperanza

El sólo hecho de que treinta y tres Jefes de Estado se reúnan en cualquier país del mundo es de por sí un gran acontecimiento. Esto no ocurre frecuentemente.
La oposición tiene que ser muy torpe y miope para caer en la mezquindad ridícula de empequeñecer este acontecimiento. Pero lo hacen insistentemente.

Están engañados quienes creen que la diversidad ideológica de los gobiernos del continente atenta contra el éxito de la novel comunidad, todo lo contrario; que líderes de tan variado pensamiento político se hayan puesto de acuerdo para esta trascendente iniciativa de integración, significa que la CELAC goza de una legitimidad incuestionable y una base social ancha como nuestros mares y tierras.

La exclusión de Estados Unidos y Canadá ni siquiera revela un antagonismo caprichoso, nuestros pueblos aman a los pueblos de esos países, pero estamos conscientes que las agendas de intereses y prioridades de ellos no son comunes a las nuestras.
Por eso se impuso lo que el río de la historia fue trayendo. Las naciones latinoamericanas y caribeñas necesitan encontrarse sin el ruido de posiciones hegemónicas a priori. Necesitamos hablar como iguales.

Ciertamente las diferencias regionales también son parte de nuestra realidad; entre Brasil y El Salvador ó entre México y Grenada las dimensiones son extremas en cuanto a tamaños de población, territorios y economías.
Pero son diferencias como las que presentan el conejo y el búfalo frente al león depredador. Hay cuestiones comunes que son de vida o muerte.

La necesidad de un mundo en paz, la búsqueda de relaciones de intercambio justas, la defensa de la autodeterminación de los pueblos, la corresponsabilidad ambiental, la cooperación científico-tecnológica y la democratización del sistema internacional son aspiraciones comunes de la grey indoamericana, que no necesariamente interesan a las potencias del norte.

El bloque que se constituye en Caracas, modificará el mapa geopolítico mundial. Ahora junto a EEUU, Rusia, China, India y la UE, habrá que remarcar también a la CELAC.
Obviamente los intereses capitalistas nacionales y transnacionales presentes en nuestros países jugarán a sacar provecho cada uno por su lado; los Estados, sin embargo, tendrán que mirar mucho más allá del capital y apuntar a la superación de viejas heridas en la piel y el alma de los pueblos, que esperan redención con ánimos de ser protagonistas de los cambios.
Porque son los pueblos los que están empujando la historia desde abajo, y será desde allí de donde vendrán las transformaciones verdaderas para una nueva realidad social y política en Abya Yala.

Un cambio de época está en marcha, comienzan a consolidarse aspiraciones de hace dos siglos; nuevos paradigmas afloran de los poderes creadores del pueblo, nuevas situaciones se vislumbran en el horizonte americano.

La CELAC es la respuesta histórica al desgaste de la OEA y es la reivindicación del bolivaranismo frente al monroísmo.

Que 33 jefes de gobierno se reúnan en cualquier parte es de por sí una noticia, pero esta reunión de 33 Jefes de Estado en la Venezuela Bolivariana, es mucho más que eso, es el nacimiento de un gigante en esperanzas.


caciquenigale@yahoo.es


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Yldefonso Finol

Economista. Militante chavista. Poeta. Escritor. Ex constituyente. Cronista de Maracaibo

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