Hay que prepararse para lo peor

EE UU: ¿Qué viene ahora? ¿Qué hacer?

La escalada se hará más feroz, interna y desde afuera. Pero por más que intenten calentar la calle los escuálidos a lo sumo si llegarán a calentarse ellos mismos. Ya no hay retorno posible. La muerte de la oposición ocurrió por consunción, por carecer de autenticidad, de coraje, de cerebro y de patriotismo. Por ello sólo tiene vida artificial con los dólares que le envía el cerdo Bush. Ni a lacayitos siquiera llegan.

No obstante el ataque de Washington no tendrá tregua, y confecciona su artillería a la manera de siempre que consiste en desacreditar internacionalmente al oponente para después activar el tiro en la nuca. El descrédito internacional ha comenzado por presionar a imbéciles como el Presidente de Panamá, el hijo de Torrijos que le salió servil al Departamento de Estado. A mover piezas otra vez desde Colombia con el enano Uribe Velez. Tratarán de meterse otra vez en el Caribe. Buscarán las sanciones económicas que puedan contra nuestro país, y todo esto de manera urgente y precisa. Los gringos podrán ser todo lo hijo de puta que se quiera, todo lo abominable que quepa imaginarse, pero saben ir a sus objetivos con persistencia y con precisión.

Uno de los puntos muy peligrosos que veo en las actuales circunstancias, en la que el grueso de nuestras reservas internacionales se encuentran en el Norte es, como ocurrió con Irán a inicios de la década de los ochenta, que los gringos puedan congelarlas. No hay que olvidar que EE UU tiene congelados millones de dólares de Irán, desde hace más de veinte años, y que sólo por “efectos humanitarios” los descongelaron por apenas unos días con motivo del poderoso terremoto que asoló a esa Nación. Cierto es que nuestro gobierno podría expropiar bienes de los gringos en nuestro país, pero eso nunca se equiparía al terrible daño que ellos nos harían.

Hay que prepararse para lo peor, y lo más doloroso es ver esa mar de alcaldes y de gobernadores petulantes y ensoberbecidos en sus dominios, dormidos en los laureles, que no saben lo que es una revolución y que viven enfrascados en proyectos miserables personales (a costa de la imagen que les trasmite Chávez). Estos falsos revolucionarios están desmantelando al país: esquilmándolo, arruinándole sus defensas, minándoles los poderes del pueblo y despilfarrando sus recursos. Abajo otra vez gime el pueblo como siempre, como cuando los adecos, rumiando ahora a la posibilidad de un referendo que los saque. Para qué entonces tantos esfuerzos desde las UBE, y dónde y qué hacen éstas para que continuemos en este limbo de inoperancia, de inutilidad y tormento.

La guerra con EE UU exige que no perdamos más tiempo con el enemigo dentro de la revolución que señalándolo, para que de inmediato se proceda a sacarlo de circulación. Es vital para la vida del proceso. Es esencial que comiencen ya a procesarse las denuncias y que se busquen los mecanismo de la inteligencia social que rectifique o que al menos paralice esta criminal acción dentro de la revolución.

Vacilar es perdernos, camaradas.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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