Hay que impedir la reelección de Ban-Ki-Moom

La crisis sistémica terminal del Capitalismo y las convulsiones que esa crisis y, en general, el modelo civilizatorio capitalista, vienen generando en el planeta en este comienzo del siglo XXI, forzosamente tiene que reflejarse en una organización como la Organización de Naciones Unidas, ONU, que ha llegado a su decrepitud política, convertida en instrumento perverso de la alianza hegemónica del imperialismo norteamericano, los Estados de la OTAN, el sionismo internacional y el capital financiero internacional, en su propósito de reordenar las relaciones nacionales e internacionales, con el fin de salvar su sistema explotador y depredador, de su desaparición definitiva.

Durante su primer período de existencia, (1945-1991), la ONU vivió un largo proceso de equilibrio inestable entre los dos poderes mundiales, representados por los Estados Unidos de América y la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, lo cual se ve afectado, a favor de las fuerzas progresistas, por el fortalecimiento del Movimiento de Países No Alineados ( creado en los años 50s por el egipcio Nasser, el indio Nerhu, el indonesio Sukharno y el yugoslavo Tito) a causa de la adhesión de los nuevos Estados independientes de Africa y Asia y, la incorporación de la República Popular China como miembro pleno, con Derecho de Veto, en el seno del Consejo de Seguridad, en reemplazo del ente secesionista de Taiwan, aliado de los Estados Unidos.

Sin embargo, con los cambios antisocialistas operados en Europa del Este a partir de 1.989, la posterior disolución de la Unión Soviética y la involución Capitalista de la hoy Federación Rusa, se rompe el equilibrio de poder en el planeta, lo cual se expresa en el dominio imperialista y de sus aliados de la OTAN y el sionismo internacional de la situación mundial y especialmente, de los órganos fundamentales de la ONU (Asamblea General, Secretaria General y Consejo de Seguridad), frente a una Rusia debilitada, una China concentrada en el desarrollo de su economía, en alianza con el capitalismo global y, el debilitamiento del Movimiento de Países No Alineados, a causa de la crisis económica, los conflictos políticos internos y regionales y, la destacada ausencia de un liderazgo de estos países en capacidad de hacer valer su manifiesta mayoría de Estados Partes en el seno de la ONU.

En este estado de derrumbe del viejo orden de la Guerra Fría, el imperialismo y sus aliados subalternos otanistas y del sionismo internacional, no pudieron, por mucho tiempo, capitalizar su victoria sobre las fuerzas socialistas, progresistas y soberanistas del planeta, por cuanto su ensayado modelo de Globalización se mostró incapaz de ser aplicado por los conflictos intereses de las grandes potencias y la propia crisis del modelo del modelo capitalista de acumulación, profundizándose, de esa manera la crisis económica y política global, que afecta la gobernabilidad internacional y ha desatado un espiral de convulsiones sociales y políticas en diversas partes del mundo que ha permitido el avance de las fuerzas democráticas, soberanistas y de Justicia Social, pero que pretende ser enfrentada por el imperialismo y sus aliados otanistas y del sionismo internacional, desatando agresiones y guerras en diversas parte del planeta, para lo cual utiliza a la ONU y su Secretario General, el surcoreano Bam Ki-Moom, como medios de legitimación de tales violaciones de la seguridad internacionales.

Los cambios que se han producido en la situación internacional en estos últimos 60 años , demuestran que el modelo de la ONU nacido del pacto de los vencedores de la segunda guerra inter-imperialista mundial y la URSS, esta agotado y que, en las circunstancias actuales, tal modelo no es reformable, sino que tiene que se ser sustituido por un nuevo modelo de participación y decisión democrática de los Estados Miembros en los asuntos relacionados con la paz, la seguridad, el desarrollo y la protección de los derechos humanos, sin los estancos feudales de los Miembros Permanentes y los Derecho de Veto que permiten el monopolio de la ONU a cinco Estados, cuyo Poder y significación histórica actual, poco tiene que ver con los resultados de la Segunda Guerra Mundial ni bajo la dirección de un individuo como Bam Ki-Moom, al servicio de la estrategia imperialista de guerra contra los pueblos.

Es hora de iniciar ese proceso histórico, rechazando la designación del actual Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moom, para un nuevo periodo de cinco (5) y consensar, a través del Movimiento No Alineados, la Federación Rusa y la República Popular China, una candidata o candidato, con voluntad y apoyo para iniciar el proceso de refundación de la ONU, sobre la base de la afirmación de los principios fundamentales contenidos en su Carta, la democratización en sus órganos y, el reconocimiento de la participación de los pueblos en la orientación de sus políticas fundamentales.


yoelpmarcano@yahoo.com


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Yoel Pérez Marcano


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