Sobre los grandes historiadores piratas de Venezuela. Caso Germán Carrera Damas

(ENSARTAOS.COM.VE) En un artículo anterior, nos referimos al libro “El asedio inútil- conversaciones con Germán Carrera Damas” (editorial Libros Marcados que dirige la vaca fofa de Fausto Masó), una entrevista que le hace al “genial historiador” de don Germán, el ridículo y cómico periodista Ramón Hernández.

De entrada señalamos que este terrible investigador de don Germán Carrera Damas, acucioso, serio, profundo y muy formal, ductor de juventudes averiadas, sostiene contundente y serenamente, que Chávez le ha entregado 40.000 fusiles a los muchachos venezolanos para que se maten unos a otros e incendien en el país. (p. 69).

Y sostiene, con gran pompa: "soy enemigo de la tolerancia. No me gusta quedarme callado cuando otros se equivocan, especialmente cuando no es una equivocación inocente... cuando alguna gente me dice que esa es su opinión, le respondo que no, que se equivoca, que no respeto equivocaciones". (p. 81).

Qué académico, señores, tan arrechamente cursi.

Vaya.

Este fenomenal historiador sostiene "que el pueblo venezolano se ha equivocado, pero que hay signos de que el barco de los locos hace aguas y hay peligro de naufragio. Son locos, pero no quieren ahogarse" (76-77).

Con un cerro de morcillas en la cabeza, aderezadas con ajo y pimienta, eructando jengibre y cebollín tierno, don Germán bosteza esta frase: "Chávez llegó al poder aprovechándose de los canales de la democracia, lo rodearon los representantes de esa burguesía que quería orden y eficiencia. Lo están pagando carísimo ahora" (30-31).

Que se habrá imaginado este cocinero de panza cilíndrica, qué es la democracia: ¿lo que a él le interese, lo que a él le convenga y le plazca?

Porque para este perrocalientero de las letras, la única manera de que Chávez no se hubiese aprovechado de los canales de la democracia es haber tenido la adustez, la prosapia y seriedad de un Lusinchi, del “bueno” de Leoni, Caldera o Carlos Andrés Pérez.

Éstos eran hombres incapaces de cometer el menor desliz antidemocrático, aunque “The New York Times”, lo señalase de haber sido agente encubierto de la CIA, de entregarle millones de dólares a su amante Cecilia Matos, haberse cogido el dinero de la partida secreta, haber harto estafado con el asunto del “Sierra Nevada”, y millones de etcéteras más.

Añade esta dama a las carreras: "yo le guardo respeto y admiración a Carlos Andrés Pérez. Fue capaz de realizar tres cosas de enorme trascendencia en la historia de Venezuela. En primer lugar, fue clave en el rechazo del fidelismo y de la invasión cubana cuando era ministro de relaciones interiores en el gobierno de Betancourt; la segunda, concretó lo que parecía irrealizable, aunque hoy algunos economistas le restan importancia: la nacionalización del petróleo, que desde hacía 50 años se veía como un imposible. La tercera es que en el momento de la adversidad no insurgió contra la institucionalidad democrática". (32)

Este señor sufre de dispepsia y se pone a escribir después de tragarse un mondongo. Malo, mal hecho. Por eso no se admira a nadie: CAP asesino como loco bellaco a cientos de jóvenes en la década de los 60, no nacionalizó ningún petróleo que más bien nos endeudó más allá de cien generaciones y mucho menos tenía por qué estar insurgiendo contra nadie porque lo llevaron al banquillo por loco despilfarrador y botarate súper mentiroso.

Pero si se vuelve todo un loquito lanzando loas a CAP, la cosa con Betancourt le provoca orgasmos paquidérmicos.

¡Oh, como adora esta Damas a Betancourt, el más padrísimo para él, de la democracia venezolana! (57).

Hay que insistirle a este señor que, primero: Carlos Andrés Pérez como ministro de relaciones interiores de Betancourt se comportó como un asesino, como un represor cruel de miles de seres humanos, estudiantes: se cansó de torturar, de asesinar y de responder como un vil guiñapo a todos los mandatos de la CIA.

Está dama a las carreras no debe olvidar que Carlos Andrés Pérez cobró por ser un agente encubierto de la CIA.

Segundo, insistimos: no ha habido cosa más ridícula en el mundo que la nacionalización petrolera de Carlos Andrés Pérez que Venezuela llegó incluso a pagar indemnizaciones a las compañías millones de dólares cuando ésta ni siquiera las estaban reclamando. Y todo para que termináramos económicamente pero en este ramo, que como estuvimos en la época de Juan Vicente Gómez.

Tercero, insistimos: cuando en 1992 se produce la sublevación en su contra, inmediatamente el propio gobierno realiza una encuesta entre los venezolanos y la popularidad de Carlos Andrés Pérez se había reducido a menos del 2%.

Qué puede usted decir don Germán, sobre que este miserable debía insurgir contra la institucionalidad venezolana.

EL ASUNTO DE LA JURAMENTACIÓN

Como ya lo había dicho en un artículo anterior, este libro de entrevista a don Germán, tiene partes realmente cómicas, sobre todo cuando está dama a las carreras, comienza decir que Chávez cometió un delito al juramentarse ante una "constitución moribunda".

Que a él le indignó "que los ilustres miembros del Congreso no se hubiese levantado y retirado del hemiciclo. Ese fue el gran error de la clase política dirigente. Todos tenían el derecho y el deber de levantarse y abandonar el sitio como un solo hombre... el dictador Chávez nació cuando juró sobre la moribunda, no en la elección… cuando lo recuerdo me estremezco… la “moribunda” sobre la cual juró, y en soberano absoluto…". (33-34).

Y uno se pregunta, ¿por qué este miserable gordito no habrá cogido para el monte a defender la patria y a reponer en el poder a los seres inmaculados y nobles que desde 1958, tuvieron el poder?

No. Este gordito es sólo valiente para trinchar corderos, embadurnarse las manos de chorizos carupaneros, tragar vino fino y acabar atormentado a sus seres queridos con fétidos cohetes por la noche.

Añade Carrera Damas que en gran parte el desprestigio de la democracia fue por culpa de los intelectuales venezolanos. Porque tipos como José Ignacio Cabrujas llamaron, por ejemplo, las elecciones como carnavales electorales. A moco tendido dice Carreras Damas que así no se puede contribuir a consolidar la democracia, cuando se califica de carnaval al acto principal, a la concreción de la soberanía popular, a la esencia de la democracia. Que esta gente no se fijaba en los hechos positivos que había hecho Carlos Andrés Pérez y que absurdamente estaban liquidando a la república liberal.

Lloriquea está dama diciendo que lo que pasa entre nosotros es que sufrimos una indigestión de democracia pasajera. Que con eso no se juega.

Hasta se indigna con Gabriel García Márquez a quien de paso no considera un intelectual," porque un intelectual de nuestro tiempo no puede regocijarse ni ufanarse de una íntima amistad con Fidel Castro... no tiene García Márquez responsabilidad con las ideas" (38).

Delirante de conmoción Carrera Damas agrega: "Chávez no merece respeto alguno por la institucionalidad porque yo no he sabido nunca que un presidente de Estados Unidos haya propuesto cambiar la constitución" (41).

¡Bingo! Se le salió el maruto.

Para esta dama está claro que sólo el ejemplo del Norte es que vale: Estados Unidos, su política, su economía, su amor por la libertad, el supremo sentido de la historia que aguardan en los aposentos sagrados de Jefferson, Monroe, Ted Roosevelt, Truman, Bush...

Para esta dama a las carreras, digo, el problema nuestro es que no hemos adquirido conciencia de ciudadanos. Entonces lanza sus dardos encebollados contra ciertos intelectuales que apoyan a la revolución, a los que llama MONOSABIOS: Luis Brito García es un monosabio. Earle Herrera es monosabio. Juan Barreto es monosabio.

Él, Germán Carreras Damas, es multisabio, multisápido, como las hallacas que se metía Rómulo Betancourt.

Más todavía, Don Germán tiembla cuando oye gritar a los chavistas en la calle: "con hambre y sin empleo con Chávez me resteo".

Para él sería imposible restarse ni siquiera por Cristo, con hambre y sin empleo.

Cuando el imbécil del periodista  Ramón Hernández le pregunta: ¿por qué se dice que no hay libertad de expresión cuando incluso un dirigente de un partido de oposición, le mentó la madre al Presidente de la República?

Entonces está dama la carrera responde con su nube de pisillos al ajillo en la cabeza, que esa libertad de expresión implica la existencia de un contexto social que permita que esa expresión se traduzca en voluntad social.

Y, ¡puuum!, se lanzó uno de burro.

Para él "la libertad significa tanto ejercerla como no ejercerla. Es un derecho, no una imposición ni una gracia." (p. 50).

Para él, por ejemplo, en las elecciones del 2 diciembre 2007 se dieron los resultados adulterados, pero no se puede decir que es el resultado real.

Esto es lo que se llama ser todo un historiador de mierda, que “educa”, “embadurna” y chochea...

Y añade: "Yo personalmente, objeto la actitud de Manuel Rosales en 2006, cuando aceptó la derrota". Es decir, según él Rosales debía insurgir como no lo hizo CAP cuando lo llevaron ante Corte Suprema de Justicia. Rosales habiendo sido derrotado debía irse a las guerrillas y dejar de robar.

En cuanto al socialismo del siglo XXI, dice Carrera Damas: "-es otra demostración de la crasa ignorancia de quienes creen que el socialismo puede ser de simple voluntarismo". (54)

Para él en este sentido hay que "considerar la doctrina de las cuatro libertades enunciada por el presidente Franklin D. Roosevelt, que consagra como los elementos de la socialdemocracia, al igual que la Carta del Atlántico". (55)

(Risas)

Cuando Ramón Hernández le pregunta si él ha ido a un mitin de Chávez contesta que casi nadie le presta atención al Comandante; que él ha hecho pruebas de seguir un discurso de nuestro Presidente "oyendo y luego quitándole el sonido, también oyendo el sonido sin la imagen y que ha llegado a la conclusión que le da escalofríos: eso que exhibe como chabacanería, su apelación a los bajos fondos de la conciencia venezolana tiene una eficacia tremenda" (59).

(Risas)

POSTRADO Y SERVIL ANTE ESTADOS UNIDOS

Se indigna Carrera Damas por el enfrentamiento de Chávez contra Estados Unidos: "¿por qué vamos a condenar Estados Unidos?", se pregunta con el alma estremecida de dolor: ¿en nombre de qué, se oponen a los que nos comprenden a nosotros? No. ¿Vamos a ser partidarios en la lucha contra quienes están combatiendo a los mismo que combatimos nosotros?" (ps. 59-60).

Vaya, pero qué mujerzuela esta.

Para Carrera Damas, Luis Brito García es un panfletista ideológico que no merece ningún respeto. (p. 63)

Odia al ya fenecido comunista Eduardo Machado, porque éste en una ocasión lo llamó liberal podrido, aunque Carrera Damas se lo agradeció mucho. (p. 65).

Se retuerce de indignación Carrera cuando el gobierno dice que "Nixon Moreno quizás no disparó, pero que él sabe quién disparó, se pretende que Nixon Moreno acuse a alguien, con lo que releva a la autoridad de la obligación de acusar". (69).

Este mentiroso profesorcito, además, quiere meternos la estupidez de que él sufrió torturas por parte de la Digepol. Que lo dejaron sin comer chorizos durante 24 horas, sentado en una silla de metal y sin enterarse de cuál era su delito. Dice airoso que lo habían acusado de haber asaltado Tocupido, en los llanos del Guárico, “un pueblo al que nunca había ido y al que ahora nunca irá”. (79-80)

Añade, que lo acusaron de cargar droga una ridiculez del otro mundo cuando esa época de los años 60, a nadie se le acusaba de ese delito (79-80) Viejo pendejo.

Quién podía dedicarse a detener a mayúsculo tonto?

Continuaremos con este trabajo.


jsantroz@gmail.com



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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