27 de Junio, capitalismo y drogas

Cambiar la sociedad para poder cambiar al hombre o cambiar al hombre para poder cambiar la sociedad. Releo al Che una y otra vez, cuan necesario es el hombre nuevo. Cada vez que veo al hombre en su rol de revolucionario actuando bajo los valores de la dominación, desde su egoísmo, desde su ambición y dañando terriblemente las necesidades de transformación, pienso en el Che, que de seguro vio lo mismo una y otra vez hasta entender lo importante, lo magistralmente importante de crear un hombre nuevo.

Ciertamente es la sociedad quien transforma al hombre, en si misma deben de nacer las mujeres y hombres cuya toma de conciencia de clase comprometa el surgir de posiciones de lucha y enfrentamiento al sistema imperante y las visiones o esbozos de los nuevos modelos que la sustituirán. Esto viene sucediendo a lo largo de la historia. Pero de igual forma van migrando de sociedad en sociedad, de revolución en revolución, los terribles males que llevan en si los gérmenes de pudrición de la sociedad anterior. Podríamos hablar del capitalismo interior para referirnos al veneno con el que fuimos inoculados desde que nacimos.

Yo nací para ser un triunfador, seré millonario y poseedor de muchos bienes, tendré autos, aviones, lanchas y mujeres. Nací para tener dinero más que los demás.

El 27 de Junio, según disposición de la OMS (Organización Mundial de la Salud) todo gobierno en el mundo tiene el deber de realizar un acto público y anunciar a los pueblos las luchas que el estado realiza contra el consumo de drogas.

El dinero y la televisión, son drogas, las ansias de riquezas, son el síntoma de abstinencia cotidiano de la masa enorme de hambrientos que, antes que pensar en su libertad, sumidos en la dominación imperial consumista, no ven otra salida que la obtención del dinero a como de lugar. La delincuencia, el crimen y el tráfico de estupefacientes son resultados de la adicción a la riqueza generada por la sociedad de consumo. El capitalismo es un núcleo terrible que rige la economía mundial, pero el capitalismo también va por dentro. Cada ser humano alienado al consumo piensa como capitalista, un capitalista terriblemente angustiado es aquel capitalista proletario, es decir, aquel ser de clase pobre, que piensa como capitalista, que tiene sembrada la ambición desmedida por objetos suntuosos y el poder que supuestamente este tener devenga. Este ser de clase baja siente como injusticia el que haya sido despojado de la riqueza que le prometieron todas las emisoras de televisión, todas la vallas publicitarias que vio, toda la cultura capitalista de la que fue objeto, esta persona entonces, sin conciencia social ni política, no espera ni ve otro triunfo que la obtención de riqueza.

¿Cuantos combatientes de nuestro proceso revolucionario no han caído de rodillas ante la corrupción? Es un error que no hay que esconder, pues son muchos los que ven aquel camino hacia la riqueza dentro de la marcha revolucionaria, son muchos los que escondidos detrás de cargos importantes empiezan a favorecer empresas de conocidos y a ganar comisiones, a deslindarse de su origen revolucionario y crear una nueva casta de revolucionarios burgueses, que aunque paradójico, sucede.

Entonces este 27 de Junio, quiero cumplir el mandato que impone la OMS y hablar a mis lectores sobre la adicción al consumo, no solo de las sustancias clasificadas como ilegales que por supuesto que son muy dañinas, sino haciendo énfasis en lo que comencé exponiendo: el capitalismo sobrevive de crear consumidores para todos sus productos de mercado, la televisión, esa maldita caja negra en la casa de casi todos, nos ha hipnotizados como borregos a jadear abstinentes de riqueza, de poder, de lujo y de superficialidades decoradas con los perfumes de la burguesía. El capitalismo crea adictos crónicos y compulsivos a todos sus mercados. El imperio además sobrevive de su caja chica: las drogas ilegales.

Desde Colombia maneja los carteles de la cocaína y desde Afganistán los opioides, es decir la heroína.

Estos drogas ilegales reportan ser el tercer más grande negocio de la sociedad burguesa, primero la guerra, luego el petróleo y sigue el tráfico de estos venenos que se mantienen ilegales ya no por ser dañinos a la humanidad sino más claramente por ser caudales económicos no regulados por ninguna entidad, el dinero del tráfico de drogas es la caja chica, nada chica, de donde el imperio y sus representantes amasan enormes fortunas e idiotizan a las generaciones nacientes.

Solamente podremos entender que exista una solución al problema de la droga cuando entendamos que primero debemos de quitar el poder a la sociedad capitalista. Mientras la droga produzca ganancias, seguirá estando en la esquina, hagamos lo que hagamos. Solamente la revolución, el cambio al socialismo y sobre todo la creación de la mujer y el hombre nuevo, el verdadero cambio interior de valores es lo único que podrá transformar a una sociedad adicta al consumo masivo de todo: licores, drogas ilícitas, autos, fashion, lujos, etc. para dar paso a un mundo de seres humanos que logren la felicidad inicial del compartir y disfrutar los milagros del universo natural en donde vivimos.

Hablar de resultados entonces se hace difícil, la gran lucha en Venezuela por reestablecer la salud, que comanda la Dra. Eugenia Sader Castellanos en el Ministerio del poder Popular para la Salud, a quien le corresponde dentro de ello abordar la adicción a las drogas, el Convenio Cuba Venezuela y la ONA han venido dando el todo por el todo en un esfuerzo gigante por devolverle la esperanza a tantas familias afectadas, pero crear la infraestructura para dar atención a esta enorme población nos tomará más tiempo, desgraciadamente. Gracias a dios que hay un excelente equipo trabajando, que más temprano que tarde podremos dar resultados necesarios y que podemos decirles que hay grandes avances en lo que a atención se refiere y mayores avances en lo que la lucha por el socialismo significa. Sin socialismo no podremos superar el daño tan dramático que produce sobre todos el comercio lícito del alcohol o el ilícito de los sicotrópicos.

Como decía al empezar este escrito: solo creando a la mujer y al hombre nuevo podremos vencer.


brachoraul@gmail.com


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Raúl Bracho


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