La tercera frontera del imperio

Del siglo XVI al XIX, los viejos imperios europeos se enfrascaron en una lucha por el control de las islas del Mar de los Caribeños, pero finalmente fue la “Pérfida Albión” la que logró imponerse sobre sus rivales en la mayoría de estos territorios, convirtiéndolos en bases de operaciones de su hegemonía planetaria, mercado para sus mercancias, suministradores de productos agrícolas, proveedores de soldados y zonas de vacacionales de su población.

Tal circunstancia histórica, sin embargo, se quebró, definitivamente, con la Segunda Guerra Inter-imperialista Mundial (1.939-1.945), al surgir los Estados Unidos como la potencia capitalista más importante, suplantando con ello al Reino Unido y rivalizando con la extinta Unión Soviética en la lucha por la hegemonía mundial. En ese marco, aunque la Gran Bretaña mantuvo el control de sus posesiones coloniales en el Mar de los Caribeños, la hegemonía político, económico y militar recayó sobre Estados Unidos de América que, tomando como referencia las Islas Vírgenes y Puerto Rico, declaró a los territorios insulares del Mar de los Caribeños su “Tercera Frontera”; no como límites de su hegemonía imperial, sino como el inicio de los territorios sobre los cuales ejercería su política intervencionista e injerencista.

Hoy, los acelerados cambios que se viene produciendo en la geopolítica regional con el surgimiento de la revolución bolivariana de Chávez, la revolución étnico-política de Evo, la ciudadana de Correa, la reconquista del gobierno nicaragüense por Daniel Ortega, el fortalecimiento de la revolución cubana y los procesos de soberanización, democratización y de Justicia Social en Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Dominica, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda; han conducido al gobierno de Estados Unidos a dirigir su política imperial a enfrentar estos procesos de cambio y de integración de América Latina-Caribe Oriental.

Algunos hechos evidencian esta política imperial: la reactivación de la Cuarta Flota, el reforzamiento de la estructura de mando y operaciones del Comando Sur (Florida), el convenio de las siete bases militares en Colombia, el impulso de la Tratados de Libre Comercio y la reciente suscripción con los países de CARICOM de la llamada Iniciativa de Seguridad para el Caribe que, aunque tiene el formal propósito de luchar contra el narcotráfico y otros delitos internacionales, es muy difícil pensar que los Estados Unidos no tienen la intención de utilizarlo para construir un “anillo de seguridad”, dirigido contra los gobiernos que rechazan sus pretensiones hegemónicas en América Latina y el Caribe.

Para Nuestra América, La “Tercera Frontera” de los Estados Unidas es la reafirmación de su política colonial sobre Islas Vírgenes y Puerto Rico, violatorias del Derecho a la Libre Autodeterminación y representan, una amenaza cierta y permanente a la voluntad de los pueblos del Mar de los Caribeños de avanzar en la construcción de un espacio de cooperación, integración y de unión de América Latina y el Caribe, sin colonialismo ni hegemonías imperiales.

yoelpmarcano@yahoo.com


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Yoel Pérez Marcano


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