28 de noviembre de 2015.- Desde la llegada de la Revolución Bolivariana, en 1999, Venezuela se desligó de las políticas neoliberales instauradas en el país durante la IV República, que impedían su desarrollo en diversos campos de interés. Uno de los ámbitos en los que se reflejó esa transformación es el tecnológico, al darse frutos como la Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales (ABAE), cuyo objetivo es ejecutar políticas nacionales en el uso del espacio ultraterrestre, con fines pacíficos.

Desde su creación, el 28 de noviembre de 2005, se ha dedicado al desarrollo de diversos proyectos tecnológicos para el uso del espacio aeroespacial venezolano en beneficio del pueblo, entre los que destacan el lanzamiento de dos satélites artificiales venezolanos: el Simón Bolívar (VENESAT-1) y el Satélite Miranda (VRSS-1); además, pondrá en marcha el Satélite Sucre (VRSS-2), que estará listo para orbitar sobre la Tierra en 24 meses.

La ABAE ha permitido desde su creación, elaborar, diseñar, asesorar y ejecutar planes, proyectos y programas en la exploración, uso y explotación del espacio ultraterrestre con fines pacíficos, así como desarrollar investigaciones en el campo espacial nacional e internacional.

Construcción de satélites con cooperación China

Desde su fundación, la Agencia ha trabajado en la construcción y desarrollo de los tres satélites del Estado venezolano con respaldo de la República Popular China, con el objetivo de lograr la soberanía tecnológica en el país.

El primer proyecto tecnológico en conjunto fue el satélite artificial Simón Bolívar, que está integrada a la Red Nacional de Telecomunicaciones Terrestres de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv) y que contribuye con el desarrollo de programas sociales como la teleducación, telemedicina, telefonía móvil, fija y computación, así como en las labores de la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis).

VENESAT-1 fue lanzado desde el Centro de Lanzamiento Satelital de Xichang el 29 de octubre de 2008, y se colocó en la posición Orbital 78º Oeste el 8 de noviembre de ese mismo año, refiere ABAE en su portal web.

Hasta el primer trimestre del 2015, se han conectado 9.664 antenas satelitales en todo el país para brindar acceso a internet y servicio de telefonía a las poblaciones con mayor dificultad de conexión, siendo el estado Mérida la entidad con mayor número de instalaciones, con 911 antenas, sumadas a las 720 del estado Táchira y las 583 ubicadas en Trujillo, reseña Cantv.

Por su parte el satélite Miranda (VRSS-1), lanzado desde China el 28 de septiembre de 2012, es manejado por personal venezolano desde la base de control de la Estación Terrena de Control Satelital de la Base Aeroespacial Manuel Ríos, ubicada en el estado Guárico, y en las instalaciones del Sistema de Aplicaciones Terrestres, en la Base Aérea Francisco de Miranda, en La Carlota, Caracas.

Gira alrededor de la Tierra, a una altitud de 639,5 kilómetros, y cumple la función de monitorear áreas estratégicas en seguridad y defensa; minería y petróleo; alimentación y salud, captando imágenes con cuatro cámaras telescópicas de alta tecnología, que en el pasado debían pagarse a empresas privadas nacionales e internacionales.

Asimismo, ha permitido monitorear áreas especificas que han servido para la construcción de nuevos urbanismos de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), programa social creado en 2011 para atender el déficit habitacional de sectores con menores recursos del país que fueron excluidos durante la IV República.

Satélite Sucre, vanguardia del futuro

En octubre de 2014 el Gobierno Nacional hizo público los detalles acordados con representantes de China para la elaboración el Satélite Sucre (VRSS-2), que será lanzado al espacio aproximadamente en 2017, y realizará funciones similares al VRSS-1, aunque, con una cámara de mayor definición y otra infrarroja.

De acuerdo con información difundida por el Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, su peso será de una tonelada, tendrá una órbita heliosincrónica (SSO) y estará a una altura de 646 km de la Tierra. Asimismo, cuadruplicará la capacidad de transmisión, almacenamiento de memoria, y con baterías de nueva generación para darle más energía.