Equipo internacional de astrónomos con participación venezolana descubren estrellas en las Nubes del Magallanes

Imagen combinada en óptico y radio de la Vía Láctea y las Nubes de Magallanes, donde se aprecia la extensión de la corriente de Magallanes.

Imagen combinada en óptico y radio de la Vía Láctea y las Nubes de Magallanes, donde se aprecia la extensión de la corriente de Magallanes.

Credito: Prensa CIDA

8 de abril de 2014.- Nuestra galaxia, la Vía Láctea, está acompañada por un conjunto de galaxias enanas que la orbitan. Entre éstas, las dos más masivas e importantes, están las llamadas Nubes de Magallanes, visibles con claridad desde el hemisferio sur terrestre como dos conglomerados de estrellas, de aspecto algo borroso.

Las Nubes de Magallanes son de gran interés para los astrónomos, por varias razones. La Nube Grande tiene aproximadamente un décimo de la masa de la Vía Láctea y la Pequeña un centésimo, y donde hay masa, existe gravedad. Las Nubes están actualmente en un proceso de interacción muy intenso entre ellas y con nuestra galaxia. Como resultado de las fuerzas gravitatorias que se ejercen entre ellas, se ha formado la llamada Corriente de Magallanes, un inmenso arco de gas hidrógeno, que se extiende por delante y por detrás de las nubes, llegando a distancias que alcanzan y superan al disco de la Vía Láctea (ver figura anexa).

En el 2006, un equipo de astrónomos usando observaciones del telescopio espacial Hubble, había medido una velocidad bastante para las Nubes, la cual implicaba que las mismas estaban pasando raudas y veloces por primera y única vez por las cercanías de nuestra galaxia. Esto contradecía todo lo anteriormente medido y supuesto para las mismas. Se hacía difícil entender cómo se había formado la Corriente de Magallanes en tan corto tiempo de interacción, cuando se creía que las Nubes había dado al menos un par de vueltas alrededor de la Vía Láctea y en los mencionados acercamientos se había formado la corriente de gas.

En el 2010, la doctora Katherine Vieira, investigadora de la Fundación Centro de Investigaciones de Astronomía Francisco J. Duarte (CIDA), junto a un equipo de astrónomos de la Universidad de Yale en USA, midió el movimiento propio de las Nubes de Magallanes, y en particular se enfocó en el movimiento de la Nube Pequeña respecto a la Grande. Esta perspectiva abrió camino a nuevas investigaciones que se enfocaron en estudiar con más detalle la interacción entre ellas dos y el rol que jugaba la misma en todo este escenario.

Estudios posteriores de este mismo equipo, junto a especialistas chilenos y rusos, se enfocaron en la búsqueda de estrellas jóvenes azules y calientes que podrían haberse formado recientemente dentro del gas arrancado. Por muchos años, los astrónomos habían buscado estrellas en la parte posterior de la Corriente de Magallanes. Suponían que allí debían encontrar estrellas de las Nubes, que habían sido arrancadas de éstas por la acción de la Vía Láctea. Sus resultados fueron siempre negativos.

Esta vez la búsqueda se hizo en un área más grande, que incluía al llamado Brazo Delantero, y los resultados fueron positivos. El Brazo Delantero es una estructura de gas, ancha e irregular que precede a las Nubes en su órbita, recorriendo el camino antes que ellas. Las fuerzas de marea son responsables de su existencia, ya que éstas deforman a los objetos tanto por delante como por detrás.

La doctora Dana Casetti-Dinescu de la Universidad del Sur de Connecticut es la líder de este estudio. En esta investigación se observaron 42 estrellas usando el telescopio Baade de 6.5 m ubicado en Chile, y se verificó que 19 de ellas son estrellas jóvenes, masivas ubicadas en el Brazo Delantero.

Si estas estrellas llegaron hasta allí de otra parte, o se formaron in situ, fue el siguiente punto de estudio. Cinco de estas estrellas tienen velocidades radiales muy similares lo que sugiere que se formaron todas juntas, y una de ellas es tan joven (1 o 2 millones de años), que no habría tenido tiempo de llegar al Brazo Delantero, si hubiera venido de la Vía Láctea o incluso de las mismas Nubes de Magallanes.

Todo esto apunta a que las estrellas se formaron allí mismo, recientemente. Este descubrimiento sugiere que las nubes siguen una órbita lo suficientemente lenta como para que puedan ocurrir eventos de formación estelar dentro del gas arrancado de las Nubes. Según Casetti-Dinescu, estamos posiblemente viendo apenas la punta del iceberg y debemos seguir buscando más de estas estrellas.

El escenario que ahora se plantea es que la Nube Grande arrancó gas de la Nube Pequeña, y este gas luego fue "estirado" por el campo gravitatorio de la Vía Láctea. Sin embargo, existen todavía muchos detalles que refinar. Lo que se sabe con certeza es que las Nubes de Magallanes eventualmente serán capturadas e incorporadas a la Vía Láctea. Referencias: D. I. Casetti-Dinescu, et al. "Recent Star Formation in the Leading Arm of the Magellanic Stream"<http://iopscience.iop.org/2041-8205/784/2/L37;jsessionid=AE5D6928B3BC14E7D34D3AD792A408AF.c3>/Prensa Mppcti/Cida/R.C.



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