Homenaje póstumo al Antropólogo Juan José Salazar

Cuando la ciencia se hace desde El Pueblo

Al hablar de Antropología en Venezuela hay que mencionar muchos nombres de investigadores importantes como José María Cruxen, Miguel Acosta Saignes, Mario Sanoja Obediente, Iraida Vargas, Francisco Tamayo, Lisandro Alvarado, Alfredo Jhan, y por supuesto, el eterno director del Museo Antropológico de Quibor, en el estado Lara, mi amigo y camarada Juan José Salazar.

Unas de las desgracias que trajo la renta petrolera con sus ciudades centralizadas, fue la subordinación de las regiones a las ciudades, ello castró e impidió que muchos venezolanos conociéramos la labor de investigación científica que realizamos los investigadores en las provincias; éste es el caso del recientemente desaparecido y querido antropólogo Juan José Salazar, un ser humano especial que no hemos celebrado lo suficiente. Cuando se escriba la verdadera historia de las ciencias en Venezuela el nombre de Juan José Salazar estará escrito de manera impecable.

Juan José Salazar oriundo de la ciudad de Carora, fue uno de los precursores de la modernización y mantenimiento del museo Antropológico de Quíbor, (una de las maravillas del conocimiento que existe en Venezuela), sus profundos estudios acerca del sistema de intercambio pre colonial, los sistemas jerárquicos en las sociedades prehispánicas, la antropología para niños, la antropología de la Madre Tierra, así como una serie de temas sobre el pensamiento crítico en cuanto al problema del latifundio y la identidad cultural, significan algunos aportes en las ciencias sociales que deja para la posteridad este venezolano ejemplar.

Juan José Salazar fue un hombre institución, una de esas raras especies desprendidas y dedicadas en cuerpo y alma al conocimiento y a las ciencias, que no se dejó atrapar por el academicismo que separa al investigador del pueblo y de sus luchas por la conquista de una vida mejor para todos. Su obra, El Museo Antropológico de Quíbor, creo sin exagerar, la mejor institución científica en esta materia, es otro de los legados que para el porvenir deja este humilde pero extraordinario hombre de ciencias.

Mario Sanoja Obediente, Iraida Vargas, Rodolfo Quintero, Félix Gil, Ardían Lucena, Pedro Pablo Linares, Cecil Pérez, Luis Cortez, Dulce Marrufo, Nelson Ures, los Morochos Escalona y Francisco Cañizales, entre otros, pueden dar fe del extraordinario personaje de ciencias que hoy nos deja físicamente, pero que con el reconocimiento que obtuvo como antropólogo quedará para siempre sembrado en el corazón del pueblo venezolano,

Juan José fue un militante revolucionario de izquierda, jamás vaciló en su decidido apoyo a la Revolución Bolivariana y al Comandante Chávez, fue igualmente un tenaz crítico a las cosas mal llevadas que se presentan en nuestro proceso, pero siempre de nuestro lado entendiendo las contradicciones de nuestra vía al socialismo, jamás estuvo del lado de los enemigos del pueblo.

Fue un amante de las causas populares y un maestro en el sentido estricto de la palabra, es decir, un comunista íntegro, trabajador y respetuoso del conocimiento, que expresó con su conducta la más férrea disciplina que se requiere para abordar y estudiar con propiedad, los problemas más difíciles de la historia de las sociedades que nos antecedieron, a fin de encontrar en ellas las respuestas que en la actualidad se necesitan y de esta forma poder comprender los enigmas del presente.

En la arqueología y la historia Juan José Salazar supo ganarse el respeto de la comunidad científica venezolana e internacional, y lo más resaltante aún fue que logró todo eso en vida con el más profundo respeto del pueblo. Personalmente considero que esto es el elemento más vital, sublime e importante para un revolucionario.

El Instituto de Investigaciones Antropológicas de Venezuela ubicado en el mismo Museo de Quíbor, es un paso obligatorio para todo amante de nuestra historia, un lugar verdaderamente extraordinario y monumental que también fue obra del esfuerzo incansable de este gladiador que supo combinar las ciencias y la lucha revolucionaria de manera ejemplar hasta el último momento de su vida.

Sólo me queda dar gracias a la vida por haberme permitido conocer la angustia, triunfo y fracasos de este maravilloso personaje de las ciencias venezolana. Honor y gloria al camarada Juan José Salazar!!


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Arnaldo Guédez


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