Pelo malo o la paradoja del cine nacional

Escribí el artículo “Hay mucho pelo liso que aborrece el pelo malo” para Aporrea, a raíz de las declaraciones que dio Mariana Rodón a la prensa europea, al ganar la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián en España. En esa ocasión hice la aclaratoria de que no había visto la película. Por fin, llegó la cinta al país.

Pues bien, obra y autor son coherentes, no podía ser de otra forma. Rondón, al tocar el tema político venezolano en sus afirmaciones a los medios extranjeros, deja ver la real intención de la película. No en vano el teórico Fredric Jameson habla de un inconsciente político en los discursos del arte, es decir, un trasfondo soterrado entre palabras, imágenes, sonidos, colores, elementos que varían según el tipo de expresión artística. Por esto, Pelo malo (2013) tiene un manejo ideológico de principio a fin.

Se trata de un relato de desafecto entre personajes indolentes, obcecados, cada quien en su mundo, pero todos en un contexto de infelicidad. El protagonista, Junior, un chico de 9 años, quiere ser cantante, pero tiene un “problema”: su pelo malo, lo que no le permite verse bello y es el origen del rechazo y maltrato de su madre. Pero Junior la ama y en todo momento clama por su cariño, mientras ella sólo tiene afecto para el hijo menor, valga aclarar, más blanquito, menos afrodescendiente, a quien Junior llega a despreciar.

La madre, Marta, tiene un gendarme por dentro. Trabaja al inicio como aseadora doméstica, pero para retomar su puesto perdido por un error, lo hace todo: camina constantemente del sitio de trabajo a la casa y viceversa, intentando convencer al jefe que la reenganche, lo cual resuelve acostándose con él. Es una mujer insensible, pero como joven necesita de sexo y “mata” las ganas con un vecino malandro, asumiendo una actitud inmutable durante el acto como con un “a lo que vinimos”. En general, y a pesar de su juventud y belleza, se muestra obstinada, amargada e implacable.



El jefe de Marta es un tipo oportunista, inclemente, quien se vale de su poder para descargar el deseo carnal con Marta, lo que usa como “pago de peaje” para dejarla entrar de nuevo a la compañía de vigilancia.

La abuela de Junior también envuelta en su mundo, es costurera, vive afligida por la muerte de su hijo y anclada al pasado. Tiene también su obsesión dada la necesidad de su nieto por ser cantante: convertirlo en un pequeño Henry Stephen, intérprete que en 1969 obtuvo un éxito de público y ventas con la canción "Limón, Limonero". Para ello, se afana cosiendo un traje para el niño al estilo de Stephen como si fuera el último grito de la moda.

La amiga de Junior es una niña de su edad, aunque tiene sobrepeso, su obsesión es ser Miss Venezuela, sueño de numerosas niñas y padres, luego de los éxitos de Venezuela en el mundo y la irrupción de sus participantes en los medios, fórmula de obtención de fama y fortuna. Es una niña desagradable, engreída, sabionda.

Hecha esta tipificación, observamos a lo largo de la película la sobrevaloración de la imagen que conduce a la frivolidad de las vidas de los personajes. En consecuencia, y además de la ofuscación de Junior, se exhibe otra perturbación anímica por la delgadez, pues en casa de la amiga del chico, se organizan extrañas reuniones y se articulan oraciones o letanías dirigidas por la madre de la niña para rechazar la obesidad, hecho paradójico ante la gordura de la niña, algo como haz lo que digo, más no lo que hago.

Aunado a esto la cinta se emplea a fondo en el sentimiento endoracista subyacente en algunas sociedades donde cada quien tiene un poco de negro, indio, blanco u otras hibridaciones, reflejo del desprecio por lo propio que muestra Junior, afianzado por los actos de repudio familiar de que es víctima. Igualmente, cuando Junior va con la amiga a tomarse la foto para la escuela, observa que el fotógrafo, en un estudio arruinado y casi improvisado, accede a la voluntad de la niña y le hace un retrato disfrazada de reinita de belleza. Al ver esto junior protesta y deja claro que quiere su retrato como el de un cantante, a lo que el fotógrafo manifiesta, señalándole la imagen de un militar afrodescendiente con boina roja, que a él la corresponde su retrato como ese.

De esta forma, el mundo manifestado en Pelo malo está repleto de un sentimiento racista subyacente entre actos inescrupulosos, sumándose a ello el pacto recíproco que traman madre y abuela para la venta del niño, pues a Marta, con ínfulas de superioridad, el da grima el origen étnico de Junior, por lo que lo ve más coherente que el niño esté con su abuela negra.

Descrita la configuración humana de la cinta, todo ocurre en espacios físicos citadinos sórdidos, maltrechos, raidos, acordes con la situación de miseria humana de los que los ocupan. De vez en cuando se escucha en la banda sonora alusiones a la salud del Presidente Chávez y situaciones absurdas como la de raparse el pelo en solidaridad con él. También se observan grafitis donde se ve la portada de nuestra Constitución, todo ello con la clara intención de ubicar espacio-temporalmente la historia en la Venezuela contemporánea. Pues bien, como afirma el semiólogo Barthes, lo denotado es complementario de lo connotado, de allí que lo que se ilustra en la cinta deja ver un país descalabrado, arruinado, apático, incongruente, decadente en tiempos del chavismo.

No en vano el comentarista Alberto Bermejo de metrópoli.com expresó con relación a Pelo Malo: "La directora retrata con evidente pulso las miserables condiciones de vida de los más débiles". Esta aseveración demuestra la ignorancia del crítico por el compromiso chavista con las víctimas de gobiernos pasados abatidos por la extrema pobreza, compromiso que ha venido horrando la Revolución Bolivariana; por parte de la cineasta Mariana Rondón, toda su cinta es un acto de desapego a la verdad y un manejo para “hacerle la segunda”, como decimos por estos lados, a una oposición que pretende ocultar los logros del chavismo, evidenciados por un apoyo sin precedentes a lo largo de 15 años en 18 elecciones populares. Porque, Mariana, allí donde te dieron la Concha acaban de obtener este año 2014, un triunfo importante jóvenes intelectuales unidos en el partido Podemos que pretende, al alcanzar puestos de poder, dar respuestas favorables al pueblo español sacudido por tanta degradación, y cuyo ideal político es nada más y nada menos que el modelo chavista, con sus muchos aciertos y algunas fallas.

Para finalizar, lo expuesto debe mover a la reflexión de aquellos que tienen la potestad de otorgar créditos del estado a la producción cinematográfica, para no verse envueltos en el timo de armar un artefacto audiovisual que favorece sectores sediciosos contra el mandato popular. La amplitud y tolerancia no puede llegar a beneficiar tanta mala intención, manipulación y tergiversación. El cine de esta calaña, con su trasfondo soterrado, cuesta muchísima plata que podría invertirse en escuelas para niños como Junior.



iffotografa@gmail.com

isabelfalcon@hotmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2236 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter