Ridicular

14 de febrero de 2013

Moscú, Federación de Rusia

 

Recuerdo que en diciembre de 1998 yo estaba en Caracas. Y en uno de esos días, a tempranas horas de la mañana, tomé un autobús al centro desde Caricuao. El autobús estaba lleno de gente y la cola era insoportable, monótona y aburrida. Pero cuando pasamos por la Universidad Católica Andrés Bello, de pronto los pasajeros comenzaron a gritarle a un hombre: ¡Ridículo! ¡Imbécil ¡Gafo! ¡Mírenlo está usando un “Ridicular”! ¡Bien ridículo que te ves! ¡Creído!. – El hombre iba manejando su carro y estaba hablando por su celular con la ventana abajo. Él se asustó por la reacción de la gente, y tan pronto como pudo colgó su modernísimo e inmenso Motorola 8000 (ladrillo) y subió la ventana y se apartó del autobús tan pronto como pudo. Sin embargo, el hecho no quedó allí, pues durante dos horas de cola, el tema de conversación y de burla en el bus fue el “Ridicular”. Al llegar al centro, me fui en metro a Chacaíto y caminé a El Rosal. Cuando iba llegando al edificio de la Bolsa de Valores de Caracas escuché una algarabía. Volteé a ver qué pasaba, y vi a un “Yuppie”[1] caminado por la cuadra hablando por celular con el mismo modelo y la reacción de la gente fue más encarnizada. Aquel joven muchacho no colgó su teléfono, él prefirió inmutarse de lo que ocurría, mientras a su alrededor taxistas, transeúntes, motociclistas, “niñas bien”, “sifrinos”, policías y uno que otro “wannabe”, no le tuvieron compasión ni la más mínima misericordial benevolencia para no hacerle mofas en su cara y jurarle “hasta del mal que se iba a morir”. Durante esos días, en más de una ocasión, y en diversas partes de la ciudad, ocurrió lo mismo. Pero al cabo de un año, ya era común ver a las personas hablar por celular en la calle con toda tranquilidad.

 

Para esa época los celulares eran una novedad y nadie podía imaginar que años después la comercialización de la telefonía celular sería una verdadera industria mundial. Pero la llegada de los celulares a Venezuela fue tardía. En marzo de 1983, fue cuando se puso a la venta el Motorola Dynatac 8000x, el primer teléfono móvil comercial de la historia. Pesaba apenas 800 gramos y medía unos 33 por 4,5 por 8,9 centímetros y costaba, nada más y nada menos, 3995 dólares. Desde entonces, la fiebre de consumo de celulares no ha cesado. Cada día que llega, es un nuevo punto culminante. Diversas marcas y modelos, diversas tecnologías y procesos, aplicaciones y funciones, todo en un pequeño aparato. Hombres y mujeres viven hoy sus vidas apegados a sus celulares con “patológica dependencia” ¿por qué? Porque el celular es una extensión de los cincos sentidos del ser humano, y allí está la clave de su éxito. Es necesario “estar conectado”.

 

Muchos estados latinoamericanos sabían en 1999 que se avecinaba una gran ola tecnológica en la próxima década en materia de telecomunicaciones. Pero existieron dos posiciones contradictorias para asumir el reto. Por un lado, la gran mayoría de los países latinoamericanos se apoyaron en las “fuerzas del mercado” para expandir la tecnología celular en sus países, con lo cual, no intervinieron directamente en el fenómeno. En cambio, en Venezuela se asumió el reto desde otra perspectiva. Dado que la demanda de teléfonos crecía, el Gobierno Bolivariano decidió estimular aún más la demanda como estrategia para un vertiginoso desarrollo. En ese sentido, la primera gran jugada fue la implementación de la política de democratización de la tecnología. Gracias a ella, hoy a más de 14 años de aquella época, Venezuela despunta a nivel mundial como uno de los países con mayor índice de celulares per cápita. Tan sólo para el 2012 se habían vendido más 29.9 millones de líneas celulares en el país[2]. Lo que permite estimar 100 líneas de telefonía móvil en uso del sistema por cada 100 habitantes; lo cual deja entrever que en pocos años cada venezolano tendrá consigo, al menos, dos celulares. Siendo la segunda gran jugada haber lanzado la democratización de la educación en el país, lo cual no sólo catapultó a Venezuela como un líder en la región en el número de matrícula escolar, sino que también la posicionó con un líder en el número de Alfabetizados Digitales[3] en el mundo. La conjunción de ambas estrategias provocó un resultado integral favorable para la población. De hecho, en la actualidad, la telefonía celular en Venezuela es un tema de debate de estatus social, cuando en el resto del continente aún sigue siendo un tema de debate social entre clases. En Latinoamérica aún se percibe que el poseer un buen celular es cuestión de tener un ingreso económico elevado, en cambio en Venezuela, todo centra en ¿quién tiene un Blackberry y quién no? Ya que aquí, Blackberry deja de ser un teléfono, sino más bien una señal de estatus social.

 

Otro resultado favorable de ambas políticas es la creación en 2007 de la Fábrica Socialista Venezolana de Telecomunicaciones C.A. (Vtelca), con la comercialización de teléfonos celulares 100% venezolanos; y que para el 2012, el 20% de las líneas asignadas en Venezuela corresponden a teléfonos inteligentes (Smartphones), cuando dos años atrás el país estaba inundado de teléfonos sin más funcionalidades que llamar o enviar mensajes de texto[4]. La explosión de los teléfonos inteligentes en Venezuela nos pone como primeros en América Latina (riñendo con Chile) y cada vez más cerca de España (44%) y Reino Unido (45%), líderes mundiales en penetración de Smartphones[5]. Gracias a las aplicaciones de dichos teléfonos, la experiencia de su uso puede alcanzar campos más que comunicacionales (internet, hojas de cálculo, agenda, transcriptores, control remoto, brújulas, mapas, videos, detectores de metales, entre otros), no obstante, para acceder a esa experiencia se necesita una dosis de conocimiento. Dicho conocimiento, ha llamado la atención del campo político, ya que sirve como indicador de desarrollo tecnológico positivo.

 

Si un país tiene una alta tasa de usuarios de Smartphones, esto será entendido como un sinónimo de una sociedad avanzada, llena de Nativos Digitales[6] [7]. Por ello, ya hay países, como Japón, que incluyeron entre sus prioridades aumentar el número de usuarios de Smartphones; y hay organizaciones, como la Organización de Naciones Unidas, que anunciaron entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio que los gobiernos debían establecer mecanismos para combatir éste y otros nuevos tipos de analfabetismos digitalizados.

 

No obstante, el que un país tenga un número importante de usuarios de Smartphone, no implica que ellos saquen el máximo provecho y rendimiento a sus equipos. Desde hace poco se habla que existen 4 tipo de usuarios para estos teléfonos. El “usuario básico”, para quien la función básica es llamar; el “usuario offline” que lo usa como una fuente de de recreación; el “usuario laboral” que ven sus unidades como herramientas de trabajo; y el “usuario tecnológico”, que normalmente llegan al 40% de la totalidad de usuarios de Smartphones[8], y que le da una alta importancia a todas las funciones del equipo. Aunque no existen estudios serios sobre este tema, llama la atención como en Europa, Asia y América del Norte la tendencia indica que los usuarios de Smartphones usan sus teléfonos como bancas personales (para la compra de productos), geolocalización (búsqueda de direcciones), redes sociales, música y entretenimiento (juegos); y en América Latina son usados como auténticas centrales de comunicación interpersonal, con gran aceptación de aplicaciones “comunicativas” como Whatsapp, Line, Nimbuzz, Blackberry Messenger, Okeyko, Viber, 3CXPhone, Wechat, Zello y Skype; y el uso de redes sociales, música y seguimiento de noticias. Y también parece haber un acuerdo en señalar que la llegada de los celulares ha tenido su costo en la humanidad. Ahora vivimos en una sociedad donde predominan las relaciones efímeras: “marcada por lo desechable, con una cultura configurada en parte por el teléfono celular  … usos y abusos de este aparato indudablemente llevan a la superficialidad … Si las tecnologías que usamos determinan y hasta se convierten en nuestra cultura, el celular nos cambia [9] y donde predomina la idea que cada quién debe tener un celular para ser tomado “en serio”. ¡Y quién iba a decirlo! Luego de 14 años los celulares son imprescindibles en nuestra vida. Tal como lo señala Hernan Nadal en un excepcional artículo sobre este tema[10], donde analiza cómo ha cambiado nuestra cultura gracias a los celulares y del por qué hoy, cuando vamos a una fiesta, nos reímos o nos sorprendemos al ver a una persona que afirma que no tiene celular… y pienso ¿Qué será de la vida de aquella agente que tanto gritaba en 1998?

Ptgo. MsRE. Alfredo A. Torrealba

segulac@gmail.com


[1] Yuppie (acrónimo para "Young Urban Profesional -Joven Profesional Urbano-) es un término propio del inglés estadounidense para referirse a un miembro de la clase media alta entre 20 y 40 años de edad. En Venezuela, el término se hizo popular para el año 1995, para distinguir a los nuevos jóvenes ricos que, de la noche a la mañana, amasaron grandes fortunas en el mercado de valores.

[2] El último trimestre de 2012 cerró con un total de 3.763 millones de minutos cursados y con 59,18 millones de mensajes de texto enviados.

[3] El Alfabetismo Digital (Alfabetización Digital y Alfabetización Multimedia) se refiere a aquellas personas que tienen habilidad para localizar, organizar, entender, evaluar y analizar información utilizando tecnología digital. Se dice que cuando una persona que es Alfabeta Digital llega a “la mayoría de edad” (que puede comunicarse y trabajar más eficientemente especialmente con aquellos que poseen los mismos conocimientos y habilidades.), debería ser reconocida como un Ciudadano Digital (ciberciudadano o e-ciudadano), es decir, un ciudadano que puede ser sujeto de derecho dentro de la sociedad de la información y de deberes en el entorno de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, un hacker por definición es un Alfabeta Digital en “mayoría de edad”, por lo que puede ser sujeto de penas por violar derechos o inobservar deberes. http://es.wikipedia.org/wiki/Alfabetizaci%C3%B3n_digital

[4] En el primer trimestre de 2012, los usuarios de Smartphones en el mundo llegaron a mil millones, en tan solo 16 años después de que este formato de teléfono apareciera en el mercado en 1996.

[6] Los Nativos Digitales son personas que, rodeadas por las nuevas tecnologías, desarrollan otra manera de pensar y de entender el mundo. Por oposición, define al Inmigrante Digital como la persona nacida y educada antes del auge de las nuevas tecnologías. Este concepto fue acuñado por Marc Prensky, en su libro “Enseñanza Nativos Digitales” (2001) , y señaló que entre ambos grupos pueden surgir conflictos naturales de carácter político, por cuantos los Nativos Naturales no pueden retrotraer “sus capacidades cognitivas e intelectuales a las que predominaban dos décadas o más atrás”. http://www.ideal.es/almeria/v/20130128/provincia/nativos-digitales-20130128.html

[7] PISCITELLI, Alejandro. Nativos Digitales. Dieta Cognitiva, inteligencia colectiva y arquitecturas de la participación. http://edudigital.wordpress.com/2009/03/16/prologo-al-libro-nativos-digitales-de-alejando-piscitelli-por-francis-pisani/

[10] NADAL, Hernan. http://www.listao.com.ar/2010/02/diferencias-en-los-celulares-diferencias-culturales/



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