Con inventiva y solidaridad la EPS "La Gaviota" emprende vuelo

Los 268 trabajadores de la empresa procesan semanalmente entre 40 y 60 toneladas de sardina, que son comercializadas a la población a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) y las alcaldías del estado Sucre.

Los 268 trabajadores de la empresa procesan semanalmente entre 40 y 60 toneladas de sardina, que son comercializadas a la población a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) y las alcaldías del estado Sucre.

Credito: AVN

Cumaná, 23 Oct. 2016.- Enclavada en Cumaná, capital del estado Sucre, se encuentra la Empresa de Producción Social (EPS) Conservas Alimenticias La Gaviota, una unidad de producción autosustentable, cuya administración descansa en las manos de sus empleados, apoyados y asesorados por el Ministerio del Poder Popular para las Industrias Básicas, Estratégicas y Socialistas.

En sus instalaciones se procesan sardinas, que son comercializadas en envases de 125, 170 y hasta 200 gramos; pepitonas, en presentaciones de 140 y 125 gramos; y harina de pescado, vendida en sacos para el engorde de animales.

Los 268 trabajadores de la empresa procesan semanalmente entre 40 y 60 toneladas de sardina, que son comercializadas a la población a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) y las alcaldías del estado Sucre.

La producción de esta compañía está destinada a abastecer primeramente a la entidad oriental; luego, a la cadena productiva del Ministerio de Industrias Básicas, Estratégicas y Socialistas y, por último, al resto de las entidades federales del país.

La Gaviota fue fundada en 1948 por José Caminos. Al fallecer, la empresa pasa a manos de su esposa, Alicia de Caminos, quien por enfermedad la lega a una sobrina residenciada en otra ciudad del país.

Por no encontrarse en la capital de Sucre, la encargada de la dirección de la empresa descuida su administración, lo que ocasiona una considerable baja en la producción que condujo a la quiebra de la compañía, en 2009.

"Pasábamos 6 y 7 meses sin trabajar. A veces, laborábamos uno o dos días al mes y eso era lo que nos pagaban. No había cesta ticket y cuando llegaba diciembre lo que nos cancelaban de utilidades eran 15 días o un mes cuando mucho. Así estuvimos hasta que los accionistas se declararon en quiebra, el 15 de febrero de 2009, pero aquí nos quedamos, durmiendo en el piso durante tres meses, sin acceso a los baños ni a otras áreas de la compañía", relata de María López, quien ha permanecido en La Gaviota durante 36 años y fue recientemente electa como secretaria del Sindicato de Trabajadores.

El resurgir

Luego de varios meses de lucha, en los que la solidaridad y el compromiso unió a los trabajadores, el primero de mayo del 2009 se obtiene el respaldo del Gobierno Bolivariano para el rescate de la infraestructura y las maquinarias, que habían sido abandonadas por sus antiguos propietarios.

Al ser recuperada la planta, la producción se incrementó de 350 a 550 cajas de sardina por día, equivalentes a 24 toneladas del producto marino, y los trabajadores comenzaron a disfrutar de un salario fijo, cesta ticket, seguro social, vacaciones, utilidades y planes vacacionales para sus hijos, reivindicaciones que les habían sido negadas durante años.

En ese período, relata María López, la producción alcanzó su máxima capacidad. Los almacenes se mantenían hasta el tope con mercancías, lo que le permitió al gobierno venezolano realizar envíos de ayuda humanitaria a varios países, mientras que los trabajadores de La Gaviota visitaban otras localidades de Sucre para vender sus productos.

En 2014, debido a la antigüedad de la empresa y la falta de renovación de equipos, la producción se detiene y se reactiva al año siguiente gracias a las gestiones de Juan Arias, entonces comisionado presidencial, quien logra adquirir una caldera a crédito.

En ese mismo año y parte del 2016 se inicia, por intermediación del Gobierno Bolivariano, un intercambio de experiencias con otras empresas, que dio como resultado la capacitación del personal para la reparación de la planta con la que se elabora la harina de pescado, recuperada en marzo con el aporte de láminas, cabillas y otros materiales efectuado por esas compañías y la donación de insumos (cemento, arena y granza) por parte de la masa laboral.

El vuelo de La Gaviota

Como parte de la Agenda Económica Bolivariana, en julio La Gaviota recibió 200 millones de bolívares: 180 millones fueron aportados por el Gobierno Nacional y 20 millones por la Corporación de Industrias Intermedias de Venezuela. Con dichos recursos, los empleados cancelaron la deuda de la caldera adquirida en 2015.

Además de apoyo, producir en La Gaviota también exige ingenio. Ante la falta de láminas para hacer las latas, los trabajadores comenzaron a ejecutar un proyecto de envasado en vidrio, labor para la que adquirieron con recursos generados por la misma empresa una máquina que marca el precio y la fecha de vencimiento en los recipientes.

Ahora, se encuentran a la espera de una maquinaria que automatizará el sellado del empaque de vidrio, lo que permitirá producir de 2.000 a 3.000 envases diarios.

En la actualidad, La Gaviota vuela gracias a la creatividad y esfuerzo de sus trabajadores, quienes trabajan con la visión de alcanzar a corto plazo la producción diaria de 30 toneladas de productos del mar y no se dejan desalentar por la falta de material para enlatar, por un insumo para procesar los productos que fabrican o por una maquinaria dañada. Su voluntad para vencer no permite que las manos ni las máquinas se detengan.


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La fuente original de este documento es:
Agencia Venezolana de Noticias (AVN) (http://www.avn.info.ve)



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