Caracas, agosto 26 - El cantor de música llanera Ildefonso Rivero Castillo necesita de la urgente solidaridad de las autoridades carabobeñas y falconianas, así como también del ministerio de la Cultura (Casa del Artista, por ejemplo) por tratarse de un venezolano entregado a la canta llanera durante décadas defendiéndola y preservándola.
Esta es su situación:
Un espíritu combativo y revolucionario, quien consagró su vida a la canción llanera y rebelde, sucumbe hoy ante la desatada precariedad y negligencia hospitalaria que reina en el país, la cual hiere con mayor saña a quienes no tenemos más alternativa que la atención pública.
Nuestro hermano Ildefonso convalece en emergencia del Hospital Central de Valencia, Estado Carabobo, en la sala de cirugía menor, totalmente descompensando y sin un diagnóstico claro sobre su situación de salud.
Su voz atemperada para el canto llanero se alzó durante muchas décadas para atesorar no sólo la mirada del hombre y la mujer humilde, sino también los sueños por una sociedad más equitativa y justa.
El cantautor falconiano residenciado en Valencia, necesita atención especializada, de la cual el hospital carece. Por ello sus familiares y la gente buena que le quiere y valora, solicita a los funcionarios públicos del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a quien Ildefonso apoyó desde su trinchera cultural, profusamente a través de su programa radial en Radio Nacional de Venezuela, activen mecanismos de apoyo al camarada, con el propósito de que hagan posible que sea evaluado por médicos especialistas y reciba el tratamiento necesario.
Requiere además de la solidaridad pública, expresada en donantes de sangre, los cuales pueden manifestar su apoyo efectivo aquí en la región central en el Banco Municipal de Sangre, esquina de Pirineos, San José, detrás del Hospital Vargas. A tales efectos deben por supuesto manifestar que hacen su donación en favor de Ildefonso Rivero Castillo, cédula de identidad Nº 7.327.335. El teléfono de uno de sus familiares es 0416 4369464 Contacto: Elia Rivero.
Esperamos que hoy, como antes, tal y como repetía el poeta Miguel Hernández, nunca dejemos solo a un hombre en sus desgracias.
