Maracaibo, enero 31- El padre Vidal Atencio ofreció una entrevista al diario Ciudad Ccs en la que sostiene que el clero debe practicar el socialismo.

El Padre Vidal se ha convertido en la famosa “piedrita en el zapato” para el clero venezolano.  Sus críticas son contundentes y definitivamente aplastantes. La gente de pueblo lo califica como la “conciencia” de los curas, pues en contraposición con un grupo muy fuerte que domina el entorno eclesiástico, el maracucho parece practicar lo que predica. Afirma ser socialista y ejerce a plenitud en todos los aspectos.

“Intento vivir el socialismo en mi familia, en el barrio, en mi comunidad, en la parroquia donde laboro. Para mí el socialismo no es sólo un movimiento ideológico del siglo XXI. Creo que el socialismo es una conducta irrenunciable, una condición humana. El ser humano tiene una doble dimensión que, incluso, es utilizada por nosotros para explicarlo a la comunidad cristiana. En el caso del pecado, éste no solo afecta la conducta individual, sicológica y moral de la persona sino que también tiene una incidencia en la vida social; tanto así que el Papa, el año pasado, habló de los pecados sociales para referirse así a un nuevo grupo de pecados que no habían sido calificados como tales, que no estaban en los catálogos de moral… tú como tienes el pelo blanco debes saber… los catálogos de moral, donde se establecía el pecado y la penitencia, el número de padres nuestros que debías rezar o algo así, de acuerdo al tipo de pecado.

—Algo así como “tanto pecas, tanto rezas…”

—Exacto. Era una moral de caderas, de la cintura para abajo. Ahora es más integral y cuando entramos en lo integral entramos en la concepción del hombre nuevo, y de éste no se puede hablar sin dejar de echar mano al discurso social.  Eso no se puede evadir.

Vidal Atencio, el padre Vidal, no va de sotana, pero sí cerrado de negro y con su “cleriman” al cuello, como Dios manda. Su piel y su rostro revelan el indigenismo. Hijo de guajiros de La Cañada, tiene 47 años cumplidos. “Mi mamá nació en Paraguaipoa y mi papá en La Cañada”. Sus zapatos, desgastados en el talón nos dicen que el hombre camina, y duro. Por alguna razón le hablamos de Dominique, el tipo ese que iba por allí cantando amor y que a su paso hablaba de Dios. Se ríe y comenta:

“Primo, se te cayó la cédula… pero esa es la idea, hablar de Dios, creer en la palabra de Dios”.

—Algunos aseguran que la Iglesia está de espaldas a la realidad.

—Es espinoso entrar en este tema, pero pareciera ser así. He venido ojeando algunos libros, entre ellos el de Ernesto (Villegas) y me pongo a hacer memoria. Allí hay cosas que ocurrieron hace poco y ya parecen olvidadas. Pienso que si los obispos que develaban una conspiración y pusieron sobre el tapete un golpe de Estado pensaron que nos iban a dar una enseñanza de democracia, eso fue totalmente inapropiado. Mira, si Juan Pablo resucitara y viniera ahorita le diría a Ernesto Cardenal que es un niño de pecho al lado de los golpistas que firmaron, donde había curas y sacerdotes participando.  La gente los reconoce porque, además, fueron otrora paladines de la teoría de la liberación y hoy están alzándole la mano a los golpistas, a los sindicaleros corruptos, todas esas cosas, los empresarios ladrones, o sea, ese tipo de cosas dejan mucho que pensar de una Iglesia que pareciera no estar acorde con el espíritu de nuestro tiempo, que sería, en todo caso, un espíritu democrático.

—Un mensaje para el episcopado

—En primer lugar, que se conviertan, porque no es posible decir lo que ellos dicen sin asumir una conducta política. Aunque ellos digan que son “ni-ni”, que sólo quieren ser voceros y guías, uno debe preguntarse de quién. Uno entiende que lo son, pero de la oposición, porque repiten el discurso como un altoparlante. Oye, el clero goza de una gran fuerza espiritual y moral, allá ellos si la quieren perder. Nosotros no podemos quitarles la voz, pero tienen que ser más fieles al pueblo, no ser voceros de la oposición porque éstos se sientan afectados económicamente…

Yo me imagino que pesan las amistades, los pudientes, que muchos de ellos son sus amigos… Ellos tienen amigos de todos lados y eso lo deben conservar.  La gente aún siente afecto por los sacerdotes y eso se debe aprovechar.  Hago un llamado a la conversión, a la fidelidad de la vocación, que es social. Ellos no deberían estar negociando sino proponiendo espacios como la justicia, por ejemplo.

Mira el reloj. Se disculpa y apunta que debe seguir el camino.  “Hay que continuar en la prédica.  Mañana me esperan los fieles y no puedo defraudar a mis feligreses.  El socialismo entra por casa, no hay discriminación. En esas estoy”.