General Rafael Urdaneta Nombre del puente sobre el lago de Maracaibo

Quizás, una legendaria idea sobre un puente se cruzara por la mente de Mara, el bravo cacique de unas etnias, al contemplar el inmenso estuario del lago de Maracaibo. Un anhelo que por siglos pareció imposible, pero llegó el día, en que se convertiría en una portentosa realidad, llenando de encendido júbilo al Zulia y a toda Venezuela, y de enorme admiración al mundo: El puente General Rafael Urdaneta sobre el lago de Maracaibo. Una hazaña de la ingeniería moderna, de incalculables beneficios para territorios y pueblos de uno y otro lado de sus costas.

Maracaibo es un puerto de natural abrigo y estratégica situación, uno de los mejores del continente americano, propio para el auge del comercio, la industria, la cultura y el turismo. Es destino y escala del tráfico naviero para su rica región y los andes venezolanos y neogranadinos. Ciudad de fácil acceso para recibir libros, revistas y periódicos de Europa principalmente, que fueron aprovechados en tal grado por sus pobladores, que se tuvo como la Atenas de América, en franca rivalidad con Caracas.

Una intensa actividad en todos los aspectos de la vida social y económica, aumentaban sin cesar, por consiguiente, una comunicación sin mediatizaje entre las dos costas observables de una a otra a simple vista, se hacía cada vez más necesaria. El reventón del pozo petrolero de Los Barrosos Nº2, en diciembre de 1922, con el que Venezuela demostró al mundo su extraordinaria potencialidad como país petrolero, dio mayor impulso a este trajín de ir y venir entre la metrópolis lacustre y los yacimientos petrolíferos que surgían.

En el justificado afán de hallar en el lado oriental del Zulia, el lugar más cercano al litoral lacustre de la costa occidental, se escoge al Municipio Santa Rita; estableciéndose primero en La Plaza, y tiempo después en Punta Camacho, sendos apostaderos para el transporte de pasajeros a través de los llamados vaporcitos, de los cuales se recuerdan: el Miranda, el Cariño, el Carmelo, el Nirvana y el Berlín. La Compañía Translacustre, modernizó este servicio mediante la construcción de un sólido y largo muelle, con un cómodo salón de espera en Palmarejo de Santa Rita, inaugurando los viajes con el ferryboats Coquivacoa, el 22 de febrero de 1939. Esta empresa, tuvo sobresaliente éxito en sus actividades, lo que le permitió adquirir varias unidades en un lapso de ocho años desde 1940 a 1948, entre ellas: Cabimas, Catatumbo, Cacique, Carabobo y Caracas; amplias, seguras y confortables, fabricadas en prestigiosos astilleros de los E.E.U.U.

Veintitrés años, seis meses y dos días, durante los cuales, dichas naves llevaron a cabo con satisfactoria eficiencia, el trabajo se transportar personas, enseres y automotores, de costa a costa, bajo acertadas directrices y diestras maniobras de marinería. Cuando su uso ya no fue necesario, se vendieron para su utilización en el río Orinoco y en la isla de Margarita.

Llegó una nueva etapa como sucede en todos los tiempos, cuando el mandato inexorable del progreso así lo determina.

Superados por el extraordinario vial que surgió, los ferrys en desventaja en proporción a velocidad, tonelaje, número de vehículos y personas en el tiempo, tuvieron que dar paso a las nuevas soluciones de la ciencia y la tecnología.

¡Ah! Pero cuánta nostalgia al evocar aquellos ferrys desde donde se contemplaba el esplendoroso lago y el paisaje de elegantes cocotales, escuchando el corte de las olas por la proa y el deleite con la brisa mitral que sopla desde el litoral cercano. Muchas veces, solía hacerse ese recorrido no para hacer diligencias u obligaciones que cumplir, sino, para vivir el maravilloso espectáculo al que se sumaban aves que seguían la estela de aquellos buques en un viaje de ensueño entre La Ciega en Maracaibo, y Palmarejo en Santa Rita.

Interesantes hechos del ayer que debemos dejar en suspenso, para precisar algunos detalles de la nueva superestructura que nace, el Puente General Rafael Urdaneta, ícono y referencia cada vez que se trate la historia del Estado Zulia.

Después de exhaustivos estudios, la Campenon Bernard de Venezuela, señaló la ruta, fijando el este en Punta Iguana, aledaño a Santa Rita, y el oeste en Punta de Piedras, en San Francisco. Se prefirió el de la firma Precomprimidos y Asociados con Juan Otaola, a la cual estaba incorporado en su dirección ejecutiva Oscar Benedetti, habiéndose unido a esta empresa venezolana como consorcio, la alemana Julius Beger A.G. siguiendo los lineamientos del proyecto original de Ricardo Morandi, en Roma.

Construido con el sólido y resistente concreto pretensado con las medidas: 8.678,60 m. de longitud incluido el pedraplén, 17,40 m. de anchura, y 50 m. de altura sobre el nivel de las aguas. (Diccionario General del Zulia. Luis Guillermo Hernández, Jesús Angel Parra.Tomo II. Maracaibo. 1999)

Sean los datos mencionados, suficientes para el propósito que nos lleva a escribir esta breve reseña. De aquí en adelante, nos referiremos al origen, la autoría y la importancia de su nombre en función de los valores de la zulianidad.

Es oportuno rememorar, que en el mes de diciembre de 1957, justamente cuando se iniciaban los trabajos de su construcción, aparece en el diario Panorama, un artículo de autor Vinicio Nava Urribarrí, titulado: Santa Rita, una villa sobre el lago convertida en ciudad, en cuyo párrafo final se lee textualmente unida por el puente que muy justamente llevará el nombre de General Rafael Urdaneta; contenido éste, que tuvo trascendencia y se convertiría en propuesta nacional de gran aceptación.

Esta afirmación que en principio tomó eco casi unánime, fue cambiando a medida que las hercúleas columnas se erguían sobre las aguas del lago; empezaron a escucharse rumores con nombres diferentes, hasta convertirse pronto, en declaraciones de notables personas, tanto en los medios públicos como en los privados.

Nativos del estado Sucre al extremo nororiental del país, y muchos residentes en la costa oriental zuliana, en conocimiento de que Juan Otaola y Oscar Benedetti eran naturales de Río Caribe y Carúpano respectivamente, al igual que para el momento el gobernador del Zulia, Luis Vera Gómez, natural de Cariaco, todas ciudades del estado Sucre, consideraron llamarlo Puente Antonio José de Sucre. Historiadores hablaban del descubridor Alonso de Hojeda, del fundador de la ciudad maracaibera Ambrosio Alfinger, del libertador Simón Bolívar y del almirante José Padilla baluarte de la batalla naval del Lago de Maracaibo. Los escritores se pronunciaban por el nombre Rómulo Gallegos, insigne novelista autor entre una brillante obra literaria, de la novela ambientada en el Zulia, Sobre la misma tierra (1943); el de Rafael María Baralt, historiador, ingeniero y filólogo, autor de la frase Tierra del sol amada, primer verso de su célebre poema Adiós a la patria; el de Udón Pérez, creador de nuestro himno nacional; Marcial Hernández con su esplendorosa frase dicha en un discurso El Zulia entre la noche relampaguea (1917); Ramón Yépez llamado El cisne del lago, y otroshasta que entre tantas consideraciones ya rayanas en disputas especialmente a través de las emisoras de radio, trascendió una propuesta insulsa y salomónica, que se le llamara Puente sobre el Lago.

Para ese entonces, Vinicio Nava Urribarrí era Maestro graduado, estudiante de Educación en la Universidad del Zulia, y Supervisor del Distrito Escolar Nº 5 con cincuenta escuelas a su cargo. Dictaba conferencias en planteles educativos ante educadores y alumnos, exponiendo la situación sobre el nombre para el puente que se estaba construyendo y adelantaba, que debería llevar el nombre del insigne prócer zuliano General Rafael Urdaneta; expresaba la preocupación sobre la injerencia sucrense con el nombre Antonio José de Sucre y la propuesta de notables de la Sociedad Bolivariana y de la Academia Nacional de la Historia desde Caracas, con el nombre Simón Bolívar. Y para proyectar con más eficacia su propuesta, creó el Centro Social Pedagógico, apoyado por numerosos maestros.

Se realizaron caravanas de automóviles, y se obtuvo el respaldo del Aeroclub de Maracaibo, situado para ese tiempo en el antiguo aeropuerto Grano de Oro, que distribuyó desde los aires de esa ciudad y regiones vecinas, un vehemente manifiesto con la nueva propuesta.

Nava Urribarrí, en medio de los múltiples argumentos, se las ingenió con estas iniciativas:

- Convocó a los niños de cuarto, quinto y sexto grado de primaria de las diferentes escuelas públicas, a un ejercicio de redacción, donde cada uno, con sus propias palabras le escribiera al Presidente de la República, pidiéndole para el puente ya pronto a inaugurarse, el nombre General Rafael Urdaneta, el más zuliano de todos los propuestos.

- Organizó una gira de acercamiento nacional hacia Guayana, para proponer ante las instituciones de esa región, el nombre de Simón Bolívar para el puente que sobre el Orinoco, el río más grande de Venezuela, estaría próximo a construirse, y a la vez, el respaldo para su propuesta General Rafael Urdaneta como nombre para el puente que se estaba construyendo en el Zulia.

Estas dos ideas, fueron aprobadas por unanimidad en Ciudad Bolívar, por la Asamblea Legislativa, la Municipalidad y la Federación Venezolana de Maestros. Allí, en la propia e histórica casona donde el Libertador pronunció el Discurso de Angostura, allí, dieron la bienvenida a los educadores zulianos y apoyaron totalmente todos los planteamientos; momentos después, Nava Urribarrí en la plaza Bolívar, dio lectura detallada de los dignos logros alcanzados en esa gira, un jueves 19 de abril de 1962, y justamente por azar del destino, fue un jueves el 19 de abril de 1810.

Las misivas infantiles de los niños de Maracaibo llegaron a Miraflores, al despacho presidencial; el resultado, estuvo cargado de la emotividad que la ternura de la niñez prodiga, tuvieron respuestas muy favorables a sus cartas y ellos entre algarabías las contaban con entusiasmo; alegrías que el presidente de Venezuela no pasó por alto en sus palabras en la inauguración del puente:

El nombre se le debe a una solicitud múltiple de niños del Zulia, quienes han llenado mi escritorio de cartas petitorias (…)

Al regreso de la gira a Guyana de los educadores, Panorama en su edición del 23 de abril de 1962, publica el histórico acuerdo logrado por el Centro Social Pedagógico, tomado en Ciudad Bolívar. Alciro Barboza de la Torre, felicitó a los educadores zulianos por los logros alcanzados, con nombres tan merecidos para ambos puentes, y la muestra de gratitud a Simón Bolívar el Libertador y a Rafael Urdaneta el prócer zuliano.

De aquí en adelante, todo fue expectativa y espera, hasta que, el presidente de la República, Don Rómulo Betancourt, cortó la cinta tricolor al inaugurar el puente sobre el lago de Maracaibo, en la que se leía Puente General Rafael Urdaneta, el 24 de agosto de 1962, acompañado de un discurso del que extraemos las palabras:

"(…) miles y miles de cartas llegadas a Miraflores, han solicitado unanimamente, que esa gran aspiración hecha realidad fuese bautizada con el nombre procero del "General Rafael Urdaneta". Por eso puedo decir hoy en este acto a plenitud de voz e inmune a la sospecha de halago demagógico, que si el lago ya tiene puente y este se llama General Rafael Urdaneta, se debe a que el pueblo zuliano así lo ha querido".

Fue hermoso, una delirante concentración desbordante de alegría, con vivas a Venezuela, al Zulia y a Urdaneta. Un concierto en la brisa, como si las palmeras de Santa Rita y San Francisco, hicieran sonar en el abanico de sus ramajes las alegrías. Venezuela tenía sobre el lago de Maracaibo un magnífico puente General Rafael Urdaneta.

¿Cuál hubiera sido el nombre de nuestro amado puente sobre el Lago de Maracaibo, General Rafael Urdaneta, si este hombre venezolano, soñador y zuliano, por excelencia, no hubiera emprendido esta loable labor para que con orgullo ostentara el nombre de nuestro prócer zuliano?



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