Cristóbal Colón se quedo pendejo con los neo-navegaos que llegan a Margarita a imponer al mismo estilo de la cultura colonialista sus nombres a lo que ya los margariteños le tenemos nombre, el caso del converso opinador, dándoselas de defensor del pueblo margariteño con su politiquería barata ofende a la Virgen del Valle, llamándola vallita, y aun no conforme, habla de la Margarita turística, la del puerto libre que ocaciono interminables daños ecológicos como si fuera una gran cosa, los margariteños no olvidamos que gracias a esa política adeca instalaron canteras que han desbastado buena parte de los cerros en Guatamare, así como la destrucción del habitad de especies endémicas como la cotorra margariteña, el mono margariteño, el gato Servano y el venado en la Peninsula de Macanao a causa de la extracción minera, con esa piedra y arena construyeron hoteles cerquita del mar y contaminaron nuestras playas, el cerro El Pieche, lugar sagrado donde los aruspices guayqueries realizaban sus rituales lo convirtieron en un vertedero de basura para borrar nuestra identidad. Guatamare, El Piache, Macanao son nombres originarios que dan testimonio del maltrato que trajo la política económica implementada en la IV republiaca y que un vulgar hablador de paja pretende esconder magnificando un cacerolazo escuálido en Villa Rosa cuando no conoce ni la roni.
