El 13 de agosto del 2015, tuve la oportunidad de participar en evento de repolitización de la militancia revolucionaria del estado Carabobo, mesas de trabajo dirigidas por la Ministra María Iris Varela Rangel, quien es digna representante de la mujer venezolana que decidió seguir por el camino trazado por el pueblo de Bolívar y Chávez; entre las cosas que le escuche a Iris estuvo el hecho de que la oposición tiene acumulados grandes capitales a partir de las fechorías cometidas en los años antes y durante la llegada de la revolución. Los medios y los factores de producción que hoy ostentan la oligarquía apátrida son producto del robo y el aprovechamiento delictivo. La heroína hizo un breve repaso de las andanzas de los Machado Zuloaga, de los Mendoza, los Capriles, entre otros, y rápidamente uno puede darse cuenta que esos seres no pueden ni saben hacer otra cosa que no sea lo que sus antepasados le enseñaron. Jamás han trabajado, no saben que es producir decentemente, lo de ellos es usufructuar los bienes del estado, los bienes de los venezolanos y tratan de vender esa idea a nuestro pueblo, esa práctica perversa de la especulación desmedida en contra de la gente que si trabaja y que si sabe cuánto cuesta ganarse las cosas con el esfuerzo del trabajo constante y creador.
A medida que Iris disertaba sobre lo que todos sabemos pero debemos recordar, trataba de buscar explicación como gente de nuestra clase trabajadora, gente buena y humilde, hoy siga a los que siempre los han robado y engañado, trataba de conseguir en qué punto del tiempo esa gente nuestra, hermanos y amigos se habían convertido en agresores de sus familias, se habían transformado en especuladores, contrabandistas, vendedores de sus billetes de 50 y 100 bolívares. En ese momento escuche la respuesta, alguien dijo “si no quebramos el modelo capitalista en vano construimos socialismo”. Porque el capitalismo en esencia es culto al ego. Es buscar estar por encima de tu hermano a costa de cualquier cosa, poseer como sea lo más novedoso, la moda. Porque la tecnología controlada por el capitalismo se pone al servicio del egoísmo e inicia la interminable creación de necesidades virtuales, irreales, que solo buscan la satisfacción de la acumulación desmedida de capitales en manos de pocos. De allí que los gobiernos verdaderamente progresistas dirigen gran cantidad de sus recursos a la tecnología de alimentos, salud, deporte, cultura. Es allí donde está la respuesta a la devastadora arrogancia del capitalismo. Internalizar que esos sectores (alimentos, salud, deporte, cultura) no deben ser comercializables, que esos sectores son la vida misma y que deben ser atendimos con verdadero amor.
Conclusiones de la mesa donde tuve el honor de participar:
1) Producción y reinversión en la tierra con conciencia conservacionista.
2) Atención directa a la joven mujer antes, durante y después del parto.
3) Priorizar y planificar el gasto social en nuestros adultos mayores, salud y recreación.
4) Educación, deporte, cultura y comunicación social al servicio de lo verdaderamente humano, culto a la vida, al amor.
5) Rescatar los medios de producción y distribución de materia prima y alimentos en manos de los zánganos, colocándolos al servicio de la patria.
