“Por decir patroncito, es que existe el patrón" Ali Primera

Este fin de semana, asistimos a acompañar a la Comuna Socialista Dr. Francisco Tamayo, al Instituto Nacional de Tierras y a la Red Nacional de Comuner@s A la entrega de 1400 hectáreas de la hacienda Yogore, hoy unidad productiva socialista de propiedad comunal, en El Tocuyo Edo Lara, Pio Tamayo.

En el proceso de otorgar el derecho a la permanencia a los campesinos, excluidos, tercerizados, en condiciones de enfeudados, entre otras formas horribles de explotación, que prohíbe la Ley Orgánica de Tierra y desarrollo rural, notamos algunos fenómenos sociológicos, que valdría la pena revisar, a la luz del proceso revolucionario que transita la sociedad venezolana. En primer lugar la acción revolucionaria del Inti de entregar, la tierra a la Comuna, y de esta forma atacar el problema de la propiedad, favoreciendo el criterio colectivo de otorgamiento de la propiedad, sobre un medio de producción como es la tierra. Ahora la tarea es producir, disfrutar de los excedente para el colectivo, es decir, es el momento de la construcción del socialismo, partiendo de nuevas relaciones de trabajo, ahora es el tiempo del verdadero cambio, el enfrentamiento de lo productivo colectivo socialista en contra oposición al individualismo colectivo; la lucha ideológica y de clases en su máximo esplendor tal como lo contempla del segundo objetivo histórico del Plan de la Patria. También notamos el conjunto de relaciones de trabajos que aún persisten en nuestra revolución; sectores tarifados por los terratenientes conformando una especie de lumpen feudal que defienden los intereses del patrón, unidades paraterratenientes que enfrentan a los campesinos excluidos del derecho a producir la tierra que le fue arrebatada a sus dueños originales, niños mujeres y hombres conformando una peonada, sin ningún tipo de reconocimiento de sus derechos laborales y protección social del trabajo, laborando para un explotador, que se enriquece y paga con botellas de Ron, cajas de cervezas, fiestas patronales, chimó, sillas de rueda y uno que otro medicamento repartido, a algunos infelices, para de esta manera, erigirse como una especie de protector, muy parecido a la práctica de los narcos, solo que en este caso, es a favor de la servidumbre y latifundio.

De igual manera, la insistencia ideológica de sectores contra revolucionarios de la derecha fascista, representada por los agentes del Gobernador Henry Falcon, en el sentido de pretender, tras la falsa de un progresismo descabellado, ocultar, con los argumentos gastados de "todo lo que toca el Estado lo destruye y se vuelve improductivo" el verdadero problema que subyace de fondo, la existencia del latifundio como lastre histórico que impide la liberación de las fuerzas productivas del campo, pero de igual forma se evidencia la florencia de un movimiento popular o Poder Popular emergente que se dispone a enfrentar las relaciones de dominación que históricamente ha creado el capitalismo, la Comuna se hace presente como una de las nuevas experiencias, la comuna socialista bastión organizativo, que muestra su rostro esperanzador en el horizonte de la revolución , como esperanza de los oprimidos.

En esta experiencia se conjugaron un conjunto de elementos, que bien vale la pena evaluar, para seguir aportando en la construcción de un modelo societario, distinto, propio de la Revolución Bolivariana, el estudio, enfrentar categorías con la realidad social, las contradicciones existentes en el seno del pueblo, la fuerzas que tienen las costumbres sobre la razón, son algunos intentos que nunca terminan de ser suficientes para la transformación de la vida material, lo que si estamos seguros es en afirmar, que Venezuela es el país del mundo donde la praxis, social comprueba o coloca en el debate muchas categorías para reescribir la Historia de estos nuevos tiempos por los que transita una parte de esta humanidad.

 



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