El delirio opositor no conoce límites. Agobiados y desesperados por el fervor popular que levanta el candidato de la patria, se han dedicado a inventarle cuanta marramuncia les pasa por la cabeza con el propósito mezquino de resquebrajar la unidad del Gran Polo Patriótico. Pero se estrellan ante una sólida muralla. Para calibrar los ataques enemigos solo basta seguir los remitidos a una página que publica el editor del antiguo periódico de los Otero Silva, para darse cuenta que extraviaron el rumbo. No encuentran en que palo ahorcarse. Que un grupo, no más de 20 firmantes de pretendidos intelectuales y personajes que, se atribuyen el dominio de la lengua castellana y del conocimiento, manejen un lenguaje rudimentario, procaz y provocador, da asi el tenor del pánico que cunde entre los opositores del gobierno bolivariano.
Le ha tocado el turno al camarada Ameliach de ser blanco de los vituperios y del encono de los gacetilleros, quienes se nutren de los laboratorios de la guerra sucia que los enemigos del pueblo, mantienen en vigencia desde 1998.
Es Ameliach la expresión
fiel de un cuadro dirigente forjado y templado en revolución y acumula
a la vez una vasta experiencia de desempeños acertados tanto
en el Poder Ejecutivo como en el Legislativo. Su formación en la Academia
Militar de Venezuela, fue paralela a su militancia en el MBR200 y caracterizada
por su lealtad hacia el Comandante Chávez y, su solidaridad hacia sus
compañeros combatientes. Con el grado de Mayor del Ejército participó
activamente en la rebelión del 27 de noviembre de 1992. Más tarde
en la campaña electoral de 1998, jugó un rol activo en la victoria
popular de Hugo Chávez Frías y en la aplastante derrota del candidato
de la oligarquía, etiquetado por los voceros populares como
Proviene Francisco Ameliach de una familia carabobeña con vocación de servicio público y sentido del verdadero compromiso social. Su hermano Saúl está al frente de Pequiven, una pieza clave en la arquitectura del complejo industrial socialista de nuestro país, suplidora de materia prima para Petrocasa y para la Gran Misión Vivienda. La oligarquía local sabe que, tiene que medirse con un gerente, con un administrador de vasta experiencia en el desempeño público, con combatiente revolucionario que ha conocido las cárceles de la derecha, que ha sabido enfrentarse al enemigo con coraje y firmeza. Y le temen.
Nos toca a nosotros desde la trinchera revolucionaria carabobeña del PSUV secundar en un solo bloque al camarada Ameliach, por que Carabobo necesita un gobernador que ayude y otorgue poder a las organizaciones comunales, dotándolos de conocimientos y materiales para que sean sus mismos miembros los que resuelvan sus necesidades.
Una candidatura sólida, con un mayoritario arraigo carabobeño como la de Ameliach, le enreda los pronósticos al clan Salas, dándole un sacudón violento a los escuálidos aquí y también a escala nacional. De ahí la violencia redoblada de los apátridas y de los que quieren regresar al pasado cuartorrepublicano. Por qué Ameliach es la Solución para Carabobo ¡¡¡.
lucartjesus@yahoo.es