En Aporrea hemos leído una seria de artículos acerca de la candidatura del gobernador Rangel a la reelección, pero la mayor confrontación sobre el tema no es la que se puede leer en los medios, sino la que se vive a diario en el conglomerado chavista, en las bases, en la calle, en los centros de trabajo. Es sorprendente cómo el pueblo ha tomado conciencia sobre los temas políticos, aunque más de manera intuitiva que como producto de una profundización ideológica. Se comenta mucho, se lee muy poco el pensamiento izquierdista, y aún así el progreso es grande.
También causa sorpresa el rechazo a la opción presentada por el presidente, que por lo menos en mi caso, he encontrado entre militantes de izquierda; he realizado una pequeña "encuesta" entre varios que han votado por Chávez, aproximadamente unas veinte personas, y no miento al decir que la proporción fue de 19 a 1; este último motivado por la disciplina revolucionaria más que por la convicción. El buen artículo presentado por Elizabeth Valdiviezo y la contrarréplica en contra de la designación de Rangel han levantado una polvareda como pocas veces se ha visto en esta página, lo cual nos da una idea de la magnitud del debate. ¿Argumentos en contra? Por lo menos en Ciudad Bolívar (debo aclarar que trabajo en esta ciudad, pero vivo y voto en Soledad, Anzoátegui) se dice que el gobernador olvidó durante siete años a esta y que capital, que solo lo es de nombre. En la práctica, el gobernador despacha desde Puerto Ordaz, y todas las oficinas principales se mudaron para esta urbe; la solo-de-nombre-capital es una cenicienta a quien el príncipe desdeñó hace mucho tiempo. "Ahora, como se ve en pico de zamuro, fue que se acordó de Ciudad Bolívar", es el comentario generalizado.
Otro argumento es la corrupción y sus grandes escándalos relacionados con las empresas básicas, como el millonario de las cabillas, o la virtual quiebra de casi todas dichas empresas debido a los malos manejos de quienes debieron gerenciarlas de manera eficiente. Por otra parte, personalmente he escrito en este medio sobre un PSUV elitista, en un artículo denominado "Chávez, hay un PSUV oligarca, cuidado con él"; el partido, como lamentablemente sucede en muchos casos, pasó a ser una herramienta dócil en manos del gobernante, y olvidó su rol de contraloría y de formación de cuadros.
Sin embargo, es necesario aclarar que la división de los votos, tal como se prevé en el estado, abrirá la puerta al triunfo de Andrés Velásquez, quien se encontraría así con un regalo que veia muy cuesta arriba, lo cual no es la idea; si la oposición viniera a gobernar, no importaría, pero ya sabemos que ellos están ganados para aventuras extraconstitucionales, máximo dada la importancia estratégica de Guayana.
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