¡Qué difícil es ser chavista en el estado Mérida!

I

Los estados andinos, es decir gran parte de sus habitantes son, por decir lo menos, conservadores por naturaleza. Sociedades que aún cultivan y preservan disimulado el esquema de castas, en donde un “extranjero” sólo entra hasta la sala del hogar, donde todavía no es muy bien visto el “negrito” para novio de la niña de la casa, donde los apellidos se repiten y se repiten en sucesión como ecos del pasado, donde se atesoran las glorias de aquellos viejos tiempos en donde la consigna era: ¡Los andinos al poder!

En Mérida particularmente, las peleas por el poder aun se libran -como desde el mismisimo día en que Juan Rodríguez Suárez decidió aún sin el permiso de la Corona fundar la Ciudad de los Caballeros-, entre los mismos linajes.

Eso por una parte y por otra el mal tino en la escogencia de los representantes del PSUV a los altos cargos de dirigencia regional (tres periodos consecutivos sin dar pié con bola), dan al traste con las posibilidades de triunfo revolucionario en los próximas elecciones regionales.

II

¿Desde hace cuánto lo vengo diciendo?, prácticamente desde que el Presidente ungió gobernador a Florencio Porras y este a su vez lo colocó en cargos de relevancia durante su gestión he venido repitiendo que el actual gobernador de Mérida es un infiltrado.

Yo viví la época en la que un dirigente estudiantil con el alias de Caracciolo nos mandaba derechito al patíbulo mientras subrepticiamente aparecía en la nómina de la extinta PTJ cobrando sueldo como informante. Y al que lo muerde macagua… le tiene miedo a un bejuco.

Florencio Porras, el mismo que contraviniendo las decisiones del PSUV (partido que le dio el apoyo para que aun siendo un perfecto desconocido, fuera electo gobernador durante dos períodos) se alzó y se lanzó a gobernador por el estado Mérida, tiene en su prontuario el haber “sembrado”, primero en la Corporación de Salud y luego en esa agencia de repartir billetes que se llama Desarrollo Social a Marcos Días Orellana. Mejor ubicación no pudo tener el gobernador actual para incubar sus aspiraciones personales.

Siempre lo he manifestado públicamente y a viva voz: ¡El gobernador (si así se le puede llamar al autor de este desgobierno) del estado Mérida es copeyano!

Ya lo sé, es cierto, hay persona valiosísimas dentro del proceso que, aún siendo de extracción socialcristiana le han prestado un brillante servicio a la revolución. Walter Martínez como comunicador a través de su “Dosier” llevándole al mundo las incidencias del acontecer diario de nuestro proceso de cambios. Roy Chaderton como diplomático excelso, que ha sabido defender con muy buen tino las posiciones que, en cuanto a política exterior ha asumido nuestro gobierno.

Sin esconder sus orígenes, sin renegar de su estirpe, estos caballeros y otros cuantos y cuantas más han decidido auxiliar a los venezolanos en su afán de independencia y desarrollo con dignidad y soberanía, por lo que el pueblo les está altamente agradecido. Pero, al mirar el accionar de este señor -el gobernador del estado Mérida-, da pena ajena ver como no pierde la oportunidad para -de la manera más servil y empalagosa- congraciarse con el Presidente.

¡Eso sí, delante de las cámaras de VTV, o en frente de los micrófonos y los periodistas del Sistema Nacional de Medios públicos, porque si no hay testigos que puedan reseñar sus declaraciones, hace todo lo contrario a lo contemplado en las líneas de acción del Gobierno Nacional!

¡Es que no importaría si el tipo fuese copeyano, o adeco, o lo que se le viniera en gana mientras apuntalara las políticas gubernamentales, pero este individuo tiene su propia agenda oculta!.

Con gallardía Tarek William Saab expresó que aunque lo asistía el derecho al pataleo, aceptaba disciplinadamente la decisión desfavorable para el de nombrarle un sustituto pero… ¿alguien ha escuchado a Marcos Díaz declarar lo propio por la calle del medio, sin rodeos y sin ambigüedades?

En el 2008 Marcos Díaz ganó las regionales con 196.667 votos, ¡votos estos del comandante Chávez!. Cuatro años más tarde, el Presidente pierde en el estado Mérida aún obteniendo 225.556 votos, su crecimiento fue de tan solo un 12.80% en todo el estado. ¿Por qué si las políticas públicas, las misiones, los planes de vivienda, de salud, de educación pública y gratuita son para todos los estados, en Mérida no atraen adeptos al Presidente que es quien los impulsa?

Pues porque el gobernador del estado Marcos Díaz Orellana destina los recursos del estado a comprar trescientos burros -es cierto, así como lo leen- para una fiesta patronal, para mudar y reinaugurar una manga de coleo, para patrocinar a un candidato a Míster Universo -¡de pana, es verdad!-, para financiar encuentros de motorizados con vehículos de alta cilindrada que vienen a contaminar con polución y estridencia la calma y el paisaje de nuestro estado, para edificar un polígono de tiros o para costear un programa de radio insulso denominado “De pana con Marcos Díaz Orellana”, mientras que el principal centro asistencial de la entidad el IAHULA, carece de Resonancia Magnética, cierra sus quirófanos por falta de insumos, y deja de aplicarle tratamiento de radioterapia a los y las pacientes con cánceres avanzados.

III

Veamos los números y las circunstancias en la cuidad de mis desgracias.

Mérida lamentablemente se hunde en la basura, sus calles pestilentes están llenas de buhoneros, plagadas de huelepega, la droga circula abiertamente, el alcalde llena sus arcas gracias a una banda de corsarios vestidos de policías viales que deambulan por las calles del centro montados en grúas privadas y no perdonan a nadie para secuestrarle el carro pidiendo de rescate una multa de no sé cuantas unidades tributarias; y sin embargo Chávez pierde y feo en el municipio Libertador con 49.128 votos. Es decir, sólo el 35.57% de los electores pensó en la reelección del Presidente como alternativa de futuro. Léster Rodríguez alias “el Rey Zamuro”, ese pésimo alcalde, obtuvo su cargo en las regionales de 2008 con 54.329 votos. Mientras Léster Rodríguez obtuvo 51.63% en su momento, sin ofrecer nada a cambio que no fuese ser contrario al Proceso, el Presidente de la República que le ha echado un camión de bolas, que ha tenido el tino de beneficiar a la ciudadanía sin ninguna distingos de ninguna naturaleza con planes tangibles de vivienda, salud, educación etc., obtuvo tan sólo un 35.57% de los votos en estos comicios.

¡Estamos mal y vamos para peor!, a) el estado Mérida se gana o se pierde teóricamente con un poquito más de doscientos veinticinco mil votos. b) pese a que el candidato opositor (Léster Rodríguez) es muy malo, los chavistas que no la tienen todas consigo van a ver mermada su votación natural por la división que representa Florencio Porras y el grupo de organizaciones anárquicas por denominarlas de alguna manera (ojalá fueran anarquistas de verdad pero lo que son es malcriados) que lo apoyan. c) Alexis Ramírez es un muchacho joven que pese a tener una buena trayectoria política es un desconocido fuera de su circuito. d) el abolengo merideño sigue prevaleciendo a la hora de depositar el voto, los nombres de alcurnia, el color de la piel, todo eso es cotejado antes de decidir apoyos. e) Alexis Ramírez se pronunció a favor de la invasión de unos terrenos destinados por la Universidad de Los Andes para desarrollar el Núcleo Campo de Oro del área de Ciencias de la Salud y en Mérida donde todo gira en torno a la ULA, meterse con nuestra máxima casa de estudio es un pecado mortal. f) la vieja guardia del PSUV merideño, expertos en manipulaciones y componendas, se está moviendo aceleradamente para asegurar su supervivencia. g) esta candidatura lleva consigo el estigma de ser apoyada por una serie de grupos económicos regionales que enturbian su figura. h) aquí en Mérida la votación posee un sesgo bizarro, no se depositará la papeleta eligiendo el mejor servidor público sino votando contra Chávez, ese zambo feo, populachero, humilde y ordinario. i) las gestiones de Florencio Porras y de Marcos Díaz Orellana han sido tan desastrosas que hasta algunos chavistas por castigar a quien los impuso, o sea Chávez, están dispuestos a hacerse el haraquiri. j) la indolencia que demuestran los empleados públicos ante las solicitudes de los ciudadanos dan al traste con cualquier iniciativa de acercamiento hipotético entre la “clase media” y el gobierno de Chávez.

IV

A esta Revolución se le plantea un problema de dimensiones siderales: ¿Cómo hacer para captar el voto de esa gente que se cree el cuento de que son “clase media” y por no tener el estigma de ser tildados de marginales y resentidos se alinean con el bando de quienes sistemáticamente los desprecian?, ¿Cómo lograr que los trabajadores, los estudiantes y los profesores universitarios que se sienten maltratados, ahogados presupuestariamente por el gobierno apoyen a su representante a la gobernación del estado?, ¿De qué manera convencer a las señoras que no logran acceder a los productos de primera necesidad sino luego de pasar por la humillación de permanecer por horas bajo un sol inclemente haciendo largas colas para finalmente obtener lo que por derecho les concede el gobierno bolivariano?, ¿Qué hacer para que los merideños puedan disfrutar de las bondades del plan “Mi casa bien equipada” y no tener que comprar los mismos electrodomésticos, de calidad similar pero a precios exorbitantes, en los comercios de los familiares de un ex ministro que han colonizado con sus bazares el centro de nuestras ciudades?

V

Desafortunadamente para los seguidores merideños de este proceso de cambios que encabeza el Presidente Chávez, se vislumbra una derrota electoral para los comicios regionales del próximo mes de diciembre.

Nuestra preocupación es válida y comprensible, en unas elecciones signadas por la indiferencia ciudadana, en donde se lucha contra el odio y la animadversión antichavista, en las cuales competimos con un candidato prácticamente desconocido y en donde los pocos que lo conocen son los que lo adversan con más inquina, animadversión y hostilidad por haberse metido con los bienes de la ULA, en las cuales el voto chavista va dividido por las mezquindades de sus pseudodirigentes, en las que el tratamiento que le ha dado el PSUV regional a sus seguidores es el de simples votantes, en donde se juega con un esquema burgués de valores, en medio de un entorno capitalista donde las tentaciones de la moda se entremezclan con las necesidades de aceptación y de ser “populares” que ha impuesto el hedonista, individualista y pragmático “american way of life” sobre la conciencia de las nuevas generaciones de venezolanos, es casi imposible salir bien parados.

Ahora más que nunca y con el tiempo jugando en nuestra contra, es cuando realmente resulta imprescindible que el máximo líder de esta Revolución ponga orden en el estado Mérida y haga declinar las apetencias y ruindades de estos personeros funestos por el bien y la salud mental de los merideños que aspiramos progresar y vivir en paz.

Este es el momento en el que debemos tratar con más ahínco de dessatanizar al socialismo, de acercarlo a los más reacios, ahora es cuando debemos recordarle a los adversarios políticos del gobierno que, una decisión visceral de su parte nos hará sufrir por igual durante cuatro años la flagelación de ser gobernados por alguien a quien una alcaldía relativamente pequeña de una ciudad fácilmente gobernable le quedó grande. Particularmente yo quisiera que la fortuna le sonriera al geógrafo y parlamentario Alexis Ramírez, pero las posibilidades de triunfo se escapan con cada una de las torpezas que se cometen en el accionar político “revolucionario” de nuestro estado.

Señor Presidente hasta ahora yo jamás le he solicitado nada, por favor ahora le pido en mi nombre y en el de todos mis coterráneos, interceda en esta oportunidad para salvarnos de un nuevo desgobierno de signo opositor o más dolorosamente de carácter revolucionario.

carlosperezmujica@gmail.com



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Carlos Pérez Mujica


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