Decepción bicentenaria (por lo menos en el de aquÍ)

Pildoritas 131 (año 03)

Alegría de tísico, dicen unos, otros simplemente expresan su frustración con frases como; “nos mintieron”, “aquí no se consigue nada barato”, “perdí el viaje” etc., etc., lo he oído y padecido en carne propia, al visitar el antiguo CADA, único de la Capital tachirense, ahora convertido en Abasto Bicentenario (“su justo precio”), y encontrarme con una realidad que tengo que contar a la familia de Aporrea, pues si me callo y no me deshogo, reviento.

Desde su conversión he visitado el ahora Abasto, cinco veces, en la esperanza de que en cada nueva visita consiga el cambio que todos esperamos y que hemos observado, ha sucedido, en otros sitios del país, cuando vemos por TV, entrevistas a clientes satisfechos que adquieren alimentos y electrodomésticos, dice la cuña, con hasta un 50 por ciento menos si se comparan con los precios de los expendios capitalitas.

Resulta que aquí no, lo que se consigue son los mismos productos que existían siempre, en el antiguo CADA, muchos de ellos importados a precios dolarizados, productos venezolanos de empresas capitalistas inaccesibles para un pobre, por ejemplo una bolsita de 120 gramos de papas fritas en 11 bolívares fuertes, medio litro de aceite de oliva hasta en 64 bolívares fuertes, los productos de la polar, por montones, no se diga los de Alfonso Rivas y Compañía, tremendo golpista, Los productos de empresas de producción socialista, ni uno, por ejemplo no hay leche de ningún tipo de Lácteos los Andes, y los demás productos como la avena, jugos, quesos, margarina etc. sólo se consiguen a veces en supermercados en manos de los escuálidos y en cantidades ínfimas; las ya hechas famosas por el mejor publicista de la Revolución, sardinas “la gaviota”, ni para un remedio, el aceite Diana que sabemos es de soya y por lo tanto muy apetecible, nada qué ver, electrodomésticos, los que siempre vendía el fenecido CADA, sin ningún descuento y que no pasa de ollas, cuchillos, tenedores y cucharas y un montón de peroles de plástico, es decir el cambio solo en el nombre, el slogan, las bolsas y unos avisos enormes y de lujo en las paredes, que señalan los diversos departamentos, y que deben haber costado un realero, de resto nada. Lamentablemente hay que aceptar que es frustrante y ha servido para que el escualidismo aproveche para burlarse de personas como este humilde servidor, cuando en sus fallidas visitas al nuevo Abasto se consigue contrarrevolucionarios en las colas o recorriendo los anaqueles.

¿Sabrá esto Chávez?, seguro que no; ¿el ministro?, quien sabe, lo cierto es que pareciera no hay disposición, o todo es fríamente calculado. Alguien dijo que de repente quien maneja la distribución, por ejemplo de Lácteos Los Andes, aquí en el Táchira, que la hay en el galpón 24 de la Zona Industrial de Puente Real, es escuálido y se presta para crear la sensación generalizada que aquí les vine a contar.

Algo que oí y me dio en la mera, mera como dicen los charros fue que esto es a propósito porque Chávez odia este Estado por ser escuálido,( por ahora), inconcebible para mi, pero lamentablemente una posibilidad para muchos, que lo repiten hasta el cansancio. ¿Será que esto va a cambiar, antes del 26 de Septiembre?. ¿Será que alguien de Aporrea que tenga acceso al Ministro de Alimentación le hace llegar esta inquietud, que va a manera de crítica constructiva? Yo no se lo envío porque tengo la triste experiencia que la opción CONTACTENOS de las páginas Web, de los entes públicos no sirven para nada, o nadie lee, o tienen un escuálido que se encarga de darle clic a “eliminar” con la consabida intención de sabotaje.-

Dios quiera que esto llegue donde tenga que llegar. Tenemos hasta una promesa ofrecida.-

yuviliz40@hotmail.com



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Saúl Molina Z


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