Los asesinos nunca fueron castigados

Conmemoramos 43 años de la muerte de Fabricio Ojeda

Las fuerzas represivas no tenían compasión. La orden que tenían, siempre fue, la de asesinar. No dejar huellas. La alianza A D, Copei y los sectores empresariales aunados con la oligarquía y la burguesía criolla tenían la meta trazada: impedir que el movimiento revolucionario ocupara espacios.

Así, como tantos otros hechos de sangre, lo hicieron con el periodista y guerrillero venezolano Fabricio Ojeda, nacido en Boconó el 6 de febrero de 1929 y asesinado en Caracas, en los calabozos del Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (SIFA) el 21 de junio de 1966. Hace exactamente 43 años. Los culpables de su muerte nunca fueron castigados. Gobernaba el país Raúl Leoni.

Es de recordar que el 19 de junio de 1966 se encontraba en una casa en el Litoral Central para cumplir una misión. Hubo una delación y fue detenido por las fuerzas policiales del régimen. Lo trasladaron a los calabozos del Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (SIFA), en Palacio Blanco, frente al Palacio de Miraflores.

Testigos de su detención y traslado relatan que no había, para ese momento, ninguna señal de abatimiento ni depresión porque el luchador revolucionario asumió su captura con serenidad.

La noticia sobre su muerte en un calabozo del SIFA, la reveló un comunicado del entonces ministro de la Defensa, general Ramón Florencio Gómez, quien presentó el hecho como un suicidio, mientras que en la Comisión de Política Interior de la Cámara de Diputado, del Congreso de la República, se exigió que se llevara a cabo una profunda investigación.
José Vicente Rangel, se hizo presente en la celda, situada en el cuarto piso, y observó el cadáver, tendido casi al nivel del piso con una cuerda de las usadas para persianas al cuello. Exigió que el cuerpo fuera desnudado y se apreciaron moretones en los brazos y tórax, pruebas de que fue objeto de numerosas torturas

Trabajó como periodista en los diarios La Calle, El Heraldo y El Nacional. Fue Presidente de la Junta Patriótica que logró terminar con la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

No obstante, el 20 de enero de 1958, se había producido el pacto de Nueva York, con la asistencia de Maurice Bergbaum, jefe de Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado de los Estados Unidos del Norte de América; Rómulo Betancourt del partido AD; Rafael Caldera, COPEI y Jóvito Villalba de URD y marginaron al PCV. El acuerdo se convalidó el 31 de octubre de 1958 en el llamado Pacto de Punto Fijo.

En 1958 fue elegido diputado por URD al Congreso Nacional. Renunció a su cargo de parlamentario e hizo famosa su carta de renuncia el 30 de junio de 1962 y entre unos de los párrafos sostenía: “Este país que es el más rico de toda la América Latina, muestra ante los ojos angustiados de su gente, un panorama de males y penurias que se ahonda en la existencia misma de grandes contradicciones: mientras unos lo tienen todo, comodidades, lujos, placeres y bonanza; otros nada poseen, ni nada les espera, a no ser la muerte en la más completa pobreza. Mientras unos tienen en bancos y cajas fuertes millones de bolívares, otros carecen de recursos más elementales de la vida humana. Mientras unos pueden mandar a sus hijos a los mejores colegios, otros tienen que resignarse a ver a los suyos crecer en la ignorancia. Mientras unos viven como parásitos, sin trabajar ni producir, otros no encuentran donde colocar su fuerza de trabajo. Mientras unos ven a sus mujeres dar a luz en clínicas lujosas, otros, los más, tienen que conformarse con verlas parir como animales en sus ranchos inmundos”.
Agrega en otra de sus partes: “Por ello cuando hacemos armas contra este gobierno, las hacemos por la restitución constitucionalidad democrática, por la Cámara de Diputados escarnecida y atropellada, por la independencia de los poderes públicos, por la democracia y la justicia. Convoque, pues señor presidente, al suplente respectivo porque yo he salido a cumplir el juramento que hice ante ustedes de defender la Constitución y las leyes del país. Si muero no importa, otros vendrán detrás que recogerán nuestro fusil y nuestra bandera para continuar con dignidad lo que es ideal y saber de nuestro pueblo. ¡Abajo las cadenas! ¡Muera la opresión! ¡Por la Patria y por el Pueblo! ¡Viva la Revolución!”

lucartjesus@yahoo.es


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