Hacia el perfeccionamiento de las bases del Estado comunal

En el presente artículo, los consejos comunales y las comunas son concebidos como las bases del Estado comunal, debido a que la Ley Orgánica de las Comunas establece los sistemas de agregación comunal, a los cuales se hará breve referencia posteriormente. Así, los consejos comunales y las comunas al ser las instancias más cercanas al ciudadano, tienen como uno de sus objetivos, promover su participación e integrarlo en la toma de decisiones de los asuntos principalmente de su comunidad y en la formulación de políticas públicas. Sin embargo, las actuaciones concretas de algunas comunas y consejos comunales en lugar de estimular la participación, lo que han hecho es mitigarla e incluso producir cierta actitud de rechazo desde el ciudadano hacia tales estructuras. Por ello, pienso que los siguientes aspectos contribuirían en cierta medida, a una transformación de tal realidad:


a) Realizar seguimientos de gestión de los proyectos asignados para su ejecución a comunas y consejos comunales. Uno de los factores que causaron la derrota electoral pasada es sin duda alguna la corrupción existente en estos órganos. Para que exista la autogestión está claro que debe impulsarse y perfeccionarse la cogestión en términos de contraloría del Estado hacia la sociedad y de la sociedad hacia el Estado. Debemos admitir que nosotros como pueblo aún no estamos preparados para autogestionarnos.


b) Una falla monumental que fue pasada por alto es que el compendio de leyes del Poder Popular gran cantidad de vacíos legales y sus reglamentos nunca fueron promulgados (a excepción de la Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal que posee un reglamento parcial). Si se hubiesen realizado enmiendas o quizá reformas (que no dejan de ser necesarias) cuando tuvimos mayoría en la Asamblea Nacional, éstas hubiesen permitido la promulgación de sus respectivos reglamentos y a su vez se subsanaban en su mayoría o en su totalidad los vacíos legales. Tampoco se aprovecharon los períodos habilitantes para esto.


c) Revisar el funcionamiento de la Fundación para el Desarrollo y Promoción del Poder Comunal (Fundacomunal) a nivel nacional. O incluso liquidarla y crear otro tipo de organismo que se encargue del registro de consejos comunales, comunas y cooperativas con una visión organizacional distinta a la actual. No tiene sentido alguno que sea una fundación que se ha degenerado la que plante las bases del Estado comunal que se quiere conformar, donde muchos de sus promotores están mal formados tanto como empleados públicos como en el aspecto legal e ideológico. Algunos disponen como quieren de los consejos comunales y comunas; hacen tratos con ciertos grupos de los mismos para arreglar elecciones, y actos administrativos, cometiendo arbitrariedades, etc. Sus áreas no tienen conexión entre sí, Taquilla Única emite un acto administrativo y Fundacomunal otro distinto. Para pruebas de todo lo anterior en este punto, basta revisar sentencias de la Sala Político-Administrativa del TSJ o de Juzgados en lo contencioso-administrativo que demuestran actos administrativos que no pueden denominarse sino de atroces.


d) Revisar las estructuras de las comunas registradas. No se entiende cómo fue instalado un Parlamento Comunal de carácter nacional, cuando en la realidad esta estructura es prácticamente inexistente en algunas comunas, o sus miembros aún no han comprendido las verdaderas atribuciones que les otorga la ley. Sumado a esto, se desconoce el criterio utilizado para seleccionar a los miembros del mencionado Parlamento Comunal de escala nacional. El Estado comunal no se queda en la comuna, plantea la formación de sistemas de agregación comunal, es decir, ciudades comunales, federaciones comunales y confederaciones comunales. Si las bases están mal ¿cómo puede avanzarse? Peor, ¿es en estas estructuras en las que la Revolución se sostiene?


e) Hacer de las comunas un espacio de formación ideológica y de debate de ideas más allá de una instancia donde se reparte el botín del Estado y muchas veces se miente ante los medios de comunicación, e incluso un espacio donde las mafias, el amiguismo, el nepotismo y la corrupción son el pan nuestro de cada día. El Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Movimientos Sociales debe preocuparse por la formación de los comuneros antes que por repartir créditos.


Es alarmante la realidad existente en torno a los consejos comunales, comunas y su ente rector. El comandante Chávez siempre enfatizó la expresión "¡Comuna o nada!" en conjunción con el amplio contenido que encierra la misma. Tal parece que en múltiples casos, dicha expresión ha quedado relegada a una consigna y su significado ha pasado a un segundo plano.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1582 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter