Un balance crítico de Chávez y el proceso

Revolución Bolivariana 1998-2012: un proceso progresivo y sumamente contradictorio

El siguiente es un aporte que hago en el marco del proceso constituyente que se está llevando a cabo a lo interno de Marea Socialista. Proceso democrático en el que se respeta la diversidad de posturas que existen en los distintos debates, y con la orientación de construir un proyecto en favor de los que vivimos únicamente de nuestro sueldo.

 

Basta de Debate panfletario e inerte

 

El desarrollo acelerado de la actual crisis que vive el país, motiva diariamente en el pueblo venezolano  muchos debates de distinta índole (políticos, económicos, sociales, culturales, etc.). Y uno que es intrínseco y transversal en todas las discusiones, sobre todo en el Chavismo, es precisamente el balance de Chávez y su responsabilidad en todo el embrollo en el que nos encontramos los venezolanos de a pie. ¿Es culpa de Chávez? ¿Chávez fue bueno o no? Sin titubear, yo respondería que Chávez no es el responsable directo de la actual crisis y que fue un gobierno y liderazgo progresivo. Con el paso de los días me convenzo más.

 

Ahora la intención del presente artículo es empezar a aportar, desde un punto de vista crítico e irreverente, a una discusión trascendental para el pueblo venezolano que exige desesperadamente una salida a la presente crisis. Es necesario empezar a sacar conclusiones de esa extraordinaria etapa de la historia venezolana, y deliberando de las conquistas y también de las debilidades y desviaciones que se dieron durante muchos años del gobierno de Chávez.

 

Los que de verdad apostamos a un proceso de cambio soberano e independiente,  debemos impulsar un debate serio y transparente que trascienda el panfletarismo vacío, de alabemos al “comandante supremo” de la revolución, línea que es claramente funcional a la desviada y catastrófica política del gobierno. Esos que dicen “comandante Chávez”  y “líder supremo” 50 veces por día, que repiten una y otra vez los discursos oficiales (y que por usar toda la vestimenta del gobierno creen que están emulando a Chávez) son los mimos que cierran los espacios de discusión, que cercenan las voces críticas, que ocultan los discursos críticos e irreverentes de Chávez y que están viviendo muy cómodamente de la “revolución”. Lo anterior, en ningún momento niega la conexión emocional y espiritual de millones de personas con Chávez, en la cual me incluyo.

 

 Hechos trascendentales (1998-2012) [1]

 

Por corto que parezca, el balance de Chávez y el proceso en ese período puede dar para más de un par de libros sobre la revolución bolivariana, por lo que partiré de los que considero los hechos  trascendentales que ocurrieron en ese lapso de tiempo, para empezar a esgrimir planteamientos globales del balance. El mejor análisis surge de los hechos concretos de la realidad, donde podamos tener una visión más amplia de la etapa y no acontecimientos parciales como hechos aislados. Entre los hechos más destacados tenemos:

 

  • 1998-1999: Inicio del gobierno bolivariano (Hugo Chávez (HCH) triunfa en dic. 2008 (56% de los votos)); proceso constituyente y aprobación de nueva constitución en 1999; elecciones de relegitimación de todos los poderes en 1999 y victoria de HCH (con 59% de los votos)

  • 2001: Ley de Tierras, Ley de Pesca y nueva ley de hidrocarburos. Comienzo del enfrentamiento con los grupos económicos

  • Abril 2002: Golpe de estado. Derrota del Golpe de Estado. Unidad cívico-militar

  • Mayo 2002: Nace APORREA

  • Dic. 2002 – Febrero 2003: Resistencia. Derrota del paro patronal en PDVSA. Recuperación de la industria petrolera contra la meritocracia. Despido masivo de gerentes.

  • 2003: Instalación del control cambiario  

  • Referéndum Revocatorio 2004: 1 x 10. Deslinde de la dirigencia, campaña popular autónoma.

  • 2004 – 2005: declaración de la revolución anti-imperialista y socialista de la revolución. Visión bolivariana y de unidad latinoamericana.

  • 2005: Ley RESORTE.

  • 2005: Expropiación de tierras y latifundios

  • 2004-2006: aumento progresivo de las regalías petroleras. Aumento del impuesto sobre la renta a 50% para proyectos petroleros.

  • 2006: victoria aplastante de HCH.

  • 2007: Nacionalización de la CANTV y MOVILNET

  • 2007: Nacionalización de la Faja petrolífera del Orinoco. Fin de la apertura petrolera

  • 2007: No se le renueva la concesión a RCTV, televisora ligada directamente con sectores empresariales.

  • 2007: derrota de la reforma constitucional. Primera expresión popular-electoral contra la corrupción, la burocracia y la ineficiencia.

  • 2007: creación del PSUV. Asambleas masivas. Elecciones democráticas de las direcciones: nacionales, regionales y en las circunscripciones.

  • 2008-2009: Nacionalización de SIDOR y de las empresas básicas.

  • 2009: Evento de intelectuales por la crítica.

  • 2009: elección de los presidentes de las empresas básicas. Con sugerencia por parte de los trabajadores.

  • 2009: Nueva estructura del PSUV. Restructuración vertical de todas las direcciones

  • 2009-2010: crisis económica. Quiebra de más 13 bancos. Nacionalización del Banco de Venezuela. Cierre de las casas de cambio. Pago a todos los ahorristas

  • 2010: nuevos mecanismos de endeudamiento internacional. Cambios en el control cambiario, surgimiento del SITME

  • 2010-2011: constitución e impulso de empresas mixtas para la explotación de la faja petrolífera del Orinoco, con transnacionales como: Chevron, Statoil, Repsol-YPF, etc.

  • 2010-2013: imposición de presidentes de las empresas básicas y progresiva militarización de las mismas.

  • 2011-2012: Nace la Gran misión vivienda Venezuela y nueva ley de inquilinato.

  • 2012: Salida del CIADI

  • 2012: Nueva LOTTT. Inamovilidad Laboral. Menor índice de escasez.

  • 2012: Victoria HCH. Menor porcentaje de diferencia obtenido en una elección presidencial

Hechos generales:

  • 2009 – 2012: cooptación de todos los movimientos sociales (viejos y nuevos)

  • 2005-2012: Aumento sustancial del ingreso petrolero. Aumento de los precios del petróleo

  • 2005-2012: Formación de nuevas empresas importadoras y consultoras pertenecientes a las élites burocráticas del estado. Nueva casta social, boliburguesía.

Ahora, bien es importante aclarar que un balance depende de la perspectiva y la finalidad con que se haga. En cuanto a la perspectiva, necesariamente tiene que ser de clase, en la que un punto de vista central es evaluar si la situación de los trabajadores mejoró o no, acompañado de una revisión de los cambios ocurridos o no en las relaciones económicas y políticas durante esos años. Ahora sería incorrecto hacer un balance de Chávez y el proceso, en blancos y negros, para vanagloriar o crucificar. Una postura de ese tipo no ayuda a sacar las conclusiones necesarias para plantear un nuevo proyecto en el marco de esta nueva etapa post-Chávez. Es necesario entender lo acontecido para poder avanzar. Cambiar lo que hay que cambiar y mantener lo que se deba mantener.

 

2 revoluciones: La Democrático-Constituyente y un nuevo patrón de acumulación

En primer plano, hay una cuestión central y objetiva que permite afirmar que el proceso bolivariano es progresivo: la inmensa mayoría de los venezolanos, que vivimos únicamente de nuestro salario, teníamos una calidad de vida superior a finales de 2012 (último año de gobierno de Chávez) en comparación con el año 1999 o los mejores períodos de bonanza económica de la cuarta república. Este es un dato que se mantiene aun ignorando cuestiones importantes como  que el crecimiento poblacional en Venezuela se ha mantenido lineal. Esto no es menor si se toma en cuenta que un mayor número de habitantes complejiza la situación social y exige un mejoramiento en los servicios.

Reducir el análisis al argumento de que esto ocurrió únicamente por los altos precios del petróleo y/o por medidas populistas, sería en primera instancia una afirmación sumamente superficial. Ciertamente, los precios del petróleo alcanzaron sus picos más altos durante el gobierno de Chávez, y también es cierto que el gobierno de Chávez tomo muchas medidas populistas, o como dicen algunos en sus análisis: “regaló bastante”; pero lo cierto es que estas son escenas del filme y no es la película completa. Estos son rasgos que presentó el ejecutivo durante ese período producto de cuestiones más estructurales. Hay suficientes cifras para desmontar estos argumentos, pero en este caso solo voy a citar algunos ejemplos puntuales referidos a dichas argumentaciones:

 

  1. Asumir, que el gobierno de Chávez es un gobierno socialdemócrata más, que estuvo favorecido por los altos precios del petróleo, es partir de que los precios del petróleo siempre tuvieron un precio elevado, argumento que es completamente falso. El gobierno de Chávez tuvo varias crisis económicas y sociales, como: la crisis bancaria de finales de 2009, con la quiebra de más de 13 bancos y perdidas que rondaron cerca de los 30.000 millones de dólares; una caída estrepitosa de los precios del petróleo en 2008 de 140 dólares a menos de 40 dólares, generando un período de decrecimiento económico para los 3 años siguientes; crecimiento económico negativo en 2010, con un precio del petróleo que promedió en 71,97 dólares el barril, precio bastante alto cabe acotar; o la crisis social producto de las inundaciones en 2011 (un año antes de las elecciones presidenciales), que arrojó más 200.000 familias damnificadas a nivel nacional (más de 800 mil personas). Estos episodios de crisis hubieran hecho temblar a cualquier gobierno tradicional, pero en Venezuela no hubo ninguna movilización masiva en contra del gobierno de Chávez.

  1. Una cosa es la regaladera, que hubo bastante en esos 14 años, y otras son las reivindicaciones sociales y económicas por las que siempre han luchado los trabajadores en Venezuela y el mundo. En lo concreto durante el gobierno de Chávez se alcanzaron conquistas históricas, que se mantuvieron hasta finales de 2012: salario más alto de américa latina, mínima capacidad de ahorro, aumento de la talla en los niños venezolanos producto de una dieta balanceada (98% de los venezolanos llegamos a comer 3 veces al día), inamovilidad laboral, reducción del desempleo a cifras de un dígito.

Todo esto deparaba directamente en una reducción de la pobreza extrema, y por tanto de la desigualdad social, a cifras de un dígito (menores al 8%) y en una reducción de la pobreza general al 21% [2] (en el semestre II de 2012); cifras que no alcanzó ni Carlos Andrés Pérez en su primer período, que fue uno de los gobiernos con mayor bonanza económica durante 40 años de “Puntofijismo” [3]. A esto habría que agregarle que a la llegada de CAP en 1974 los índices de inflación eran menores a 6% y la economía venía presentando un crecimiento sostenido entre el 4-6%, por el aumento de la producción petrolera y por lo estable de los precios del petróleo que fueron tendiendo a la alza; mientras que el gobierno de Chávez recibía un país en quiebra, con un índice de pobreza general superior al 50%, con un nivel de inflación anual que llegó a superar el 100% (en el gobierno anterior), con unos precios del petróleo muy bajos y con una política del Gobierno de Caldera que pretendía privatizar PDVSA.

 

Alcanzar dichas conquistas no es un problema solo de condiciones político-económicas (nacionales e internacionales) dadas para poder llevarlas a cabo, ni tampoco solo dependía de la voluntad de Chávez. Estas no hubiesen sido posibles bajo un gobierno de los que tradicionalmente se han instalado en Venezuela o Suramérica después de la caída de las dictaduras. Además, de que se dieron las condiciones y que Chávez tuvo voluntad, estas conquistas se alcanzaron fundamentalmente porque ocurrieron 2 revoluciones claves entre el 98 y el 2012: a) la revolución democrática-constituyente, y b) un nuevo patrón de acumulación.

 

  1. La Revolución Democrática constituyente

Se inició con la elección constituyente. Un episodio histórico a nivel latinoamericano, ya que por primera vez en un período de varios meses, un pueblo, de manera soberana, discutía y hacía propuestas para la carta magna, para luego someterla al sufragio popular. Este hecho es aún más extraordinario, porque además de que el poder originario definía cual iba a ser el nuevo contrato social que regiría el país, se empezaba a constituir la relación Chávez-pueblo y se abría paso a la consolidación de un nuevo régimen político en Venezuela, que se terminaría de instalar después del referéndum revocatorio de 2004 y el cambio en el patrón de acumulación.

Ni Chávez, y mucho menos la dirección del MVR, nunca fue consecuente hasta el final con la clave constituyente, en delegarle el poder al pueblo para terminar de derrumbar la institucionalidad conservadora (que permaneció en los ministerios, el BCV, las gobernaciones, alcaldías, y demás instituciones del estado) y construir una nueva institucionalidad. Pero a la par de las fuertes luchas sociales desarrolladas entre 2001 y el 2004, se fue consolidando la relación Chávez-pueblo que generó una nueva forma de hacer política en Venezuela. Chávez se convertía en un líder carismático, muchas veces anti-democrático, pero permeable hacia la izquierda por la movilización del pueblo en la calle. La nacionalización de las empresas básicas, la discusión del plan Guayana socialista, la gran misión vivienda, la salida del CIADI, el retroceso en varias ocasiones de medidas regresivas como el aumento del IVA, la ley orgánica de educación, la no renovación de la concesión a RCTV, reflejan algunos de esos momentos en los que por fuerte presión popular, Chávez tomo medidas progresivas y en muchas circunstancias en contra de su propia política y de los intereses de las camarillas burocráticas. Eso le dio una característica democrática al proceso, que fue favorable al pueblo en la lucha de clases. La clave constituyente al no encontrar la salida a través de una nueva institucionalidad, dio paso a una dinámica de movilización en la calle que establecía una nueva relación del pueblo con el gobierno.

Entorno a este punto muchos pretenden afirmar que se logró instalar un sistema verdaderamente democrático, que trascendió el tradicional sistema democrático burgués. Esto es una lectura panfletaria e incorrecta. Lamentablemente, nunca se constituyó una nueva institucionalidad donde el poder popular, los trabajadores, las comunidades y movimientos sociales tomaran decisiones de gobierno. El poder originario, el pueblo venezolano, nunca tuvo instancias de participación para gestionar y elaborar políticas nacionales. Todo siempre quedó en manos de la élite gubernamental, y al final la democracia participativa y protagónica fue más un discurso que un hecho de la realidad. Aunque los consejos comunales y comunas representaban propuestas organizativas innovadoras, al final terminaron siendo (salvo contadas excepciones) organizaciones sumergidas en la lógica del estado.

 

  1. Nuevo patrón de acumulación

Entre 2001 y 2004, se dieron luchas sociales y políticas tan intensas y aceleradas, que después de las victorias del 13 de abril de 2002, la derrota del paro petrolero y el triunfo en el revocatorio, se pudo instalar en Venezuela una nueva forma de distribución de la renta petrolera, lo más codiciado por los empresarios y las élites que han gobernado Venezuela en las últimas décadas.

Con victorias tan contundentes y con un poder de movilización enorme por parte del pueblo bolivariano, Chávez se instalaba como autoridad política indiscutible en el manejo de las divisas que ingresaban producto de la venta del petróleo, desplazando así a las cúpulas que históricamente las habían manejado a su antojo. El control cambiario fue el mecanismo legal implementado. Durante los años siguientes Chávez fue el sujeto que definió cuanto le tocaba a los distintos sectores sociales (pueblo-inversión social-obras, empresarios nacionales y transnacionales, y el sector “boliburgués” naciente).

Se pueden tener muchas críticas a la aplicación de dicho control cambiario. Ahora lo cierto es que este, sumado a un manejo más soberano del recurso petrolero, formó parte de una política de freno a la ofensiva neoliberal que estaba ocurriendo en la región. El proceso bolivariano frenó durante unos años el neoliberalismo, iniciando en Venezuela y extendiéndose, de distintas formas y niveles, a otros países de la región. La salida de Venezuela de la CAN y la derrota del ALCA son ejemplos concretos de esto. El control cambiario, la recuperación del precio del petróleo por iniciativas de la OPEP, el aumento de las regalías y del ISRL a las transnacionales petroleras, la nacionalización progresiva del patrimonio petrolero, acompañado de una extensa movilización del pueblo, fue lo que permitió detener el ascenso neoliberal e impulsar una altísima inversión social en búsqueda de saldar una deuda de más de 40 años. Dichas medidas permitieron mejorar enormemente la calidad de vida del pueblo venezolano, y obtener las conquistas sociales explicadas anteriormente.

Sin embargo, al igual que con la clave constituyente, Chávez no fue consecuente en toda la línea con esa política de control de las divisas y del recurso petrolero, lo que deparó en una serie de vicios y reacomodos del capital que en años posteriores empezaron a mostrar un deterioro de las conquistas

 

2 problemas: la burocracia y la lógica del capital

 

“Lo que no avanza retrocede” es una de esas frases históricas que por lo general nunca fallan, y más aún si nos referimos a revoluciones sociales. El hecho de que Chávez no haya sido radicalmente consecuente con las claves de esas dos revoluciones que el mismo direccionó, ocasionaron una degeneración social-político-económica del capitalismo en Venezuela, generando problemas graves en el proceso, que él mismo reconoce en el famoso “golpe de timón”. Problemas que se aceleraron y agravaron después de su fallecimiento.

 

Por más progresivo que haya sido la aplicación del control de cambios, al no ser acompañado de otras medidas macro económicas (en ese período), como: la nacionalización de la banca y el crédito, la administración completa de las importaciones por parte del estado, el NO otorgamiento de divisas (producto de la renta petrolera) a los empresarios privados nacionales y transnacionales, y la inversión en un nuevo aparato productivo bajo estricto control social; degeneraron en la formación de una nueva casta social que acumuló de manera acelerada parte importante de la renta petrolera. Al pasar los años, hubo un desmontaje progresivo del control cambiario aprobado en febrero de 2003, a través de modificaciones en nuevos convenios cambiarios. Hubo una flexibilización del control establecido inicialmente [4], lo que facilitó un manejo más fácil, “legal” y mafioso de las divisas, por parte de la llamada “boliburguesía”. Este sector empezó tanto a relacionarse económicamente con sectores empresariales y financieros tradicionales a través de contratos con el estado, así como a formar un nuevo empresariado nacional, tan parasito como el que ya existía anteriormente. De esta manera, la burocracia se constituía como la “otra cara del capital” que encontró una nueva forma de acumular.

 

La falta de coherencia anti-capitalista por parte del ejecutivo, motivó a que el empresariado privado también moviera sus fichas para obtener su tajada, y así como la burocracia, la cara tradicional del capital también aprovechó para acumular grandes sumas de dinero. Por citar una cifra, nada más por CADIVI las 100 primeras empresas (entre las cuales se encuentran POLAR y transnacionales automotrices) recibieron más 180.000 millones de dólares en 9 años [5], cifras que se asimilaban mucho a las arrojadas por el BCV de capital privado en el extranjero, para el 2012. En todo este entramado mafioso, es trascendental el papel que han cumplido los bancos. Durante esos años, en complicidad con instituciones del estado (ministerio de finanzas, BCV),  la banca pública y privada manejó y desfalcó enormes sumas de dinero, que también contribuyeron al enriquecimiento de los sectores burocráticos y empresariales. Todo esto mediante mecanismos de venta de deuda soberana, bonos de PDVSA y las famosas notas estructuradas. De un momento a otro, se presenció el ascenso asqueroso de banqueros como Escotet, que paso de manejar un pequeño banco en Venezuela en la época de los noventa, a tener uno de los bancos privados que maneja más recursos en Venezuela y ganarle subastas de Bancos en España al grupo BBVA.

 

Este dato objetivo de la realidad se empezó a observar en casos de ineficiencia, corrupción y progresiva burocratización, que al no desmantelarla se fue haciendo cada vez más evidente. Ya el pueblo bolivariano olfateaba esta podredumbre y empezaba a manifestar su desagrado desde 2005, a través de opiniones públicas, emplazamientos al mismo presidente en actos televisados, e incluso en la masiva abstención que hubo en la elecciones de la reforma constitucional de 2007. Para no votar contra Chávez, millones de personas se abstuvieron para manifestarse en contra de la ineficiencia y la corrupción.

 

La burocracia, que estaba generando un estilo de vida muy acomodado y llena de ostentosos privilegios, fue un obstáculo terrible para derrumbar los cimientos del estado burgués, paternalista y rentista. He aquí donde repercute el hecho de que Chávez como dirección política no haya impulsado y delegado el poder para lograr esta tarea histórica. Con la confianza depositada en Chávez de que esto ocurriría en algún momento y el fortalecimiento de la burocracia desde el estado, la tarea de construir una nueva institucionalidad democrática, participativa, vinculante y con capacidad real de gobierno era prácticamente imposible.

 

Todos los intentos de movilizaciones y organizaciones autónomas, miles de proyectos entregados en las instituciones, y las demandas y exigencias de dirigentes populares eran aplastados por la burocracia, y en buena medida por el mismo Chávez. Dicha situación empeoró con el surgimiento del PSUV, que pasó de ser un gran proyecto a ser una plataforma clientelar y vertical, que cercenaba cualquier indicio de democracia y participación.

 

Lo positivo y lo negativo

 

Las claves de ambas revoluciones siempre estuvieron en disputa. Tuvieron sus momentos de ascenso con mayor participación, indicios democráticos y mayor renta para el pueblo, y otros momentos de retroceso con vicios burocráticos, anti-democráticos y un manejo de la renta sumergida en la lógica del capital (a través de proyectos fracasados como el de la economía mixta). Esos momentos de ascenso y estancamiento pueden resaltar aspectos positivos y negativos del proceso, que me voy a atrever a sintetizar:

 

Aspecto político

Positivo

Negativo

  • Protagonismo popular en los momentos determinantes. Movilizaciones

  • Afianzamiento de la organización popular: comités, consejos comunales, sindicatos

  • Derrota (momentánea) del ALCA. Impulso de los movimientos sociales latinoamericanos en defensa de la soberanía.

  • Expansión de radios comunitarias y medios de comunicación alternativa y popular.

  • Movimiento por el control obrero. Discusión del plan Guayana socialista.

  • Instalación progresiva del debate crítico. Al pasar de los años la crítica se acentúa más en el pueblo. Muestra de un grado importante de politización.

  • Instalación de la clave constituyente como parte fundamental del proceso

  • Relación Chávez-pueblo como pilar del proceso y el desarrollo de un nuevo régimen político.

  • Avances  en la Reivindicación del derecho a la información en puntos centrales como: el manejo de la industria petrolera.

  • Centralización del poder en camarillas del estado burgués.

  • Dirección anti-democrática del proceso.

  • Poder de los militares en áreas económicas estratégicas. Exclusión y represión de las dirigencias de trabajadores revolucionarias.

  • PSUV como plataforma política y clientelar. Partido vertical.

  • Burocratización de los movimientos populares, sindicales, estudiantiles y campesinos.

  • Criminalización de las luchas por parte de las cúpulas del gobierno

  • Ausencia de una herramienta revolucionaria de organización del pueblo y la falta de una dirección colectiva del proceso. Estas dos últimas como responsabilidades directas de Chávez

 

Aspecto Económico

Positivo

Negativo

  • Cambio en el patrón de acumulación de la renta. Chávez nuevo actor determinante en la distribución de la renta

  • Salario mínimo más alto de Latinoamérica. Mínima capacidad de ahorro. Dieta más equilibrada (durante un período el 98% de la población comía tres veces al día)

  • Lucha progresiva contra la apertura petrolera. Mayor cobro de impuestos a las transnacionales.

  • Política anti-neoliberal. Se detuvo el proceso de privatización de PDVSA. Impulso de una política en defensa de los precios del petróleo en la OPEP.

  • Nacionalización de los principales recursos naturales, entre ellas la faja petrolífera del Orinoco (mayor reserva de petróleo a nivel mundial). Acompañada con movilización.

  • Mayoría accionaria del estado en los negocios petroleros con las transnacionales.

  • Manejo más soberano e independiente del recurso petrolero, en comparación con los gobiernos de AD-COPEI. Cambio de la estructura de PDVSA. Derrota de la meritocracia

  • Instalación del debate sobre el rentismo petrolero.

  • Asentamiento de la economía rentista. Reducción extraordinaria de las exportaciones e incremento extraordinario de las importaciones. Desmantelamiento de la ínfima producción que existía.

  • Quiebra de la mayor parte de las empresas estadales. Predominio de la lógica rentista de no desarrollar el aparato productivo en los países “sub-desarrollados”. Predominio de los negocios.

  • Fuga de capitales, indiscriminada. Más de 260.000 millones de dólares entre 1998-2012.

  • Surgimiento de una nueva casta social acomodada en el estado, a partir de un enriquecimiento acelerado por el manejo de la renta petrolera. Nuevos empresarios

  • Fortalecimiento del estado rentista y aumento de la dependencia parasitaria de sectores de la burguesía y la boliburguesía.

  • Enriquecimiento exorbitante de los principales sectores bancarios y financieros del país.

  • Predominio de la lógica del mercado y el capital en el manejo del petróleo, por ejemplo: se mantuvieron los contratos de servicio.

  • Aunque se detuvo el auge extractivista en Venezuela, en comparación con la ofensiva desarrollada por las transnacionales en otros países de Suramérica, nunca se desarrollaron dinámicas verdaderamente ecosocialistas. Ejemplos, de estos son: la explotación del Carbón en la Sierra de Perijá, que desarrollo un conflicto enorme con etnias indígenas; la explotación del oro; y la explotación de pozos en la faja petrolífera.

 

Un proceso progresivo y sumamente contradictorio.

 

Esta disputa, presente a lo largo del período, permite ver lo progresivo y regresivo del proceso. Sin embargo, el hecho de que la dirección afirmara que todo lo que se hiciera en Venezuela era “hecho en socialismo”, partiendo del falso axioma de que  “es posible el socialismo en un solo país”, hacía más endebles las conquistas materiales obtenidas y se instalaban progresivamente los vicios con una cierta solidez y estabilidad en el tiempo. Otra vez la máxima de “lo que no avanza retrocede”.

 

Hasta ahora la cronología y los distintos aspectos abordados son referidos al proceso bolivariano y a Chávez como dirección política de este. Hablar del proceso es completamente distinto a hablar del gobierno (sujetos que dirigen el ejecutivo y su manera de gestionar), estado (instituciones y a los intereses que responde) o del régimen político (que se refiere al funcionamiento y relaciones de las instituciones del estado y los principales actores sociales del país). Si se evalúa el gobierno, estado o régimen, en esos 14 años, aunque los diagnósticos serían distintos para cada uno, en rasgos generales todos presentarían balances negativos o regresivos. El más interesante de todos sería el caso del régimen, que tuvo una transformación importante y progresiva en los primeros años, pero que se estancó por la falta de profundización de políticas revolucionarias.

 

Cuando hablamos de proceso nos referimos a la disposición de cambio  que se instaló en gran parte del pueblo venezolano luego de la explosión social del 89’, que terminó llevando a Chávez al poder. Nos referimos a la necesidad de romper con el régimen bipartidista y su política de entrega al FMI y el Banco Mundial. Nos referimos a la disposición de lucha por un proyecto emancipador y del rescate de la soberanía. Nos referimos a un sentimiento de unidad latinoamericana entre los pueblos. Nos referimos a la defensa de los recursos naturales y del respeto a la naturaleza. Nos referimos a la visibilización de los tradicionalmente excluidos en la sociedad.  Nos referimos a la relación Chávez-Pueblo llena de disputa y álgidas contradicciones. Nos referimos a las jornadas heroicas del pueblo venezolano como el 13 de abril de 2002, la derrota del paro petrolero, las victorias electorales aplastantes como las del referéndum revocatorio y demás jornadas que pasaron muchas veces por encima del mismo liderazgo y la política de Chávez. Por ello es que un balance del proceso es distinto a llevar a cabo un balance del gobierno, estado o del régimen.

 

Reitero que el balance, no es ni para vanagloriar o crucificar. No se trata de sobreponer lo negativo sobre lo positivo o viceversa. La lógica del “mal menor” es terrible si se quiere avanzar en la construcción de proyectos verdaderamente emancipadores, además que muestra debilidades. Se trata entender lo que pasó para encontrar las salidas. Ignorar que con Chávez las cosas cambiaron, y que con su fallecimiento todo empezó a cambiar nuevamente, es chocar contra un muro impenetrable. Creer que fue un episodio más, es llevarnos a conclusiones erróneas y por lo tanto a orientaciones equivocadas.

 

Con el proceso bolivariano se demostró en lo concreto que al tomar medidas anti-capitalistas se pueden lograr objetivos viables y mejorar la situación de vida de los trabajadores, el mejoramiento en la calidad de vida que se tuvo durante varios años lo comprueba. A pesar, de las diferentes crisis que se afrontaron (para nada despreciables), de la ineficiencia y la burocratización del gobierno, la calidad de vida del venezolano aumentaba y/o se mantenía. Durante los 14 años de ese período se formó una vanguardia muy valiosa de millones de personas, que hicieron una experiencia nunca antes vista en Venezuela. No se está comenzando de cero. Hay un capital político acumulado, que incluso se expresó en las elecciones del 6 de diciembre de 2015 a través de la abstención, votos nulos (más de 1 millón 200 mil votos) o el famoso voto castigo. Por ello es progresivo y sumamente contradictorio.

 

Hoy el pueblo de a pie, al que se le deteriora el salario a diario, ese que está sufriendo una de las peores crisis que ha padecido Venezuela por lo menos desde 1960, tiene más herramientas políticas para enfrentar las adversidades en comparación con otros momentos históricos. Viene de derrotas e importantes victorias. Es un pueblo cada vez más crítico y politizado.

 

Por eso, aunque el proceso presentó muchos vicios, que se afloraron aún más a partir del 2013, aunque el actual gobierno (de Nicolás Maduro) cada día tome un rumbo más anti-democrático, capitalista y de entrega, aunque se quiera hacer ver desde las cúpulas PSUV-MUD de que todo esto es “culpa de Chávez”, y aunque desde el PSUV se insista que todo el gobierno son los hijos de Chávez y son los fieles defensores de su legado, no podemos despreciar el proceso bolivariano. Una cosa es el gobierno y otra cosa es el proceso. Una cosa son los dirigentes y otra cosa son las bases.

 

Existe la oportunidad real y viable de construir una alternativa política para enfrentar la crisis. Una alternativa amplia, democrática, participativa, anti-capitalista y anti-burocrática. Una alternativa con propuestas concretas para enfrentar la crisis y con un proyecto de país democrático, de independencia y soberanía, diferente al de las cúpulas. Más adelante esa alternativa puede que agrupe nuevos sectores del pueblo con más propuestas, pero lo que sí es seguro es que esta surgirá desde los cimientos del “chavismo honesto”, del “chavismo sin gobierno”, del “chavismo crítico”. Allí hay grandes sectores de profesionales, trabajadores, campesinos, intelectuales y dirigentes comunitarios, que a pesar del atropello de la burocracia, persistieron durante años con propuestas para atacar los errores y los vicios. Son personas que saben que debe y que no debe hacer un gobierno, personas que se retiraron de cargos en el estado o que nunca los aceptaron porque les daba asco la corrupción y el clientelismo. Personas que seguramente gobernarían mucho mejor que Maduro y la cúpula del PSUV.

Por eso, es que desde un balance irreverente aquellos sectores críticos como Marea Socialista, deben asumir el reto de construir esa nueva alternativa, que necesariamente tiene que ser amplia y diversa. Trascender el panfletarismo de los partidos del Polo, buscar agrupar los cuadros de mayor calidad y tomar con seriedad una propuesta de gobierno. El pueblo hoy la exige.  

Referencias:

 

[1] La siguiente cronología es producto de un aporte de un compañero de marea socialista a partir del debate que se está llevando a cabo.

[2] Cifras oficiales del INE. “Pobreza por línea de ingreso, 1er semestre 1997 - 2do semestre 2013

[3] Los niveles generales de pobreza entre 1975-1980, alcanzaron niveles que rondaron entre 26%-23%. Como se puede corroborar en distintos trabajos como: Riutort, Matías y Orlando, María B. 2001. “Las cifras de pobreza en Venezuela”. IIES. UCAB. Caracas; “La Evolución de la pobreza en Venezuela”. José Ignacio Silva, Colecciones del BCV, Junio 1998; Capdevielle, Edgard, “Bienestar para el Pueblo”, Ed. Panapo, Caracas, 1993, p. 53.

Todas son investigaciones que usan distintos parámetros para medir la pobreza.

[4] Un caso puntual es el artículo 6 del Convenio Cambiario N°9, aprobado el 15 de septiembre de 2005. En dicho artículo se derogaban los artículos 12, 13, 14, 15, 30 y 31 del Convenio Cambiario N°1 (aprobado el 5 de febrero de 2003) que regulaban estrictamente las divisas que generaba PDVSA. En el artículo 2 del convenio N°9 se flexibilizaba y permitía el manejo de divisas por parte de PDVSA y sus empresas filiales en el exterior, previa aprobación del BCV, fondos que podían ser administrados libremente por sus titulares.  

[5]Dolares de maletín, empresas extranjeras y modelo económico socialista: un análisis inédito que le sorprenderá”. Luis Enrique Gavazut, Marzo 2014.



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Cesar Romero (Juventud Marea Socialista)

Organización política venezolana de izquierda, de orientación marxista-leninista-trotskysta, con ancestros partidarios desde los años 70 del Siglo XX. Procede de una corriente crítica, fundamentalmente obrera, que participó en el PSUV en los tiempos de Hugo Chávez y se desprendió en 2014 en ruptura franca con el gobierno de Nicolás Maduro. También se enfrenta a la derecha opositora y al autoproclamado "presidente" Guaidó. Se articula internacionalmente con la Liga Internacional Socialista (LIS-ISL IV Internacional). Una de sus principales consignas distintivas es: "¡Ni burocracia, ni capital!" Su Web es: www.mareasocialista.org

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