Una mirada Introspectiva, sobre la participación y organización comunitaria en Venezuela…

Conceptualizar el término participación, según mi perspectiva epistémica es sencillamente vincularla con la iniciativa de manera consciente de involucrarse en un espacio compartido, tal ilustración viene a mi imaginación porque he intercambiado opiniones, experiencias y conceptos con algunas personas, que definen la participación desde su propio interés académico. Reflexiono, sobre tal aseveración sustentada en elementos estadísticos y biográficos que sirven de soporte para afirmar que en Venezuela la gente comienza a participar conscientemente a partir de diciembre del 1998.

La posición que asumo para muchos, que puedan leer esta investigación la consideren temeraria o sesgada, pero si hurgamos en la historia por primera vez se produce un hecho que comienza a dibujar la participación, según datos del (CNE 1998) el Registro Electoral Permanente (REP) duplica en un quinquenio la inscripción electoral de (5.829.000) electores a (11.013.000), aunque solo sufragara un 63,45%, se produce una campanada para la participación auténtica en otras palabras, el involucramiento de los individuos en hechos transcendentales plasmados en el precepto Constitucional que establece que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público. (Artículo 4 CRBV)

Esta reflexión recorre mi intelecto, conduciéndome a percibir que moderadamente, el ciudadano con el trascurrir del tiempo ha venido adquiriendo mayor nivel de conciencia involucrándose en las decisiones independientemente de sus creencias políticas, tal es el caso la participación en los distintos eventos como asamblea constituyente de (1.999) referéndum para aprobar la nueva Constitución entre otros. Indudablemente, esa participación política ha venido de la mano de la participación social en asuntos de la comunidad donde se requiere una toma de decisiones, previa organización de la colectividad en diversas instancias de participación, gracias a un nuevo estamento Jurídico que permite el nacimiento de una variedad de organizaciones de base comunitaria.

Innegablemente, que los hechos mencionados coloca a Venezuela como referencia obligada en Nuestra América, porque ha experimentado a comienzo del siglo XXI, lo que podría llamarse un fenómeno político-social denominado participación. Más allá, de una consigna ha sido la espada ideológica que transita los países con gobiernos progresistas. Tal como diría Camila Moreno en su letra (Alerta) “Alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina”… La espada de la integración ha motivado a países como Ecuador, Bolivia, Argentina, Uruguay, Nicaragua, Colombia entre otros, a adecuar las leyes de sus países para avanzar en esta realidad que va más allá de un concepto.

La concepción de participación ha sido interpretado por diferentes teóricos, por lo que me he permitido revisar diversas posiciones teoricas con la intención contrastar a fin de profundizar en la temática al respecto; Sánchez, (2000) en su trabajo de grado continuación de la participación donde cita a de Stringer (1972) éste interpreta tres versiones conocidas sobre la participación con base en la teoría de los constructos personales citando a Kelly: “tener parte de” algo que pertenece a un grupo, “tomar parte en” algo con otros y “ser parte de” algo. Es decir, involucrarse en lo esencial de esto, con lo cual se tiene y se toma parte” (P.2)

Armonizo con la opinión del autor, con respecto a la definición amplia que le asigna al término en función de la real contribución al desarrollo social. Ahora bien, llama poderosamente la atención que a pesar de estos argumentos, no se termina de consolidar la participación de poder popular que aun presenta debilidades tales como; desorganización, desintegración social, baja participación en la toma de decisiones, solapamiento de funciones entre otros. Analizando esta posición, es impostergable, agudizar este conflicto pasando la sociedad por un proceso de desorganización endógena para fortalecerse, desaprendiendo para aprender, creando una especie de antídotos que permitirán detonar el orden social compuesto por estos aspectos negativos como; falta de solidaridad, clientelismo, deslealtad corrupción entre otros, conocidos en la sociedad como anti valores, con el propósito que irrumpa una nueva colectividad reforzada con valores éticos y morales, respetuosos de las normas e instituciones, en otras palabras; construir el nuevo republicano que establece la maqueta filosófica, doctrinaria plasmada en nuestra Constitución Bolivariana.

 

albertomendoza62@hotmail.com

 



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