El sitiar a la democracia desde la derecha golpista revela un ataque contra la constitución en su doble condición: En tanto ley fundamental de la nación y en su condición de proyecto colectivo que gesta y es gestado dialécticamente por un nuevo sujeto político en Venezuela. Pero, ¿Cuál es la tarea de ese nuevo sujeto político de cara a la democracia que se practica actualmente en Venezuela?
El nuevo sujeto político fue invitado por Chávez, líder histórico de la gesta de un nuevo sujeto político en la cosmovisión postneoliberal mundial, a sitiar de forma continua y permanente la democracia institucionalizada en el Estado Venezolano. En este sentido, el sitio que se gesta desde quienes aceptan la invitación a constituir un nuevo sujeto político es acorralar a la democracia burguesa y darle paso a un ejercicio democrático que supere la condición representativa, electoral y autolimitada de la denominada democracia liberal. Se trata de gestar una democracia de comunes. Pero, ¿Cuál es el concepto de comunes que se encuentra en el proyecto?
La noción de comunes está referida a una práctica cotidiana de la política sembrada sobre la noción de inclusión, la solidaridad, la justicia y su desempeño en un marco local que permita el protagonismo de todos los involucrados. Es decir, una democracia de lo común, por lo común y para lo común. La noción de rescate de lo público es, sin lugar a dudas, el primer paso para consolidar una estructura territorial de la comuna a partir de la capacidad de pensarse en comunidad desde el propio territorio o del espacio físico que se ocupa en cuanto sujeto humano y que se compromete a ser productivo, políticamente plural manteniendo como centro el cultivo de lo público y el bienestar colectivo. Pero lo común es mucho más, implica una comunidad que se plantea un bienestar en una sociedad post-materialista que recrea no sólo lo virtual sino los patrimonios intangibles sobre los cuales se construyen distintas identidades políticas y se abren los canales de poder político para entender que la principal causa de deterioro social y material es un modelo civilizatorio progresista que es excluyente e insostenible.
Desde esta democracia concebida desde lo comunal sin quedarse en lo local, se deberá sitiar a una democracia mínima que sostiene a un aparato del estado gigantesco pero ineficiente. Un dispositivo de gobierno que no reconoce a los nuevos mecanismos democráticos ni a los nuevos sujetos políticos. No se trata tan sólo del número de individuos que disfrutan de derechos, sino del cambio cualitativo necesario para una nueva organización del estado y su administración porque hay cualitativamente un ciudadano distinto en gestación. Este es el reto que comporta la construcción de una nueva democracia mientras se sitia a la democracia representativa y de élites.
El nuevo sujeto histórico es, en esa misma medida, un nuevo objeto histórico. Producto dialéctico de las circunstancias de una sociedad rentista con aspiraciones de modernidad en tiempos de incertidumbre global demanda la conjugación de los diversos tiempos históricos que nos habitan a los venezolanos. Se trata de gestar un modo de relación social que supere el poder de las corporaciones no en términos de competencia entre pares, sino por el rescate de lo pequeño no sólo por hermoso sino por la sencilla razón de que es la escala en que la humanidad es posible.
A Tiempo: Una revisión crítica de las políticas económicas y sociales desarrolladas en los últimos años en Venezuela deberían revelar que no ha sido precisamente el cultivo de lo público y colectivo sobre lo privado lo que ha sido prioritario en la concepción de esas políticas. La concepción rentista como criterio para la distribución del poder económico es un contratiempo histórico para una sociedad que buscar repartir socialmente sus riquezas y sus deberes. La renta nos enajena de ambas tareas.
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