Sectores académicos, políticos, religiosos, militares y sociales fijan posición

SOS Venezuela invadida, sitiada, amputada y saqueada por la geopolítica colombiana

Venezuela, en estos últimos años ha sufrido la inmigración masiva de ciudadanos colombianos. La situación de pobreza extrema, la violencia generada por el  Estado terrorista neogranadino, entre otros factores, conllevan al desplazamiento de sus conciudadanos hacia la tierra que vio nacer a Bolívar, con planes y fines expansionistas. La ausencia de control migratorio, la corrupción en nuestras fronteras, la falta de ética y patriotismo en un sector de las Fuerzas Armadas, la debilidad de las instituciones, la posición pro-colombiana de algunos de nuestros dirigentes y una sociedad indolente y extremadamente abierta, ponen en riesgo nuestra seguridad y defensa. Todas estas variables facilitan una inmigración masiva la cual trae consigo un conjunto de problemas que trasladan a la sociedad venezolana: delincuencia, secuestro express, transculturización, escuadrones de la muerte, estafas, narcotráfico, sicariato, contrabando, pobreza, buhonerismo, prostitución, marginalidad, fuga de divisas, invasiones, colapso de los servicios públicos, colapso de hospitales, irrespeto a las normas de convivencia, entre otros. Un gran número de ellos vinculados de forma directa o indirecta con organizaciones paramilitares. Por fortuna existe un sector de ellos, que  vienen a trabajar y a aportar al desarrollo del país.

Juan Carlos Tanus  colombiano residente en Venezuela, en una entrevista publicada por el periódico digital Aporrea el 2 de noviembre de 2009  señaló que sus connacionales se venían a nuestro país en grupos familiares “las razones de movilidad ya no están única y exclusivamente en una sola persona o en un miembro de familia, sino en las familias completas. Se están viniendo familias enteras".

Cómo se puede apreciar la migración desde el vecino país ya no es la que se experimentaba en las décadas de 1960, 1970, 1980 y 1990, cuando ingresaban de a una persona por grupo familiar. Esta  invasión desproporcionada ha sido motivo de análisis y de críticas de diversos sectores de la sociedad venezolana, militares, historiadores, periodistas, sociólogos, sacerdotes, políticos, intelectuales, entre otros,  los cuales han cuestionado la fragilidad del gobierno bolivariano ante la avasallante invasión colombiana.

I-. Venezuela invadida por la geopolítica colombiana

Según el sacerdote de Petare Bruno Renaud, la hospitalidad del venezolano común con respecto a la inmigración colombiana en Venezuela es admirable, tomando en cuenta que dicha inmigración es  intencionada y elevada, es decir, por cada seis venezolanos hay  un colombiano, lo cual representa el 17% de la población total del país. Dejemos que sea él quien hable: “…Los sociólogos han notado que cuando en un país determinado, la ola de inmigrantes alcanza el 7 por ciento de la población receptora, ésta tiene la impresión desagradable de una “invasión”. Cuando la cifra de inmigrantes sube por encima de esa cantidad, se multiplican los reflejos de hostilidad o xenofobia. Valga esta consideración para hablar de cifras en Venezuela. En torno al año 2011, la cantidad de colombianos en nuestro país representaba algo así como 4 millones  y medio de personas, sin incluir la cantidad, difícil de evaluar, de los que escapan a cualquier estadística (…) 5 millones frente a 30 millones de venezolanos significa más o menos un ¡ 17  por ciento! Es decir, un colombiano por cada seis venezolanos. Es admirable la hospitalidad del venezolano común”  (Renaud, B; 23/11/2012, Ultimas Noticias).

Destaca a su vez que “la cantidad de inmigrantes representa un cúmulo de problemas institucionales y personales. Tal situación se hace más sensible, en todo el estado Miranda. En Petare, es bueno reconocerlo con franqueza: son numerosos los venezolanos que se siente desbordados por lo que aparece como desfachatez, irrespeto a las costumbres locales, incultura (¡ruido! ¡basura!) y más aún violencia, de parte del colombiano recién integrado”  (Idem, Renaud, B).

 

En esta misma línea de análisis, el sociólogo Fidel Cedeño afirma que  “lo grave de esta situación es que no se circunscribe sólo al estado Miranda sino es una realidad en todo el territorio nacional y de no ponerle freno, en pocos años estaremos como los palestinos, extranjeros en nuestra propia tierra. Los colombianos invaden terrenos en Caracas, Vargas, Miranda, Lara, Zulia, Táchira, Amazonas, etc. Igualmente realizan tomas de edificios públicos y privados. Todo ello con la mirada complaciente de  autoridades y ciudadanía”.

 

En paralelo el destacado historiador Carlos Edsel González sostiene que en Venezuela conviven con nosotros cerca de 9 millones de colombianos los cuales según él en su mayoría son uribistas y responden al plan invasor de la oligarquía colombiana. Afirma que muchos de ellos de forma inexplicable han sido beneficiados por los programas sociales impulsados por el Gobierno Nacional. (Entrevista UBV).

 

Asienta el historiador que “durante la celebración del Mundial de Futbol Brasil 2014, grandes ríos humanos de colombianos desbordaban las principales ciudades del país. La invasión al territorio venezolano es una realidad que debe llamarnos a la reflexión y a la acción. Debemos parar la inmigración y deportar a todos los indocumentados que traen una carga social y un sinnúmero de problemas a la sociedad venezolana”.

 

II-. Venezuela sitiada por la geopolítica colombiana

 

Por su parte, el periodista Miguel Salazar, en su edición N° 485, del periódico “Las Verdades de Miguel” cuestiona en su artículo “La Invasión Colombiana” a la sociedad venezolana y al presidente Hugo Chávez por permitir que los programas sociales beneficiaran a colombianos, en desmedro de muchos  venezolanos. Afirma que “sólo con nuestra indolencia ha sido posible que ellos hayan infiltrado nuestra cotidianidad. Hasta Chávez es responsable de esa invasión, porque él, en su empeño de emular a Bolívar retomando circunstancias históricas que no volverían, les dejó el camino libre para que se sintieran como connacionales, beneficiándolos con los programas sociales. De tal manera que hemos asumido un problema que no es nuestro”. (Salazar, M; 2014. P.24)

 

En ese mismo artículo escribe que “Bogotá ha presionado a sus guerrillas, sus narcotraficantes, sus paramilitares, sus desplazados para que tomen a Venezuela como su retaguardia. Hoy nuestras ciudades están a merced de sus buhoneros, “pimpineros”, “bachaqueros”, contrabandistas y ruleteros. En ese plan perverso están apoyados  por las principales plantas de la televisión privada; ellas se encargan de envenenarnos con la subcultura del narco y sus carteles (…) El manejo y uso de los principales servicios públicos (salud, educación y vialidad) están en sus manos. También dominan el sistema penitenciario, desde donde salen las pautas que sustentan las fechorías que nos hace el país de la inseguridad. Nuestras periferias son barricadas extranjeras. Hay barrios donde imperan sus propios códigos, ondea su bandera y no está permitido el paso de los venezolanos. Igual disponen de “ciudades prohibidas” organizadas y conformadas en pensiones y tugurios diseminados en las principales urbes del país” (Salazar, M, Idem).

 

A su vez el intelectual Luis Brito García, sostiene en su columna “Pare de Sufrir” del diario Últimas Noticias que “los paramilitares  se apoderan del país que les abre sus puertas” Cita la página colombiana El Tiempo.com del 2 de julio de 2005, la cual demuestra que los paracos lavan sus capitales en los países vecinos mediante “ contrabando de gasolina, arroz, electrodomésticos transporte público (colectivos y mototaxis), juegos de azar (chance y casinos) confecciones, construcción y prostitución” (Brito, G, Últimas Noticias, 29-04-2007, p. 70).

 

De igual manera el capitán del ejército y ex gobernador del Estado Apure,  Aguilarte Gámez en el año 2007, solicitó un derecho de palabra en la Asamblea Nacional para denunciar lo sitiado en que se encontraba su entidad dada la penetración paramilitar en distintas instituciones. Al respecto señalaba “que la entidad vive una invasión si se quiere silenciosa, los paramilitares afectos al gobierno colombiano tienen planteado el control de la zona sembrando terror, muerte, secuestros, vacunas, abigeato, llegando al extremo de que cobran porcentajes por el ingreso de ciudadanos”. Añadía que “los paramilitares son los que tienen los recursos, manejan narcotráfico, tienen el apoyo del gobierno colombiano compran fincas, propiedades, se meten en empresas y así van tomando espacios como lo han hecho en Zulia, Táchira, Barinas, Mérida y lo hacen en Apure”. Cómo se puede apreciar Venezuela se encuentra sitiada por una población que en su mayoría sirve a los intereses de paramilitares, contrabandistas y narcotraficantes, en desmedro de los intereses nacionales. Es por ello que debemos estar vigilantes e impedir nuevos asentamientos de ilegales.

 

III-. Venezuela amputada por la geopolítica colombiana

Venezuela después de México es el país que más territorio ha perdido en América Latina, territorio que ha sido arrebatado por Colombia debido a la irresponsabilidad de nuestros gobernantes, los cuales han asumido posiciones pro-colombianas. Eleazar López Contreras, Carlos Andrés Pérez, entre otros, favorecieron al país neogranadino. ¿Me pregunto: dónde nacieron esos señores…?  El 5 de abril de 1941 López Contreras cedía a Colombia más de 108.000 km2, en ese entonces era presidente de ese país, el abuelo del actual mandatario de la vecina República, Juan Manuel Santos. La oligarquía colombiana

siempre ha apetecido nuestras riquezas.

 

Por su parte, Carlos Andrés Pérez entregó a Colombia las Minas del Cerrajón, ubicadas en los Montes de Oca, Estado Zulia, pese a que  Dr. Pablo Ojer, entre otros asesores  de la Cancillería Venezolana, le recomendaran no hacerlo. A partir de ese momento el destacado asesor a petición de Colombia fue destituido. Además Pérez entregó a Colombia 2.000.000 millones de Dólares en calidad de préstamo. Por si fuera poco, le concede permiso para que saquen el carbón por el Lago de Maracaibo, con salida al Golfo de Venezuela y de allí al mar Caribe y un puerto para que embarquen el carbón en barcos de mayor calado en el Lago de Maracaibo. Con este carbón Colombia financia la adquisición de material bélico en Israel como los aviones Kfir (Ensartao.com.ve).

 

No hay que olvidar las pretensiones de Colombia de apoderarse de nuestro territorio, pretensiones que datan del siglo XIX. Ya para esa época, el general santandereano Vicente Herrera, propuso la creación de una república con Maracaibo como capital, e integrada por los territorios del Estado Zulia y los Andes venezolanos-colombianos. Durante la Federación  el general venezolano Venancio Pulgar y Jorge Sutherland proponen que las provincias de Mérida, Táchira y Trujillo con Maracaibo como capital, se separen de la República de Venezuela. (Revista Kurivinda, Año 1, Número 1-Noviembre, 2007, Maracaibo, Estado Zulia, Venezuela, P. 48)

 

Más recientemente dirigentes políticos de la oposición, entre ellos Manuel Rosales, ex gobernador del Estado Zulia, abogó por la separación del Zulia de Venezuela. Desde Colombia esos planes están vigentes y trabajan para conquistar ese objetivo. La población marabina nativa fue arropada por la inmigración masiva colombiana, la cual sobrepasó a la población local. El regionalismo en la entidad quedó reducido a la nada. Los patacones pasaron a ser su plato típico, la expresión ¡Qué Molleja! fue desplazada por Qué Bacano y la Gaita sustituida por el Vallenato. .

  

El analista Julián Rivas expresó en el diario La Razón, el 3 de agosto de 2014 “nos alegra que Venezuela sea un país abierto, que ha sido receptor de gente de todos los sitios del mundo. Ah, pero con el vecino país no podemos ser igual. Nos puede amputar otro pedazo de tierra una vez más (…) Colombia es un enclave militar, base de inteligencia y plataforma económica de Estados Unidos e Israel”

 

Continúa  Rivas en sus reflexiones citando al coronel colombiano José Roberto Ibáñez Sánchez, el cual plantea los planes expansionistas de la vecina República  “la expansión puede manifestarse en dos sentidos: física y cultural. La primera se refleja en las presiones demográficas y en lo económico, la segunda en la cultura, la ideología, el idioma, la religión y todo el conjunto de valores de la nación. Pero todos los casos de dilatación  territorial del estado se verifica por las líneas de menor resistencia. Una cultura incipiente es suplantada por otra de valores más elevados; un pueblo presionará físicamente en la medida que se lo permita la densidad del pueblo vecino o los accidentes naturales”, fin de la cita.

 

IV-. Venezuela saqueada por la geopolítica colombiana

 

Durante estos últimos años se han instalado numerosos negocios de colombianos en nuestro país, tiendas de blúmer, ropa, panaderías, bisutería, heladerías, calzados, etc; muchos trabajando  incluso con dólares asignados por CADIVI. Hace poco más de un año (14-dic-2013) fue sancionada la zapatería “Gasolina Extra” por vender la mercancía con un 700% de sobreprecio. El general Motta Domínguez la sancionó con la pena máxima en unidades tributarias (Noticia al día.com 14/12/2013) Triste decisión. Lo correcto era poner tras las rejas a sus dueños y cerrar sus 44 sucursales que operan en el país. Por su parte, Helados Cali recibió innumerables protestas y denuncias por despidos de sus trabajadores incluyendo mujeres embarazadas. Hoy tienen sucursales en toda Venezuela (Primicia 24/04/2012 y diario El Venezolano 24/05/2012). Esto es incomprensible e inadmisible. ¿Cómo permitir esos desmanes en nuestro país, peor aún bajo un gobierno que se asume revolucionario y patriota?

 

Juan Veroes, articulista de Aporrea afirma en su escrito “La invasión colombiana hacia Venezuela” publicada el 16 de junio de 2010, que “los colombianos en combinación con los apátridas venezolanos han invadido a Venezuela con Pantaletas, fajas y sostenes. Cientos de Palacios, fortines, castillos y Boutiques de las pantaletas han instalados a lo largo y ancho de la nación. El contrabando de textiles y cueros colombianos acabó con la pequeña y mediana industria venezolana del ramo. Camiones y gandolas entran a Venezuela con mercancía terminada y salen de aquí con materia prima importada por Venezuela con dólares preferenciales. Todo un negoción a favor de la oligarquía colombiana que usa nuestros dólares para jodernos.”  Con las remesas y el contrabando en la frontera están saqueando y desangrando a la patria. Por supuesto esto no es posible sin la cooperación de algunos efectivos militares quienes se prestan  a este flagelo.

 

Según Feijoo Colomine a propósito del contrabando en la frontera, los pimpineros apenas comercializan una parte pequeña del combustible que a raudales le viene de Venezuela. El 80% de ese combustible va parar a las enormes cisternas de ECOPETROL, empresa que luego libera inventarios de gasolina destinados al consumo interno y vende en calidad de exportación legal, combustible “made in Colombia” a Perú, Guatemala y Honduras (Ensartaos.com.ve 25/08/2014).

 

Cómo se puede apreciar la sociedad venezolana debe tomar cartas en el asunto para revertir esta invasión que pone en riesgo la seguridad y defensa nacional. Aunque difiero de algunos de los planteamientos aquí expresados, sin embargo, coincido con muchos otros. Considero que los desplazados neogranadinos que vienen huyendo del conflicto colombiano merecen una consideración especial. Por su parte desde esta tribuna hacemos un llamado a la sociedad venezolana a estar alerta contra los paramilitares colombianos quienes  disfrazados de corderos atentan contra nuestra patria, camuflándose de comerciantes, buhoneros religiosos, empresarios, etc; trabajan articulado con el mossad israelí, el Das y la CIA, para derrocar al gobierno  de Venezuela, legítimamente constituido.



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