¿Tiene el pueblo venezolano el poder?

Son diversas las opiniones que se escuchan en las calles, unas favorables y otras desfavorables, acerca del funcionamiento de las instancias del poder popular en la etapa actual de la transición a un “modo de relaciones sociales de producción centrado en la convivencia solidaria y la satisfacción de necesidades materiales e intangibles de toda la sociedad , por ejemplo:

• “Yo estoy con este gobierno porque lo que veo en la oposición es peor, ahí si no hay nada que buscar”.
• “Podremos estar mal, pero no coma cuento, si no es por este gobierno estaríamos peor”.
• “Cuando el pueblo tenga de verdad el poder entonces tendremos socialismo”.
• “Hay que ver bien quiénes van a ser voceros de los consejos comunales , no es solo revisarles la partida de vida. No se puede agarrar el poder y después no hacer nada”.
• “En la tarea difícil del poder popular en la comunidad hay que tener muy presente lo que dijo Chávez, no solo se necesita conciencia sino también conocimiento”.
• “Debemos planificarnos más para lograr empoderarnos como comunidad”.
• “No tenemos que estar esperando a que venga un ministro o el alcalde para pedirle algo que nosotros podemos resolver”.
• “Las comunidades están como están porque los consejos comunales no se organizan, y aquí hay mucha gente preparada, profesional”.
• “Las comunidades organizadas no tenemos el apoyo necesario por parte de los entes gubernamentales”.
• “Hace dos años nuestra comuna le presentó al ministro un proyecto y aún se espera la respuesta”.
• “Seguimos arrastrando prácticas de la cuarta república, por las promesas que se hacen en las elecciones para obtener votos”.
• “Es mentira que el poder popular tiene el poder, nos pasan por encima. El alcalde no puede poner el proyecto que le conviene y quiere”.
• “Se crean Empresas de Propiedad Social a las que después no se les da seguimiento para ver cómo utilizan los recursos”.
• “Con las renuncias de voceros que se están dando en los consejos comunales retrocedemos, y dejamos que los escuálidos se apoderen de estos espacios”.
• “A veces a las mujeres no se nos respeta como poder popular”.
• “Ojo pelao, porque hay consejos comunales participando de la sinvergüenzura”.
• “Todo bien, por ahora, ya que el Presidente Maduro ha seguido el legado de nuestro Comandante”.

De conjunto, estas opiniones constituyen alertas, luces que iluminan los problemas y ayudan a que se vean con más claridad, se estudien sus causas y a tiempo se tomen las decisiones necesarias. A la vez, reflejan el nivel de conciencia alcanzado por el pueblo, en el que mucho influyó la labor educativa Hugo Chávez.

¿Por qué, según Chávez, era necesario darle al pueblo el poder?, ¿para qué hacerlo?, ¿cómo hacerlo?
Al igual que Che Guevara, Chávez se formó la profunda convicción de que no se podría “solucionar el drama de la pobreza y la desigualdad” “con las armas melladas del capitalismo”, y que “solo con las armas nuevas, creativas, producto de los poderes creadores del pueblo” se solucionarían esos problemas, porque, en la práctica, “solo el pueblo salva al pueblo” .
El problema de fondo, que Chávez comprendió y en diversos momentos y espacios transmitió, está en la perversa esencia del capital, el cual vino al mundo, y aún continúa en él:

“…chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies a la cabeza….”, porque “…tiene horror a la ausencia de ganancia o a la ganancia demasiado pequeña, como la naturaleza tiene horror al vacío. Conforme aumenta la ganancia, el capital se envalentona. Asegúrele un 10 por 100 y acudirá adonde sea; un 20 por 100, y se sentirá animado; con 50 por 100, positivamente temerario; al 100 por 100, es capaz de saltar por encima de todas las leyes humanas; 300 por 100, y no hay crimen a que no se arriesgue aunque arrostre el patíbulo. Si el tumulto y la riña suponen ganancia, allí estará el capital encizañándolas” .

No es posible ocultar, y toda persona honesta debería reconocer, que el imperio del capital, de la propiedad privada, supeditan a sí, aplastan o prostituyen los restantes valores , y ponen en peligro los destinos de la humanidad . Justo para salvar al pueblo del imperio del capital, es por lo que Chávez consideraba que se le debía dar el poder.

Liberado de las garras mortales del capital y en transición a “un modo de relaciones sociales de producción centrado en la convivencia solidaria y la satisfacción de necesidades materiales e intangibles”, el pueblo está en condiciones de revelar todas sus potencialidades creadoras “en lo político, en lo económico, en lo social, en lo ético”; “incrementar el sentido de pertenencia y de ahí la conciencia”, y colocarse en la perspectiva histórica de “entender bien de qué se trata”, cuál es “su rol”, e incluso “entender lo que dice el poeta Andrés Eloy Blanco: la Venezuela que sueño no la veré; ¿pero qué importa? Me basta saber –eso sí- que en los ojos que la vean palpitará mi sangre, palpitaré yo…” .

Para que lograra reconocer su historia heroica, su inteligencia, creatividad, capacidad transformadora y, por tanto, lo que en esencia lo hermanaba a otros pueblos, para todo eso, Chávez consideraba que era necesario darle al pueblo de Venezuela el poder.
Pero logrado lo que parecía imposible, debido a los antecedentes históricos y lo adverso del contexto internacional, que un militar revolucionario conquistara la presidencia de la nación en votación popular, iniciara una Revolución, impulsara la aprobación de una nueva constitución, fertilizara creativamente el árbol de las tres raíces , se relacionara con el comunista Fidel Castro Ruz, mejorara aceleradamente las condiciones de vida y, para colmo, neutralizara planes internos y externos dirigidos a revertir el proceso bolivariano, alcanzado todo ello, entonces la pregunta es ¿cómo lograr que el pueblo tenga todo el poder que la ley le otorga?

La respuesta a la anterior pregunta es de carácter multifactorial y exigirá de cada venezolana y venezolano, como decía Bolívar, y Chávez citaba, “paciencia y más paciencia, constancia y más constancia, trabajo y más trabajo” . Requerirá también que se comprenda, en todas sus dimensiones, la importancia fundamental del conocimiento” , porque sin él “no hay conciencia” , ni tampoco independencia. “… ¿cuál será el porvenir de un pueblo que no domine la ciencia, que no domine la técnica, (...) dentro de 20 ó 30 años, a ese ritmo con que avanza hoy la ciencia y la técnica prácticamente como monopolio de otras comunidades humanas?”

El problema consiste en que la “independencia no es una bandera, o un himno, o un escudo; la independencia no es una cuestión de símbolo, la independencia depende de la tecnología, depende de la ciencia...” .

El conocimiento es determinante para que el sentir, el pensar y el participar genuinamente humanos emerjan lentamente en permanente interacción con otros sujetos y diversos objetos, “naturales” y/o construidos. Con palabras de Marx:
“El hombre se apropia su esencia universal de forma universal, es decir como hombre total. Cada una de sus relaciones humanas con el mundo (ver, oír, oler, gustar, sentir, pensar, observar, percibir, desear, actuar, amar), en resumen, todos los órganos de su individualidad, como los órganos que son inmediatamente comunitarios en su forma (…), son en su comportamiento objetivo, en su comportamiento hacia el objeto, la apropiación de éste. La apropiación de la realidad humana, su comportamiento hacia el objeto, es la afirmación de la realidad humana; es, por esto, tan polifacética como múltiples son las determinaciones esenciales y las actividades del hombre…” .

Solo la integración armoniosa y la adecuación inteligente de conocimiento-conciencia-paciencia-constancia-trabajo, en cada contexto local o estadal, contribuirán a que el pueblo tenga el poder real que Chávez deseó. Llevará tiempo alcanzarlo, sin lugar a dudas, y exigirá voluntad para vencer “enfermedades”, que tienen raíces históricas, y serias “debilidades”, asociadas a las complejidades del proceso bolivariano. Se trata, de una parte, de burocracia, corrupción, ineficiencia y, de otra, de teoría, comunicación, organización. A ellas les presta atención el libro LOS 7 PECADOS DE HUGO CHÁVEZ .

¿Cómo afectan, en concreto, estas “enfermedades” y “debilidades” al poder popular? Recordemos, al respecto, algunas de las opiniones expuestas al inicio, conscientes de que si bien pueden portar elementos de subjetividad reflejan, en esencia, la realidad, y pueden constatarse sin dificultad.

• “Hace dos años nuestra comuna le presentó al ministro un proyecto y aún se espera la respuesta”.
La demora en responder con prontitud a preguntas, preocupaciones, quejas, demandas, críticas, del pueblo, es una de las maneras en que se presenta el “monstruo de mil cabezas, tamaños y formas”, llamado burocracia. No fue casual que Chávez la reconociera como “vieja cultura”, “nuestro principal enemigo”, a quien debemos declararle “un combate a muerte”.
De mano de la burocracia llega ese otro flagelo que tanto daño hace a la Revolución: la corrupción, “toda una operación contrarrevolucionaria que está por dentro de la Revolución”, verdadera amenaza para “el proceso revolucionario” y que genera el más firme rechazo en el pueblo:

• “Es mentira que el poder popular tiene el poder, nos pasan por encima. El alcalde no puede poner el proyecto que le conviene y quiere”.
Es un mal que también está presente en las instancias del poder popular, por lo que debe atacarse “en todos lados y en todos los niveles, sin contemplaciones de ningún tipo” :

• “Ojo pelao, porque hay consejos comunales participando de la sinvergüenzura”.

Burocracia y corrupción conducen a la ineficiencia. Es el caso, por ejemplo, de Empresas de Propiedad Social a las que, una vez creadas, “no se les da seguimiento para ver cómo utilizan los recursos”. El problema es que “seguimos arrastrando prácticas de la cuarta república, por las promesas que se hacen en las elecciones para obtener votos”.

Burocracia, corrupción e ineficiencia forman un “trío diabólico” que si no se enfrenta en todas sus manifestaciones puede llevar a que la revolución acabe siendo “derrotada, bien pudriéndose desde el interior o, una vez debilitada, no pudiendo resistir el siguiente golpe de Estado” . Salvando las distancias, es el mismo final, no deseado por el pueblo cubano, sobre el que alertó Fidel Castro en noviembre de 2005:

“Este país puede autodestruirse por sí mismo; esta Revolución puede destruirse, los que no pueden destruirla hoy son ellos; nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra” .
En cuanto a las “debilidades”, el poder popular no escapa de ellas. En el plano teórico, por ejemplo, es frecuente encontrar voceros y voceras de consejos comunales que desconocen todas las leyes que los protegen y facilitan su trabajo. Al preguntarse al respecto en una ocasión a los participantes de un debate, lograron mencionar solo dos de las leyes que a continuación se relacionan:

 Ley orgánica de los consejos locales de planificación pública municipal (2002),
 Ley orgánica de los consejos comunales (2009),
 Ley orgánica de poder popular (2010),
 Ley orgánica de comunas (2010),
 Ley orgánica del consejo federal de gobierno (2010),
 Ley orgánica de planificación pública y popular (2010),
 Ley orgánica del sistema económico comunal (2010),
 Ley orgánica de contraloría social (2010),
 Ley orgánica del poder público municipal (2010),
 Ley orgánica de gestión comunal de competencias, servicios y otras atribuciones (2012),
 Ley orgánica de la justicia de paz comunal (2012).

Tal vez, pocos países en el mundo cuenten con un sistema de leyes revolucionarias tan poderoso como el de la República Bolivariana de Venezuela, sancionadas para crear y fortalecer el poder popular.

En el caso de la comunicación, la debilidad se manifiesta de formas diversas en el trabajo del poder popular. La verticalidad es, tal vez, lo más característico. Con frecuencia se olvidan las particularidades del contexto de la comunicación y se asume que bastan la importancia de lo informado, o la autoridad de quien lo hace, para que las cosas se comprendan y, en consecuencia, actúe, pero la cuestión no es tan sencilla. Muchos de los problemas actuales en el trabajo de los consejos comunales tienen que ver, precisamente, con esto. Reuniones que se suspenden por inasistencia, incumplimiento de tareas que no se comprendieron, recursos que se pierden o problemas que no se resuelven por desatender reclamos, decisiones inconsultas que generan conflictos, como el de aumentar el precio del transporte en determinado lugar que provocó reacciones: “¿Cómo es posible que la alcaldía haya permitido el aumento del pasaje sin haber consultado con el poder popular?”
Comunicar guarda relación con informar pero es mucho más, es hacer común la información en el momento, lugar y forma adecuados, de manera que pueda reflexionarse, comprenderse, responderse y, en correspondencia, actuar.

Por último, el problema de la organización. Entre las opiniones relacionadas, una alerta acerca de que las “comunidades están como están porque los consejos comunales no se organizan” a pesar de que “aquí hay mucha gente preparada, profesional”.

Lamentablemente, en ocasiones recibe mayor peso el componente ideológico de la formación que el técnico, y se eligen voceros y voceras a los que se les dificulta organizar actividades, identificar los recursos necesarios, materiales y personales, y distribuirlos racionalmente en el logro de un objetivo determinado. Cuando esto ocurre se impone la improvisación y las huellas se hacen visible en la motivación y entusiasmo para las actividades y en la confianza en quienes dirigen.

A esta altura de la reflexión la respuesta a la pregunta central formulada es la siguiente: se han dado pasos importantes, históricos, para lograr que el pueblo venezolano tenga realmente el poder, pero varios peligros acechan.

Entre los pasos más significativos están:

La elección democrática del dirigente que Hugo Chávez consideró reunía las condiciones para continuar trabajando por el pueblo, para el pueblo y con el pueblo, lo que se viene cumpliendo “por ahora ya que el Presidente Maduro ha seguido el legado de nuestro Comandante”.
La garantía de que el pueblo pueda participar en la identificación, formulación y solución de sus problemas gracias a las leyes promulgadas, consciente de que si la oposición recupera el poder “es peor, ahí si no hay nada que buscar”.
• Una obra material extraordinaria en manos del pueblo que está dispuesto a todo para no perderla y regresar al pasado, ya que “si no es por este gobierno estaríamos peor”.

La burocracia, la corrupción, la ineficiencia, el desconocimiento de la teoría, los problemas de comunicación y organización, constituyen los peligros.

Venezuela constituye hoy, como en el siglo XIX, la vanguardia de la lucha revolucionaria en América Latina y posee condiciones para ser la primera que logre transferirle todo el poder al pueblo, porque es “el pueblo el que decide; es la comunidad (…) es el poder popular, es la democracia directa, a través de las asambleas populares, a través de la participación, el protagonismo popular” .

figaredo53@gmail.com


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