Empoderamiento del pueblo

Este análisis y reflexiones camaradas, nos llevan a los resultados electorales del 7-O: Consisten en el desarrollo integral de la democracia del régimen socialista, en la real y cada vez más activa participación del pueblo en la solución de todos los problemas nacionales, en la plena recuperación de los principios socialistas de información objetiva, del control público, de la crítica y la autocrítica, así como en la honradez política, es decir, en la unidad entre lo que se dice y lo que se hace. Por último, se trata del sano desarrollo del mismo pueblo, de la capacidad para analizar críticamente su propia actividad, de saber renovar sus formas y métodos de trabajo; de determinar, sobre la base de la teoría revolucionaria, las perspectivas de desarrollo de la sociedad socialista y pugnar por resolver las nuevas tareas promovidas por la realidad.

La profundización de la democracia socialista, la obra creativa y el papel de vanguardia que desempeñan los verdaderos socialistas (no la quinta columna boli-burguesa encasquillada dentro del Gobierno y del Estado) en la práctica garantiza el éxito y el carácter irreversible de las transformaciones revolucionarias trazadas por el Comandante Presidente.

La democratización socialista del pueblo venezolano en todas las esferas de su vida, presenta gran importancia, sobre todo, porque con ella relacionamos el desarrollo de la iniciativa de los trabajadores, el empleo de todo el potencial del régimen socialista. Se necesita para el avance, para que en la sociedad se fortalezca la legalidad, el orden jurídico socialista y triunfe la justicia en lo político y social, para que se afiance la atmósfera moral, en la que el pueblo pueda vivir libre y trabajar fructíferamente. Para fortalecer la Revolución, necesitamos jueces y fiscales socialistas. La necesidad de seguir fortaleciendo la legalidad y el orden jurídico socialistas plantea asimismo nuevas tareas responsables al personal de los tribunales, la fiscalía y otros órganos judiciales. A los órganos judiciales se les plantea la necesidad de cumplir estrictamente lo prescrito por la disposición de hacer cumplir la justicia, y aprender a trabajar en las condiciones establecidas por la Constitución; sucede a veces que dejan impunes crímenes contra los intereses del país y del pueblo venezolano. ¡Alto a la impunidad!

Al acometer la renovación, necesitamos volver a analizar nuestras reservas morales y posibilidades en lo que atañe a ampliar la base social de la democracia socialista. Con la misma óptica debemos abordar el problema de promover más ampliamente a las mujeres a puestos de dirección. Hoy el país necesita que las mujeres participen activamente en la gestión de la política, de la economía y la cultura a escala Nacional. No es necesario demostrar la importancia de las bases socialistas para el desarrollo de las relaciones entre pueblo y Gobierno. Precisamente el socialismo acabó con la opresión, con la desigualdad de género y de derechos.

Los procesos de renovación, en todas sus vertientes, atañen también a los sindicatos, cuyos derechos se amplían notablemente a efectos de la creciente autonomía económica de las empresas y entidades Estatales. Al mismo tiempo aumenta su responsabilidad como consecuencia del desarrollo de la autogestión y de las nuevas atribuciones que son otorgadas a los colectivos laborales. Pero hay sindicatos y trabajadores que retroceden ante las altas exigencias, y en vez de ayudar a solucionar los problemas, empezaron a intimidarse a sí mismos y a otros con posibles complicaciones, situaciones conflictivas  y hasta con paro de empresas socialistas o instituciones de gobierno. Naturalmente, nadie exime a los sindicatos de la obligación de seguir resolviendo problemas de orden social y de proteger los intereses de los trabajadores. En otros términos, a los cuadros sindicales se les presentan mayores exigencias. Se debe hacer que sea mayor su intervención en el proceso renovador, hay que crear condiciones para que participen más activamente en la toma de decisiones administrativas a todos los niveles.

Sobre una nueva base se debe reorganizar el sistema de capacitación y superación profesional de los especialistas y trabajadores. En la producción moderna todos los trabajadores deben adquirir y perfeccionar sus conocimientos y hábitos. Sólo de este modo se puede mantener la capacidad de los gerentes de acuerdo con las actuales exigencias, sobre todo, en los sectores de la producción y la tecnología. Son muchas las propuestas del líder Presidente para reestructurar la administración y el mecanismo de gestión económica. Pero, a decir verdad, la mentalidad del personal de dirección cambia lentamente y hasta, diríamos, ellos se rezagan de las transformaciones económicas que se dan en la producción. Pero lo que sucede en esta esfera, requiere cambios sustanciales en las funciones de los departamentos propiamente económicos y de sus órganos que trabajan en la periferia. La reforma económica que se realiza en el país, está orientada a desarrollar ampliamente la autonomía de los eslabones inferiores, a seguir fortaleciendo el principio de dirección y, al mismo tiempo, hacer que los organismos se libren de la tutela mezquina de los sectores individuales, agrupaciones y politiquería.

Todos los cuadros dirigentes desde abajo hacia arriba son responsables por la ejecución de una activa política social. La actitud debe ser priorizar la preocupación por el pueblo en la labor de los dirigentes de base, y el saber resolver los problemas sociales deviene el principal índice de su madurez práctica y política. Al emprender la reestructuración es necesario no perder de vista la situación actual, la orientación del desarrollo de todo el pueblo venezolano, del sistema político, de la democracia socialista y del sistema económico. Valga como ejemplo el sector de los servicios públicos, salud, educación, universidades autónomas, (excepción vivienda) transporte, alimentación, etc. Cuántas críticas se hacen con motivo de su deficiente funcionamiento. Ellos deben mejorar de modo radical los servicios a la población, la organización de sus trabajadores, así como aprovechar las posibilidades que tienen para regular las actividades de los comerciantes inescrupulosos.

Debemos convertir a nuestro país en un modelo de Estado altamente desarrollado, en el más avanzado de Latinoamérica, con la más amplia democracia socialista, la más humana, y una alta moral donde el pueblo se sienta dueño con plenos derechos y pueda gozar de todos los logros de la cultura material y espiritual, donde el futuro de nuestros hijos y nietos esté seguro, donde dispongan de lo necesario para una vida plena y rica en contenido. Para que los más escépticos incluso se vean obligados a decir: los venezolanos lo pueden todo; les asiste la verdad; el socialismo es un régimen que sirve al bienestar del pueblo, a sus intereses sociales y económicos, a su elevación moral y espiritual.

¡Palante Comandante, estamos contigo! Lucharemos, Viviremos y Venceremos.

Hasta la victoria siempre y Patria socialista.

¡Gringos Ho Home! ¡Libertad para los cinco héroes de la Humanidad!



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Manuel Taibo


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