Trabajar en-con la organización social para cambiar las cosas

Podríamos iniciar esta corta discusión, no por corta menos importante, asegurando, que la separación del pensamiento y de la acción de los sujetos, idea cartesiana que cimienta la epistemología Moderna, ha sido una de las herramientas de las cuales occidente se ha valido para dominar al mundo. “Pienso luego existo”, decía Descartes, hoy, en estos tiempos en los que la labor histórica de nuestro tiempo, nos llama a la desmitificación de los paradigmas instituidos, pues los mismos han servido para que se excluya al otro, ese otro salvaje que hay que gobernar por bárbaro o pagano, por tanto es necesario re-pensar las formas en como se ha venido generando el conocimiento en el mundo, para que de esta forma podamos visualizar los usos políticos en los que se ha manejado una relación unívoca, en la que la última palabra la tiene el “dueño del saber”.  Rescatar la concepción social y socializante del conocimiento, es parte de un diálogo fundamental que desde las organizaciones de base se viene reivindicando, partiendo de la idea de Paulo Freire, donde la acción del devenir del pueblo forma parte del reconocimiento como sujeto de la historia, sujeto de conocimiento y protagonista de su propio proceso vivencial (Acción-Reflexión-Acción).

Desde las organizaciones sociales base, en ese sentido se ha venido planteando una discusión fundamental, con relación a la construcción de otra forma de hacer política, en otra forma de construir el poder, en términos de Dussel, mirar al poder como potentia, no como instrumento para la dominación, sino como herramienta para la construcción colectiva. Por nuestra parte, desde las organizaciones sociales de base (Consejos Comunales, Comunas y Movimientos Sociales), hemos venido planteando esta discusión, en la que cuestionamos la naturalización del liberalismo como filosofía hegemónica dominante, reproductora de la lógica del capital, que mercantiliza el conocimiento (Edgardo Lander), y que no permite consolidar los Autogobiernos comunales, pues la separación entre la ciencia academicista y la ciencia del pueblo forma parte de la segregación instrumental de la que  se ha valido occidente para dominar a las mayorías excluidas históricamente.

Para esto, el diálogo de saberes es fundamental, en cuanto espacio para la construcción colectiva y el reconocimiento, de que donde existe organización social, se genera conocimiento, válido y pertinente, desde las experiencias de vida, sobre las cuales podemos reflexionar para volver sobre realidad para transformarla. Cuando Roberto Schwar habla de “Las ideas fuera de lugar”, nos invita a re-pensar sobre lo que hemos venido siendo como pueblo, nosotros hoy decimos, que nos urge dejar de ser consumidores de ideas, por tanto, ser capaces de generar planteamientos teóricos a partir de lo que hemos venido siendo como pueblo. Latinoamérica tiene una gamma de retos, pero el fundamental es comenzar a ser ella misma, mirarse con sus propios ojos, abandonar los ropajes del tercer mundismo y dejar de copiar modelos fracasados (la promesa del desarrollo moderno es uno de ellos).

En ese sentido, nosotros, los pueblos explotados del mundo, debemos entablar una discusión epistémica, en la que la filosofía para la liberación (Dussel), de cuenta de lo que ha venido siendo la construcción del conocimiento en la región (NUESTRA AMÉRICA), y la necesidad que tenemos de comenzar a andar con nuestros propios pies, fortaleciendo los movimientos sociales como espacios para la construcción de una nueva cultura política y el desarrollo de lo que podríamos denominar la comunalización de la ciencia. Liberarnos sólo puede ser una creación heroica, o inventamos o erramos!   

ver:   https://www.youtube.com/watch?v=Rta_30fkVWo



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Carlos Rivas

Escuela Popular de Comunicación ?Eulogio Paredes?. Vocero de la Casa del Costurero.

 carlos_rivas_45@hotmail.com

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