Comuna, un combate estratégico

Ya hoy es plenamente aceptado el término "comunidad", específicamente comunidad humana, para referirnos a un conglomerado asentado sobre un determinado territorio de dimensión local, sobre el cual se desenvuelve todo lo que la dinámica social le imprime a ese espacio, compartiendo un conjunto de aspectos culturales que le son comunes y conforman referentes para forjar una singular identidad a quienes habitan en él..

Las palabras, con toda su carga de significados y contenidos tienen que librar una dura lucha en el escenario de la realidad, donde, al fragor de lo humano se van ganando su espacio a partir de los procesos históricos. Ya "comunidad" iza su bandera en la casa de todos. Cualquier político hoy echa mano de ese sonido para armar su discurso.

Ahora, en la particular tribuna del debate nacional,  salta al ruedo la palabra COMUNA, que no es término nuevo, pero que le ha correspondido una cruenta batalla para asumir su rango de concreción, su construcción real. Los antecedentes en nuestro territorio de este combate hunden sus orígenes antes, incluso, que el resonado caso de la "Comuna de París". Así lo afirma el investigador Jesús Chucho García en uno de sus textos : "Indudablemente que las primeras experiencias de convivencialidad libertaria etnosocial en Venezuela y el resto del continente de "nuestra América" no fueron las comunas, fueron los cumbes, palenques y quilombos".

El asunto es que en nuestro continente podemos encontrar muchas experiencias que apuntan hacia lo que en el fondo plantea la renovada pelea que el termino comuna alborotó en estos días en la opinión nacional. Ahora, la muy envalentonada categoria, con ley orgánica y todo. (Pero ya sabemos, no es cuestión  simple de legislación), tiene, como debe ser, sus defensores y detractores.

En construcción si, hasta el paraíso está  en proceso de construcción. Lo único absoluto al parecer es el cambio. Pero no comparto la tesis según la cual para hacer una comuna hay que entrar en un proceso de mediación y tutoría institucional, con sus respectivas alcabalas y acertijos, manuales, penitencias y verificaciones, muy lejos de lo que contempla la ley para quien ha de fungir como facilitador y acompañante en los procesos soberanos de un pueblo que ha demostrado su poder creador en diferentes episodios de la historia patria.

"Aprender haciendo" tesis inequívoca de nuestro maestro Simón Rodríguez, es perfectamente aplicable en este proceso de organización donde mi comunidad junto a tu comunidad y otras comunidades, nos decidimos por iniciativa soberana a abrirle paso al triunfo definitivo de la Comuna.

Que hay fallas, que hay errores, que falta formación, que hay contradicciones, pues claro, quien dijo que sustituir un estado por otro, en esta transición, es tarea fácil. De eso estamos más que claros. Ya lo decía el filosofo alemán Friedrich Nietzsche "Hasta Dios tiene su infierno: los hombres en la tierra". Pero el desafío de este tiempo no esperará resolver, de manera ideal, todas las contradicciones que implica una elevación de la vida en comunidad, el reto está en saber tomar de esas contradicciones las lecciones necesarias para avanzar, para ser cada vez mejores.

El plan patria contempla construir un promedio anual de 450 comunas en todo el país y ya para el 2019 la meta es que casi todos los venezolanos vivamos en comunas. Es una meta, pero más allá  de la cifra, los cambios significativos que genere un accionar de todo un  pueblo construyendo sus modelos participativos, seguramente activará una eclosión transformadora que bien pudiera ganarse con todo su honor el calificativo de revolución revolución del siglo XXI.

Preparémonos, porque las palabras, por si solas, no lo tienen nada fácil, vean ustedes la palabra libertad, o la palabra democracia con cuanta lucha humana se han forjado.

Enviado a través de cegepeto2@yahoo.es



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