Sin ninguna pretensión de gurú o adivina, me puse a reflexionar sobre las elecciones del próximo domingo. Sin duda el actual presidente ganará las elecciones por una gran mayoría. Capriles ha hecho una buena campaña y desde el punto de vista de una visión unidireccional, el candidato ha podido de alguna manera conectarse con un sector del país harto del chavismo y que tiene al presidente atravesado en la garganta.
HRCF ganará debido a esa inmensa conexión emocional con los sectores C, D, E del país que durante 14 años han visto crecer sus ingresos y lograr aspiraciones que antes eran imposibles: una vivienda o la promesa de ella, ayuda para sus hijos y progenitores; atención primaria de salud y también especializada; que ha mirado los barrios con preocupación; que ha tenido logros pero también desaguisados , entre ellos la corrupción de personeros ligados al gobierno, de esa oligarquía nueva llamada boliburgueses, que están por toda Venezuela y hasta en el Country Club y reciben los mismos privilegios que antes los burgueses tradicionales recibieron durante 40 años de la IV Republica.
Pero mas allá de ello, Chávez viene de ese pueblo y ha sentido desde niño las injusticias de un país rico que prefirió negar la realidad de su país mientras dos o tres veces al año se montaban -y continúan haciéndolo- en su aviones para irse a Miami a descansar y mas lejos también. El actual presidente ha trabajado por los mas necesitados y aun con todos los errores logro cambiar un país, pero también estableció el odio como premisa de acción, claro del otro lado también hay odio y no se puede olvidar el golpe de estado del 2002 y posterior para petrolero que le costo al país 18.000 millones de dólares.
En este sentido y para estos sectores comprometidos con el chavismo es imposible creer en alguien que participó directamente en “guarimbas” y demás acciones desestabilizadoras contra un gobierno legítimamente elegido. De alguna manera por muy “buenas intenciones que ahora tenga”, ese candidato relativamente exitoso, les recuerda el pasado oprobioso, la ausencia, la desconexión de medio país con el pueblo y de alguna manera sienten que esos “oligarcas” quieren restablecer el pasado.Cabe preguntarse como reaccionará Chávez frente a este nuevo triunfo electoral, esperemos una vez más, que reaccioné con una actitud digna de un ciudadano de su alto rango: que respete a sus adversarios también relativamente derrotados pues si algo hay que reconocer es el logro de la unidad de los adversarios, su exitoso trabajo en la búsqueda unitaria de un líder; la organización de las primarias, el trabajo para un buen programa de gobierno y una campaña electoral que ha sido bien trabajada; todos estos éxitos auguran mayores en los próximos procesos electoral, por ello el consenso es fundamental.
El nuevo gobierno debe ser eso, no el continuismo de la actual gerencia del Estado, la corrupción y la falta de transparencia, entre otros defectos, sino la verdadera intención de cambiar el actual estado de cosas: lograr equilibrios y consensos, incorporar gente que aunque no este totalmente de acuerdo con sus ideas, por su conocimiento y experticia, lograran conducir el país a un viraje económico que produzca bienestar para todos, empleo, políticas publicas cónsonas con la Venezuela del siglo XXI, respeto de la Constitución y las leyes, equilibrio de poderes, justicia para todos, seguridad ciudadano, lucha contra la delincuencia. Deberá concertar una política económica con los sectores empresariales del país para de verdad sembrar el petróleo y generar riqueza que se traduzca en empleo, educación, vivienda digna, salud y en general el uso de los recursos públicos de manera transparente dentro de un buen ejercicio del poder. Todo esto es posible sin traicionar los ideales de justicia y equidad. En este sentido el socialismo del Siglo XXI debe apuntalar a una Venezuela que es de todos y no de una parcela y peor aún del que detente el poder. Una parte de ese cambio de expresarse a través de un lenguaje adecuada que exprese la acción colectiva de un gobierno con verdadero apoyo popular y no el deseo de una sola persona.
Toda política nacional necesita el consenso de las diversas fuerzas vivas del país, amanecerá y veremos.
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