Oposición criticó mala política de cogollo en su coalición

Credito: Correo del Orinoco

4 julio 2014 - Para nadie es un secreto que la oposición vive hoy un proceso de reorganización interna producto del pobre desempeño y resultado de sus líderes para unificar el descontento de sus seguidores.

Desordenada, tímida y desorientada la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) es considerada por sus propios militantes como una instancia que vive a destiempo del escenario político, secuestrado en los últimos meses por la irrupción de los promotores de “la salida” inconstitucional del presidente Nicolás Maduro.

“O dejamos de actuar como búnker apedreado de murallas o estaremos condenados a estar aislados”, dijo el pasado miércoles el presidente de Copei, Roberto Enríquez, al reconocer durante un acto interno del partido la desconexión emocional de la masa opositora con sus líderes.

Al furor que algunos apostaron por “la salida” que promovieron Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma, todos con partidos minoritarios o independientes, le siguió meses después la pesadumbre de la promesa no cumplida al no poder conseguir su objetivo.

El gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, también se manifestó esta semana y por vez primera se refirió a las encuestas, con meses circulando, que señala el rechazó que 89% de la población manifiesta contra “La salida”.

Enfilando sus baterías hacía los promotores de la iniciativa, Capriles fue enfático al comentar que la convocatoria no tuvo conexión con las mayorías y “por eso fracasó”.

“En esos lugares donde la gente está pasando necesidades le temen al discurso opositor, creen que se quiere incendiar al país”, indicó el excandidato presidencial de la MUD.

No obstante, el propio Capriles es víctima de su propio retraso al cuestionamiento de “la salida” dentro de las filas opositoras. Convencidos de que la forma de lucha asumida por el gobernador de Miranda desde febrero pasado llamando a la organización de un “movimiento progresista” no sólo fue tímido y poco solidario con López, sino marcadamente calculador para los intereses que se manejan dentro de lo que denominan “el cogollo” de la MUD.

El propio presidente de Copei apuntó que la organización lanzará una plataforma “no paralela a la MUD” para impulsar una “rebelión cívica” en contra de la “mala política de cogollo, de la frivolidad, de la vanidad”.

Enríquez incluso aseguró haber discutido eso con Capriles y el secretario de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, al señalar que el planteamiento del partido social cristiano busca una propuesta de calle sin exclusión pero que sí “aparta a los que creen que el mundo gira en torno de su ombligo”.

No es la primera vez que desde la misma oposición se critica el liderazgo que conduce la MUD. Dirigentes como el presidente del partido Movimiento al Socialismo (MAS), Felipe Mujica, ha cuestionado “el secuestro” y el “autoritarismo” presente en la coalición opositora.

A esta diatriba por el liderazgo a lo interno de la MUD se le suma la diversidad de caminos, constitucionales y otros no tanto, que han asumido diferentes grupos políticos.

El propio Ledezma reculó de su posición radical al señalar que la MUD debería definir un solo rumbo “porque si unos plantean constituyente, otros enmienda, otros renuncia y otros paciencia”, se van a debilitar.

El impacto ha llegado incluso a Miami donde operadores políticos de la oposición cuestionaron públicamente esta semana en una carta escrita por Pedro Mena, representante local de la MUD, las “actitudes arrogantes, imperativas, rosqueras, excluyentes, grupales, emocionales y de intereses personales de protagonismo”, y la imposición de “líneas políticas y dirigentes, divisionistas y grupales, e irresponsables, que han llevado a cero el prestigio e imagen”, de la MUD, “hoy convertida en un mini grupúsculo opositor, sin fortaleza y arraigo popular”.



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