El pájaro loco de Ramos Allup con la espoleta de Jaque al Rey en las manos

Así estará de mal la oposición que sus bastiones humanos para la lucha contra Chávez se reducen a unos papanatas como el Ramos Allup, el Ignacio Planas, Cabeza e’ Motor, Antonio Ledezma, el filósofo Rosales y Leopoldo López. Con alguno de esos currutacos tendrá que darle pelea al Comandante en el 2012. Y por eso buscan cerrarle el paso, y la verdad es que si en la posibilidad negada que lograran cerrárselo, ellos mismos se partirían en mil pedazos. Están locos por cogerse lo que durante diez años Chávez ha conseguido ahorrar para el pueblo. Los tienen locos las reservas internacionales, lo que ha logrado organizar el SENIAT, la fortaleza de PDVSA y el orden general de las finanzas en el país. Ellos quieren llegar y estafar a todo el mundo y luego salir a decir que el país entra en desastre, en quiebra, porque así lo dejó Chávez.

Pero el más degenerado de estos bandidos es el Ramos Allup quien estuvo más de 20 años robando y holgando como diputado desde el viejo Congreso de la República. Él fue de los que le organizaba ballets azules en Parque Central a la gente de Carlos Andrés Pérez, a Consalvi, a Gonzalo Barrios, siempre hasta el cuello en todas las movidas turbias del partido AD en los grandes negociados acordados por sus jeques. Fue ficha servil de la burguesía mal habida para todas las triquiñuelas que se acordaban con Fedecámaras, la Iglesia y la CIA. Durante la era del Barraganato, defendió a muerte a Blanca Ibáñez y odiaba a Piñerúa Ordaz. Traicionó a Alfaro Ucero para cambiarlo por Salas Römer, y ahora puja para que lo incluyan al menos como barrendero en el Pacto de Puerto Rico.

Con voz chillona, como la de Betancourt, ayer salió balbuceando que le habían arrojado una granada a la sede de su partido, ubicada en La Florida. Según explicaba, la cosa había ocurrido en horas de este mediodía. Cuando los cuerpos policiales llegaron para las experticias en el sitio, él les dijo que no podía atenderles porque primero debía ir a Globovisión para explicar el caso. Cargaba en la mano un trozo de metal con un número que él muy orgullosamente proclamaba era el de la espoleta de la granada que le habían lanzado. Como si ese número dijera gran cosa Y cuando el periodista de VTV trató de hacerles algunas preguntas, respondió como el Lusinchi aquel: “Tú a mí no me jodes”. Claro, porque todo era un truco y sólo los medios de la oposición saben cómo mantenerse dentro del plan de lo que exige la conjura. Este señor Ramos Allup explicaba, tembloroso y balbuciente que a las 10 y media de la noche del día anterior fue cuando lanzaron la susodicha granada que fracturó el piso de la sede. Mientras sólo mostraba la espoleta como evidencia del crimen. Pero no permitió que ni por el carajo filmaran el desastre que es lo más importante.

Pero como Ravell lo adora por lo caradura y sinvergüenza que es, por ser de los pocos que están cumpliendo como nadie la orden del Pacto de Puerto Rico, hoy lo llevaron a Globovisión y entonces el Ramos Allup se entregó con fruición y delirio a decir que AD ha tenido que meterle la mano al gobierno para que la población no sufra. Que ellos han dado la vida para impedir perturbaciones en el país. Que nunca han buscado el mal para el Presidente Hugo Chávez, y que si lo llegarán a reelegir una mil veces ellos tendrán que tolerar los desastres, las tragedias humanas, el caos de la inseguridad pero que jamás permitirían que se sacara a Hugo Chávez por otro método que no sea el electoral. Que tendrán entonces que aceptar que Chávez gobierno hasta que Dios quiera. Qué ángel, qué dechado de virtudes. O sea.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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