Tergiversando a Bolívar

Siempre he sostenido que matemático que sólo sabe de matemáticas es un zopenco con la coz a punto. Igual que el negrito Óscar Lucién, saltan por allí los sesudos de todas las horas con la imbecilidad que promueve Globovisión de que Bolívar también estuvo contra la reelección por aquello de "no hay nada más peligroso que dejar el poder en un sólo individuo por mucho tiempo, pues el pueblo se acostumbra a obedecerlo y él a mandarlo". Escuchen, pequeños ignorantes, que de algo todavía les debe servir la lógica, esa sentencia está primero fuera de contexto y dice así: “Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía.” En ninguna parte del mundo se han dado tantas elecciones como en Venezuela, para debatir de todo. Yo en lo particular, sin cargos en el gobierno ni buscando tampoco alguno, estoy perfectamente de acuerdo con que nos gobierne Chávez tantas veces como sea necesario, y lo veo necesario hasta más allá del 2020. Sus visiones concuerdan con las mías, y veo que también con la mayoría de los venezolanos. ¿Entonces dónde existe el peligro democrático de que pueda ser reelecto, si así lo decide la mayoría? En mi caso y en el de la mayoría de los venezolanos lo democrático es que nosotros podamos elegir al Presidente que realmente queremos que nos es otro que Chávez. Nos quieren esos “demócrata” hablar de alternabilidad democrática, como si aquí no la hubiésemos tenido con la aberrante y degenerada democracia puntofijista. ¿Y qué se ganó con ese adefesio? Aquello si era, pequeños silogistas, una pertinaz usurpación y tiranía.

No olvide señor, que Bolívar prácticamente fue reelecto en la Presidencia de la República hasta 1830, cuando murió. E incluso, cuando no fue reelecto para otro mandato poco después del Congreso Admirable, viendo como la Colombia podía desintegrarse producto de la ambición dislocada y maldita de los que le odiaban, le dijo al coronel Joaquín Posada Gutiérrez, sintiendo una puñalada horrible en su corazón: “¿Cómo quedo yo siendo el ludibrio de mis enemigos y apareciendo como un proscrito? ¿Por qué el Congreso no me admitió mi renuncia desde los primeros días de su instalación y así habría dejado ya el puesto y el país con lucimiento?”

Podría añadir muchas otras cosas a las necedades de estos peleles pero sólo voy agregar la que en verdad más les escuece en relación con este proceso: lo que les aterra en relación con Chávez es el pequeño-burgués que llevan dentro. El hombre apegado a sus propiedades, a sus negocios, a su dinerito, a sus veraneos, que creen que este loco desaforado les puede arrebatar estos placeres que amas tanto. Tenían por fuerza que descender al nivel de sus otros jumentos académicos y universitarios que sólo viven y respirar por el asuntillo del billete. Eso es lo esencial en ellos, y les caga que pueda venir realmente un acto de justicia para los que menos tienen y les vayan a tocar la billetera que según ellos se las han ganado “con el inmenso sudor de sus almas”. O sea.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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