Goicochea y Stalin de vacaciones en el mismo Spa

Estaba terminando julio y los heroicos muchachos de la “resistencia estudiantil” necesitaban urgentemente un reposo. Entonces fue cuando descolgaron sus mochilas y sus koalas para pasar a otra fase de sus ingentes luchas. Finalizado el lapso docente, habían tenido unas doce interminables reuniones con lo más exquisito y granado del empresariado, la iglesia y los dueños de los medios. Federico Alberto Ravell tiene en su oficina una enorme foto con los héroes de la “resistencia estudiantil” sosteniendo una bandera al revés. Federico les había dicho a estos muchachos: “Ustedes han mantenido valientemente la causa de la libertad y merecen un descanso, y ahora hay otros a los que nos corresponde tomar la antorcha. Tenemos una gran sorpresa que le dará la vuelta al mundo.” Se trataba del asunto del maletín con los 800 mil dólares en el aeropuerto de Buenos Aires. Hay que tomar en cuenta que cuando la noticia revienta en Buenos Aires, el Matacuras está en su programa e inmediatamente Globovisión se encadena con la televisora argentina TN. Todo el plan está siempre ordenado para “atravesar por el pecho”, así dicen ellos, a cualquier candidato presidencial que en América Latina tenga alguna simpatía por el proyecto bolivariano. En estos momentos Globovisión se siente tan gloriosamente alegre que la noticia del maletín lleva seguida en pantalla más de setenta horas al aire como una foto fija, y después critican que Chávez vive haciendo cadenas. Todos sus locutores y comentaristas rebosan de una inefable felicidad y de una alegría infinita que no se conocía desde los tiempos aquellos del 11 de abril del 2002.

Goicochea y Stalin han felicitado por este gran tubazo armado por la CIA. Globovisión no tiene el equipo, la infraestructura para organizar un golpe de esta magnitud.

Las conclusiones de la reunión de la “resistencia estudiantil”, puede decirse que, arrojó para sus directores un saldo positivo: habían quemado unos tres carros; en todo el país se reportaron 117 policías heridos de bala (solamente 71 de ellos en Mérida); fueron quemadas varias instalaciones públicas y unos 28 semáforos destruidos; se destrozaron cincuenta y cuatro vallas de la policía, entre otras muchas meritorias acciones; con ello habían hecho recular los intentos de allanar a las universidades e impedir la violación de sus autonomías, respetar la libertad de expresión (para llamar la atención internacional sobre el caso de RCTV). Todo en el fondo apunta a la vez hacia un alerta decidido (en el que están trabajando fuertemente la Iglesia y los medios) contra la nueva Ley de Universidades. Todos sabemos que esta Ley atenta contra los intereses de los equipos rectorales más poderosos del país. En lo personal los estragos sufridos por los muchachos fueron muy pocos: contusiones en nalgas, arañazos en los brazos, yeyos asfixiantes producto de bombazos, zapatos caros dañados, celulares anti-clonables perdidos, riñoneras de marca estrujadas, pestañas conturbadas, calzones meados y frenadillas de camión; mejillas quemadas (pese a los protectores solares), gargantas irritadas y resecas; pechos compungidos, ganglios congestionados y fuertes dolores musculares desde el tobillo hasta la mera testa.

El último día de aquellas incruentas batallas se discutió sin mucho ardor, si se unirían a los proyectos de marchas incesantes junto al iracundo Cabeza e` Motor, quien había prometido que en agosto no le daría descanso a su befa ni a su alma. “Allá ustedes –les grito ese día en tono amenazante Cabeza e` Motor- si deciden irse de vacaciones y dejar en la estacada a los que venimos partiéndonos los lomos desde el 2002. Miren ustedes que los negros de los barrios no descansan pegados a los mandatos del Miko. Ojo avizor, chamos.”

Stalin aseguró que necesitaba un playazo y Goicochea consideró que para él era sagrado un retiro con su familia en su infaltable crucero de verano por el Caribe y que la reservación la habían hecho en abril cuando este peo todavía no se había formado; “sólo una semanita, panas”. Varios regalitos de afortunados empresarios habían recibido Goicochea y Stalin, en moneda norteamericana. También cajas contentivas de estuches con finos perfumes, un libro de Mario Vargas Llosa (autografiado por el embajador norteamericano); relojes, estilográficas, cartas, notas, retratos, CD’s, películas y muchas tarjetas contentivas de felicitaciones desde Washington hasta Buenos Aires. En todas se les rogaba que mantuviesen la lucha porque todas las esperanzas estaban puestas en ellos.

Ahora, cuando ya han descansado algo, los gladiadores se preparan para las duras jornadas de septiembre en las que prometen radicalizar mucho más las acciones. Se revisan los errores, se planifican ataques más frontales, se buscan métodos más escandalosos, se instruyen para movilizar los liceos, escuelas y hasta kindergartens. Trancar calles y avenidas, y esta vez de manera decidida, “porque sin sangre no se va a ninguna parte, brothers. ¿Acaso que Nixon Moreno es lo que es porque alguna vez en su vida hubiese agarrado un libro o se hubiese aprendido una lección? Hoy Nixon representa para nosotros, para la lucha que mantenemos, un recurso muchísimo más valioso que cualquier conocimiento que tenga un doctor, un investigador o político que se hubiese quemado las pestañas en la universidad más prestigiosa del Norte o de Europa. Sandeces”, dijo Stalin.

La planificación tiene que llevar una buena dosis del formato que aquí pensaba imponer Robert Alonso con paramilitares. El programa también contempla una fuerte penetración en los barrios, y para ello necesitan mover mucho billete. Levantar chamas de los sectores más necesitados; “ensuciarse un poco”, como ellos mismos dicen, pero utilizándolas para malear los puntos duros del chavismo. Todo esto a la vez que no dejaran de llamar a la paz, a la reconciliación y al diálogo, todo por amor a Venezuela. “Venezuela es una sola”, “Por Venezuela, unámonos”, serán las consignas.

jrodri@ula.ve


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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