Soledad…

Que triste es el espectáculo que dan algunos eventos de la oposición en unos actos anticomunistas, en los cuales algunos artistas tarifados salen utilizando frases y canciones de famosos comunistas. Tal es el caso de Soledad que anda por esas manifestaciones estudiantiles haciendo alarde de un anticomunismo cantando las canciones de Silvio.

Tenemos un buen grupo de personalidades de la izquierda puntofijista y cuartarepubliquera, aliados a sus antiguos perseguidores y cumpliendo el trabajo y los guiones que sus nuevos amos políticos y empresariales le dictan.

Teodoro, Andrés Velásquez, soledad y muchos otros y otras que no aguantaron el hecho insólito que un zambo campesino y militar les viniera arrebatar el premio mayor. Ellos y ellas querían hacer una revolución blanda-rosada, para después traicionar sus propios principios, vendiéndose al mercado y al imperialismo, y presentarlo ante el mundo como lo obsoleto del Socialismo y el futuro del Neo-liberalismo. ¿Se acuerdan ustedes del Teodoro Calderista?

Manos blancas, reminiscencias de las manos adecas que ejercieron el poder en nuestro país y lo llevaron a la quiebra como nación libre y soberana. Manos Verdes y manos rosadas, manos de todos los colores de la entrega y del servilismo. Manos que convierten a las luchas estudiantiles en luchas empresariales, que dicen que la autonomía universitaria, es que los estudiantes necesiten cien votos para igualar a un voto de un profesor y que les dicten desde las rectorías de universidades privadas la agenda de las marchas y discursos mediáticos del día.

Manos blancas que hacen que antiguos "comandantes" guerrilleros se fotografíen con los asesinos de los jóvenes combatientes- guerrilleros, que ofrendaron sus vidas por liberar a nuestro país. Antes las llamábamos, Manos Pelúas.

Hay soledad Burro no se monta con sombreo, ni zapatos. Te quedó grande esa canción revolucionaria, sobre todo cuando quieres hablar de anticomunismo con el discurso y la creación de la Nueva Trova cubana. ¿Cómo se sentirían los propietarios de los medios de comunicación en Venezuela cuando te oyeron cantar la canción de Silvio? ¿Cómo se sentiría el matacuras? ¿Que dirían los atacantes a la embajada cubana cundo el golpe del 2007?

Dicen que a Alberto Federico Ravell, le iba a dar un infarto cuando te oyó cantar esa canción. Seguro que después de ese acto tendrás que dar muchas explicaciones a los medios de comunicación privados y a la embajada norteamericana.

Te quedaste sin discurso, se te agotaron las ideas, reconsidera tu rol de asalariada, porque todo el mundo sabe lo que es evidente, que vendiste tu primogenitura por un plato de lentejas y treinta monedas de plata. Escogiste pasar a la historia como una persona que consideró que era más importante su estatus que su dignidad. Ahora solo te queda cantar unas canciones robadas y esto revela la mediocridad de la gente como vos. Te quedaste sin musa ni inspiración.

Ay, que terrible Soledad, cantaste para un público que no te ponía atención, porque sus intereses para estar ahí eran otros: el bonche gratis, unas cervecitas bien frías, el bailecito, la muchacha bonita, el muchacho simpático y otras motivaciones más. No cuadrabas en ese ambiente y eso no lo podías disimular con tus bartolas.

A que mundo te condujeron Soledad, al mundo vacío del mercado que utiliza tu voz para combatir precisamente los ideales que pregonan las canciones que tú plagias. ¿Qué sentías cuando veías que esos jóvenes universitarios no te paraban?

Ay soledad, que ironía la de tu nombre, porque te quedaste sola, sacando las cuentas de cuanto producían tus canciones prestadas, tus canciones comunistas que ofertas en los mercados capitalistas. Que buena vaina te echaron con ese nombre Soledad.

Ay soledad, tus manos blancas adecas, empresariales, revelaron en ese acto, en el cual faltaron los discursos, las buenas ideas y la cordura, pero en el cual sobró el odio a Chávez y a su hordas de Mulatos y blancos de orilla que se atreven a igualarse a la gente de alcurnia y pedigrí de la más selecta oligarquía venezolana.

Sobraron los artistas y faltó público les quedó inmenso el Estadio Universitario. Hubo escasez de ideología y de buena oratoria, pero eso si sobraron muchachitas saltando frente a las cámaras y universitarios reconociendo en muchas y sobradas ocasiones que en Venezuela si hay Libertad de Expresión.

Ay Soledad, que vaina. Tanto cantar y decir cosas y Chávez que no cae. Tanto hacer la voluntad de quien paga y Chávez con el voto duro de más del 65% de los venezolanos marginales de Venezuela, que son los que realmente deciden en las mesas electorales. Ay Soledad, te dijeron mentiras, los que te leyeron la lección que hay un capitalismo humano y democrático. Que malos maestros de política e ideología fueron los dueños de las disqueras que te dijeron que vos eras única e insustituible. Todo eso eran mentiras Soledad. Venezuela cambió para siempre Soledad.

Ay Soledad, cada vez tenéis menos publico, porque esos muchachos están emigrando hacia otros ritmos y estilos menos latinos y más anglosajón, a lo mejor te quede irte a los mayamis y cantar New York, New York…, eso si en ingles y con mucho sentimiento para que te aplaudan los exilados cubanos y todos aquellos venezolanos y venezolanas que ahora viven en Miami bajo el estatus de perseguidos políticos y amenazados por el régimen. Ahora te tocará vivir de la gusanera que tanto criticabas y atacabas.

Ay soledad, y ahora lo escribí con minúscula, porque te minimizó el imperio y el mercado, te colocaste del lado de los que compran y venden conciencia y de aquellos años solo te quedó la mediocridad de no ser original, de no ser auténtica.

Ese plato de lentejas y esas treinta monedas de plata te van a saber bien amargas, te sacaran todos tus gases y tus ínfulas porque te traicionaste a vos misma.

Tu destino lo marcó tu nombre, soledad.


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Obed Juan Vizcaíno Nájera.


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