Campaña electoral en casinos y burdeles

La idea provino de Gustavo Cisneros: “la mejor manera de degradar estas elecciones es poner al rey de la guasa nacional de candidato. Si Chávez es chistoso, El Conde mucho más. Si tiene poder o carisma mediático, El Conde mucho más. Si es incansable hablando, El Conde mucho más. Si es mulato, El Conde también. Si es ordinario y populachero, El Conde lo supera…Al venezolano le encanta un chiste, y todo lo toma a broma, y como es mulato, relajado y nada pendenciero. Hay que coger y administrar todo esto a joda muy fina para que se pueda llegar tranquilito hasta diciembre.”

Se reunieron en Miami junto con Orlando Urdaneta, Robert Alonso y Patricia Poleo, y la idea les pareció aguda, profunda: “Vamos a reírnos de lo lindo: A Maisanta lo meteremos en la propia cueva de la más curda perdición mediática”.

Claro, para ellos no cuenta que El Conde:
1- jamás se ha leído un libro y que toda su moral se reduce a hacer plata.
2- le importe un pepino nuestra soberanía.
3- desconozca nuestra historia y nuestras más nobles tradiciones.
4- viva hundido en la mierda consumista y materialista de los mayameros.
5- y sepa mil veces más de los rascacielos de Nueva York y de las playas de Florida que de nuestros barrios; que sepa más de Rambo, Disney o McDonald que de Bolívar, Miranda y Sucre.
6- y carezca de todo valor para enfrentar a los cerdos del imperio.
7- y sea un mimético embaucador de aburridos y vacuos seres, sin destino y sin alma.

Ya me imagino a El Conde, con su asqueroso vocabulario de burdelero, de mitin en mitin (de burdel en burdel) hablando de los “anillos de casco de burro para salvaguardar las hemorroides ciudadanas”, de “las pomadas sacaniguas protectoras de ardores subversivos”, de “las sobadas con pepas de zamuro para asegurar las tres papas soberanas…”, de “el ingente poder del cundiamor contra las ladillas de los que piden casa, pan, tierra y trabajo”. Toda una protuberante ingeniosidad al servicio de lo más inmundo de la chabacanería, recorriendo escuelas, visitando templos, saludando ancianas y cargando en sus brazos niños. El propósito de su campaña debe concentrarse en hacer reír, no en hacer pensar. Convertir sus giras en comparsas que se muevan al son de la charca del ron y de la guasa. Toda la nación, pues, coronada con el más alto doctorado en honoris guasa.

Imaginemos ese Gabinete de El Conde, administrado por todos los gerentes de todas las casas de festejos y casinos, de clubes y bares. En fin, el acabose de la última genialidad que ha parido la mierda de lo más concentrado de la oposición radicada en Miami.

Adelante, pues, con los fantoches.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

 jsantroz@gmail.com      @jsantroz

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