Basta de indulgencia a la oposición apátrida

Nosotros, como revolucionarios autóctonos debemos impulsar con denuedo el cumplimiento de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y todo el marco legal construido en revolución, desde adentro y afuera, quien se salga de la norma constitucional aplicarle la ley. Estos delincuentes disfrazados de políticos y curas deben pagar con cárcel su desfachatez y crímenes cometidos contra nuestro pueblo humilde y trabajador, ya está bueno, ¿en qué cabeza cabe que gobernadores, alcaldes, diputados opositores estén llamando a grupos desadaptados sociales para que atenten contra la vida de un pueblo que solo busca y quiere la paz, la felicidad y la prosperidad comunal? ¿En qué país del mundo sus políticos opositores denigran de sus hermanos y piden a gritos que fuerzas militares extranjeras los invadan? ¿A quién se le ocurre que una oposición política esté articulando la criminalidad contra líderes gubernamentales, estudiantiles, indígenas, campesinos, militares y comunales? ¿Cómo sería construir un gobierno sobre unas bases fraudulentas? Tal como ellos lo plantean con firmas forjadas, adulteradas, planas, etc.

Particularmente considero que la oposición debe reprogramarse y dejar de presentarse ante el mundo como grupúsculos desalmados, aberrados y delincuentes comunes que solo desean llegar al poder para apropiarse de los recursos de la nación y así satisfacer sus desviados instintos y obstaculizar el avance y consolidación de mayores y mejores niveles de calidad de vida para nuestro pueblo, quien pacientemente acompañado de sus dignos dirigentes bolivarianos chavistas ha venido forjando a partir de una creciente inversión social dirigida a la mujer, niños, adolescentes, jóvenes, juventud prolongada, etc. una sociedad más justa, productiva y feliz. Ojalá y el llamado efectuado por el Papa Francisco genere resultados positivos a largo plazo y la mayoría de los opositores mencionados logren comprender que Venezuela es de todos y no de las minorías burguesas, que nuestro pueblo es un pueblo honesto, humilde y trabajador, pero también es guerrero, indoblegable y decidido a regir su destino desde ahora y para siempre en la consecución de la mayor suma de felicidad posible.

Ahora bien, todos los planes, programas y proyectos que se impulsen políticamente deben llevar el sello del pueblo, porque nuestro marco legal así lo establece, además la organización comunal debe permear cualquier intento transformador que promueva la oposición. Porque no nos llamemos a engaño, al imperialismo y sus oligarquías lacayas no les interesa coexistir con las mayorías populares en términos de igualdad y respeto a su soberanía y derechos, ni nunca han alternado, ni alternaran el poder con movimientos obreros, campesinos, indígenas o populares en general. Nada bueno se puede esperar del retorno de unas elites resentidas y llenas de odio social contra los pueblos que nos hemos atrevido a soñar e iniciar la construcción de sociedades soberanas, democráticas, justas e igualitarias.



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Franklin Toloza


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