Cuando el diálogo es la victoria

El diálogo se ha convertido en el tema de debate más álgido de los últimos días en Venezuela; por un lado el gobierno revolucionario y por el otro la oposición venezolana que en cada presentación, al menos pública, se le nota que lo menos que quieren es precisamente lo que más pregona: el diálogo. En ese escenario se desarrolla, con la cooperación de los expresidentes Rodríguez Zapatero, Leonel Fernández y Martín Torrijos, la UNASUR e incluso el papa, quien le manifestó al presidente toda la disposición de parte de la iglesia en el sentido de buscar fórmulas de paz para el caso venezolano. La crisis de Venezuela no se puede ver en los cánones tradicionales de una crisis coyuntural, se trata de una crisis de transición de un modelo capitalista decadente a uno socialista que aún no se ha consolidado, sobre todo en lo económico y cultural por lo cual los baches que se presentan en muchos casos hace el escenario más complejo y difícil de comprender. 

En medio de una guerra económica y psicológica adelantada desde el centro imperialista de EEUU, aupada por la oposición y el sector de la burguesía, el proceso venezolano se abre paso con mucha capacidad, aunque, como es lógico, luego de la desaparición física del máximo líder, Hugo Chávez, los baches se hacen presentes y el camino se torna fangoso. Gracias a dios Chávez nos dejó un legado lo suficientemente consistente para resistir y como bien califica el profesor Isturiz, llegó el momento de superar la etapa de resistencia para pasar a la contraofensiva revolucionaria para superar la crisis y el modelo capitalista, el verdadero causante de la misma. Desde este punto de vista debemos inferir que estamos en un punto de quiebre histórico en donde la burguesía y la revolución se lo juegan todo y esto lo sabe el imperio, de allí su virulencia. Los planes opositores se han estrellado contra el muro de dignidad histórica que representa la revolución bolivariana. Gracias a las raíces profundas de ésta no les ha sido fácil la ejecución de sus planes y la derecha entra en desesperación total lo cual lo hace más peligrosa y le abre espacio a los más radicales, entre otra cosa por el exceso de torpeza, permítanme la expresión. También Obama, quien ve en Venezuela y no se equivoca, el muro de contención para la reconquista en su otrora patrio trasero las alarmas se encienden por esos lados y la desesperación cunde, saben que de caer Venezuela sería pan comido Bolívia y Ecuador, por ende la reconquista sería inevitable. El plan sistemático imperialista ha logrado momentáneamente éxito en Brasil, Argentina, Paraguay e incluso en Uruguay que en la actual administración de Vásquez la contundencia libertaria pareciera que se ha desdibujado y pasado a cierta genuflexión, al menos en política exterior. En medio de este escenario el presidente Maduro ha resistido como el mejor los embates de un momento sumamente difícil para la transición económica de ambos modelos. La guerra del petróleo ha cumplido un papel muy importante para el imperio, allí el imperio ha logrado victorias circunstanciales pero tampoco ha podido ponernos de rodillas, a costa de lo que sea el imperialismo se lanzó en su plan estratégico de debilitar la revolución venezolana a través de golpearnos la principal fuente de divisas, el petróleo. No obstante, en medio de esta realidad nos ha dado la oportunidad de acelerar la construcción de un modelo distinto en donde lo nacional sea el centro de la batalla y pasar de un país con una economía rentística a una economía productiva, leitmotiv del socialismo. Modelo socialista que no sea productivo no podrá satisfacer las necesidades de los más débiles y liberarlos de la pobreza más cruel, la pobreza cultural, la pobreza de valores que esclaviza las mentes y las ata al capitalismo putrefacto.

Por los anteriores conceptos emitidos podemos deducir que el problema va mucho más allá que un diálogo en donde la agenda sea que a Ramos Allup no se le diga nido de palomas o a Maduro Chaburro; o el referendo, que en el fondo no le interesa al imperialismo y por ende a la oposición que coge línea, tampoco al chavismo, por lógica, nadie se auto flagela en política. ¿Cual sería la agenda opositora en un diálogo?... No hablamos de la formal, porque ellos se agarrarán del fulano referendo que no quieren, se nota en su discurso poco claro, embaucador e hipócrita, hablamos del proyecto país, lo que ellos realmente quieren, porque ellos no tienen proyecto nacional, el proyecto de ellos es el proyecto del imperialismo, pero… “eso es lo que hay”. ¿Qué respuestas positivas le pueden dar al país? Pues ninguna, en realidad ninguna porque no son ellos "la mano que mece la cuna", son simples títeres que obedecen la agenda imperialista. Entonces preguntémonos de manera correcta ¿Cuál será la agenda de los EEUU en este diálogo? Precisamente lo contrario al diálogo, ellos no lo quieren, ellos quieren es eliminar la revolución bolivariana a como dé lugar... lo necesitan, es vital para sus intereses geoestratégicos y de allí su empeño y desesperación por no podernos doblegar. El chavismo está claro en algo, no se trata de ir a un diálogo para la foto, se trata de ir a un diálogo en donde se obligue a la derecha a tomar el carril democrático y a contener sus planes violentos para evitar daños y sufrimientos al pueblo. Bien podría el chavismo radicalizarse, hay con qué, pero la responsabilidad histórica de esta corriente revolucionaria es hacer la revolución en paz, o al menos en un ambiente en donde no se llegue al extremo de una confrontación directa en donde el que ponga los muertos como siempre seamos los más humildes. Eso no es miedo o culillo, es simplemente un acto en base a los principios chavistas: la paz es la victoria, la paz es ganar la batalla, no definitiva, pero al menos es una victoria en un contexto en donde se desactivará el plan imperialista de llenar de violencia la región en beneficio del complejo industrial militar gringo.

El asunto del diálogo es que en realidad el gobierno no tiene un interlocutor válido, no ha parido la derecha un interlocutor válido, demasiada torpeza en esas filas, mucha desesperación en los sectores violentos, aunque en realidad eso no es criollo, es el formato imperialista nada nuevo como lo de Patria y Libertad en Chile de Allende, aquí lo representa Voluntad Popular y otros satélites que giran en torno a los distintos partidos de la MUD. Eso mismo aplicó en Siria, Libia, etc. En donde se habla de oposición moderada y no moderada pero en realidad son los mismos, unidos umbilicalmente por el imperio.

Al no haber interlocutores válidos el chavismo debe hacer un esfuerzo aún mayor, soportar estoicamente la vaciedad  de un oposición que ni siquiera es capaz de mantener la palabra en nada, piden reuniones secretas y luego la divulgan y lo hacen adrede porque en realidad saben que de un diálogo salen descabezados. Ahora bien, el diálogo no se circunscribe únicamente a la MUD, eso es lo político, el verdadero diálogo es con el país productivo, con aquellos sectores de la burguesía nacionalista, que los hay, aquellos que no le tienen vendida el alma al diablo, aquellos que ven las grandes oportunidades de un país con la mayor reserva petrolera y minera del planeta, aquellos que saben que la potencialidad del país es enorme y que saben también que el único proyecto de país lo tiene el chavismo. En medio de esas disparidades los dirigentes de la revolución se aprestan al diálogo, de corazón lo promueven, como debe ser y eso representa una gran victoria en sí misma, una victoria que ni siquiera la hemos dimensionado en el chavismo, pero es una gran victoria sin duda. 

Por su parte el pueblo eleva su moral, su consciencia, cambia patrones de comportamiento, se dispone a la lucha y sale a dar la batalla por hacer un país productivo en medio de terribles dificultades pero con la moral fortalecida y la forja hecha en acero fundido a máxima temperatura. Todo esto debe tener al imperio nervioso, dudamos que no lo sepa, dudamos que no tengan consciencia de la terrible derrota que sufriría si se consolida la revolución bolivariana y aquí nos disparamos al cielo en cuanto al desarrollo y capacidad productiva... tenemos con que, sabemos con qué y hay la convicción de la victoria. 

Mientras tanto la derecha venezolana seguirá en su mar de contradicciones, haciendo algo y diciendo otra cosa, se desatarán los demonios internos y se fragmentarán de tal forma que no podrán ni siquiera controlarlos ellos mismos. Por lo que declaran algunos voceros medios de los sectores más radicalizados que quieren guerra, guarimba, violencia, caos, etc y amenazan ir contra sus propios “líderes”. Deducimos que ni siquiera podrían controlarlos sus propios copartidarios, imaginamos que el gobierno tendrá planes muy específicos para neutralizarlos, lo ha demostrado en los últimos actos convocados por la MUD, ni siquiera han podido sacar la caja de fósforos para "incendiar la pradera", se han quedado boquiabiertos ante la efectividad de un gobierno que han vendido ante el mundo como técnicamente caído pero que no los ha dejado pasarse un milímetro la raya de la legalidad y en cada intento los deja descolocados. 

El fraude derechista no solo es contra el país entero, es fundamentalmente por quienes confiando en su doble discurso han creído que victorias como la del 6 D serían políticamente aprovechadas, en realidad no es culpa de ellos, es culpa de lo que representan, la decadencia de un modelo, la decadencia de un imperio que no puede imponer por la fuerza sus deseos y a la dignidad de un pueblo que tiene más de tres años padeciendo necesidades pero que no cesa en la esperanza de vivir viviendo, como nos lo enseñó Chávez, como nos lo indica la historia, como nos lo predijo Chimiró... "el camino es largo y tortuoso, pero es el camino".



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1552 veces.



Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

Visite el perfil de Luis Alberto Toro Ojeda para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Luis Alberto Toro Ojeda

Luis Alberto Toro Ojeda

Más artículos de este autor